La TV que maneja al fútbol

Hace un tiempo, los detalles sobre el cobro por derechos de televisación de los clubes paraguayos dejaron de estar “en boca de muchos”. Hoy, tenemos la realidad del futbol español que, gracias a repartos muy diferenciados, “mata” su torneo local.

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La pasión de multitudes mueve millones. No solo por contratos de jugadores y campañas publicitarias, sino también por los derechos de televisación, que son contratos establecidos entre las firmas que proveen las imágenes y la federación local de fútbol, por un tiempo determinado.

Sin ánimos de “satanizar” la propuesta, sino más bien a modo de recordación, a mediados del 2012, el otrora presidente de Olimpia, Marcelo Recanate, exigía -con vehemencia pero con justa razón- los detalles del contrato de televisación firmado entre la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) y la empresa que provee -hasta hoy- el servicio de transmisión del fútbol paraguayo.

En ese entonces, Recanate instó al titular de Cerro Porteño, Juan José Zapag, a exigir que sean los dos clubes más poderosos del fútbol paraguayo los que cobren más dinero por la televisación. Ambos coincidieron en la propuesta e iniciaron conversaciones para aumentar sustancialmente el porcentaje adquirido por la transmisión en TV.

Luego de la renuncia de Marcelo Recanate a la titularidad del Decano, la cuestión se “enfrió” por demás. Tanto que hoy ya forma parte de un hecho anecdótico, o por lo menos no es un tema comentado, y quizás las tratativas sigan.

Como Paraguay es un país malacostumbrado a no ofrecer “boleta legal” por las compras, tampoco es habitué de transparentar sus gestiones. Los detalles de los contratos entre las televisoras nunca fueron divulgados. Es más, cuanto más se requirió, se manejó con más hermetismo.

Claro, mientras el “papá” tenga el pan y los hijos reciban migajas, los críos tendrán una sensación de saciedad y todos estarán contentos.

Ahora bien, en el continente europeo, donde el fútbol maneja cifras mucho más altas que el fútbol sudamericano -a excepción del anfitrión del mundial, Brasil- también se firman contratos con televisoras para la transmisión de partidos, como en cualquier parte del mundo.

En Inglaterra, país que tiene -para mí- la mejor liga del mundo, extendió del 2013 al 2016 el contrato vigente que tenía con la televisora encargada de la transmisión. Emitir los partidos de la Premier League le cuesta a las empresas SKY y BT un total de 1.250 millones de euros por temporada.

Ahora bien, para repartir ese dinero, los británicos usan un método considerablemente justo, que tampoco hace que los clubes más poderosos se diferencien demasiado de los considerados “chicos”.

Cada uno de los equipos recibe el monto “fijo”, de 15,6 millones de euros y 20,2 millones de la misma moneda en concepto de “derecho internacional” que se abona atendiendo a las retransmisiones que se realizan en todo el mundo.

Las diferencias en Inglaterra están en las audiencias. El Manchester United, que lidera las audiencias, percibe 15,3 millones de euros por temporada y 17,1 millones del billete europeo por “clasificación”, según el puesto que ocupa en la tabla.

En total, los Red Devils, siempre en concepto de derechos de televisación, alimentan sus arcas con 68,2 millones de euros, contra los 44 millones que recibe el último de la clasificación que, si bien está en zona de descenso directo, recibe solo 24,2 millones de euros menos.

¿Equitativo? Sí. Tanto que uno puede prender su TV un sábado o domingo de mañana y ver cualquier partido de liga inglesa donde juegue el Stoke City, Fulham, Sunderland, Swansea contra otro de media tabla como Newcastle United, Everton y, últimamente, el Liverpool, y podrá ver los 90 minutos disfrutando de un encuentro bien jugado, a estadio lleno.

Hay que hacer una salvedad. Este monto no es lo que en total reciben los clubes por temporada. Están los ingresos por competiciones europeas internacionales, copas locales, contratos privados de publicidad y patrocinamientos, que terminan engrosando las cifras.

Los “paquetes” son iguales en Italia, Francia, Alemania y otros países cuyas ligas no son menos importantes a las catalogadas de “élite”. Basta con mirar que la última final de la UEFA Champions League se jugó entre dos equipos alemanes, en una final emocionalmente atípica.

En la “Madre Patria” ocurre una masacre, a juzgar porque -de entrada- un país que atraviesa por serios problemas económicos permite a sus clubes la posibilidad de negociar por su cuenta los contratos de televisación con las empresas.

Esto fue bien visto al inicio, ya que los clubes “pequeños”, con cuentas bancarias agonizantes que los mantenían al borde de la quiebra técnica, se emocionaron con la posibilidad y empezaron a negociar individualmente.

Lo que olvidaron en ese momento es que la Liga Española cuenta con dos equipos cuya atracción sobresale: el Real Madrid y el Barcelona.

Hace dos años, José María del Nido, presidente del Sevilla, brindó declaraciones que generaron controversia a nivel mundial. Básicamente, expresó que es necesario arreglar la desigualdad existente en la televisación española, ya que, como está, “esta liga es la mierda de Europa”.

Los equipos “merengue” y “culé”, denominativos del Real Madrid y Barcelona, respectivamente, se embolsillan un total de 280 millones de euros (140 millones cada uno) por los derechos de televisación.

La cifra, estratosférica por donde se la mire, deja en un relegado tercer lugar al Atlético de Madrid, que tan solo obtiene 42 millones de euros, por temporada, por derechos de televisación. Esta cifra desciende estrepitosamente hasta el último club, que percibe tan solo 12 millones de euros.

Con estas cifras, es casi imposible que un club de “medio pelo” pueda pelear por el campeonato. Tal es así que el campeonato español resulta atractivo tan solo cuando se observan partidos del Real Madrid y el Barcelona, ya sea entre sí o contra otros equipos.

Sorprendentemente y contra todo pronóstico, la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) premia a La Liga como la mejor del mundo, desde el 2010. Es más, el pasado 21 de febrero y con un punto de diferencia, se ubica como la más destacada del siglo XXI.

España e Inglaterra manejan su fútbol de forma distinta y ambas, hoy en día, son las referentes de Europa. Paraguay, con una liga que resulta medianamente atractiva a través de un nada despreciable crecimiento en los últimos años, tiene estos dos ejemplos.

Los debates sobre si tiene sustento la iniciativa de dar mayor porcentaje a los dos clubes grandes del fútbol paraguayo solo se definirán cuando sean públicas las -hasta ahora bien ocultas- cifras de los contratos de televisación del fútbol paraguayo.

Fuentes: elconfidencial.com; fedeablogs.net; planetadeporte.net; spainsn.com; y abc.es.

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