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El cuadro auriazul ya fue la sorpresa en la temporada 2013, cuando tras su ascenso en la División Intermedia consiguió la clasificación a la Copa Sudamericana de la mano de Mario Jacquet. El entrenador no tuvo un buen primer semestre en el Deportivo y asumió de forma interina Héctor Marecos.
Después de unos buenos resultados, el presidente Óscar Barreto y la directiva capiateña nombraron a Marecos como el técnico oficial para encarar la primera participación en un torneo continental. Capiatá comenzó de buena forma y llegó hasta la fase de octavos de final.
Comenzó derrotando 3-1 al Danubio y fue hasta Uruguay buscando el ingreso a la segunda fase, que lo consiguió con un empate de 2-2. Se venía el Caracas de Venezuela y el Depor solo pudo empatar 1-1 de local.
Parecía que las cosas se complicaban, pero finalmente, después de un gran partido en la capital venezolana, los paraguayos ganaban 3-1, clasificaban y tenían enfrente al poderoso Boca Juniors de Argentina.
En pocos años de existencia, Capiatá tenía la oportunidad de jugar octavos de final de la Copa Sudamericana ante uno de los clubes más ganadores en la historia del fútbol sudamericano. El primer partido fue en el mítico estadio de la Bombonera. Allí Capiatá sorprendió a todos y sacó un triunfo de 1-0 para convertirse en el segundo equipo paraguayo en ganar en ese famoso estadio.
En la revancha, jugada en Luque, Capiatá no pudo con el equipo argentino y después de perder por 1-0 cayó en los penales cuando tuvo chances ciertas de dejar en la cuneta a los argentinos. Pero quedó la imagen de un equipo solidario que se entregó por completo en busca del objetivo, además de mostrar figuras interesantes como el caso de Antonio Franco, arquero, y Ángel Martínez, defensor.
Franco comenzó como el segundo arquero, el titular era Tobías Vargas, pero en un partido mostró sus condiciones y Héctor Marecos lo mantuvo en el once titular. Franco comenzó su carrera en las inferiores de Olimpia, de allí pasó a Libertad y, como no tenía posibilidades de jugar, prefirió salir y así fue como llegó hasta el Deportivo Capiatá, con quien debutó el año pasado de la mano de Mario Jacquet.
Sobre su salida de Libertad dijo que fue por las ganas que tenía de mostrarse, ya que si no jugaba eso no iba a ocurrir. "En estos días es jugar para que se te vea y te reconozcan; si no jugás, nadie te ve y eso no sirve de nada", sentenció.
“No tengo conocimiento, escuché que el club quiere volver a contar conmigo, sería lindo volver porque tengo una cuenta pendiente en ese club que es como mi casa”, agregó. Cabe mencionar que tiene contrato hasta 2016 con el Deportivo Capiatá.
Contó que es un sueño poder jugar en la selección paraguaya y aseguró que no pensaba llegar tan lejos en la Sudamericana. “No pensamos llegar tan lejos en la Sudamericana; lo primero era cumplir con una buena gestión y ver si podíamos pasar a la segunda fase. Lastimosamente, no pudimos pasar a cuartos de final, tuvimos todo y la suerte no nos acompañó. El grupo dejo en alto a la institución, estuvimos a un pasito de eliminar a un grande como Boca Juniors", declaró.
“Cuando me decían que la Bombonera tiembla, no asimilaba bien, pero al estar ahí es muy lindo, parece de otro mundo, es algo que no podés explicar, no quería que termine ese partido”, añadió.
Sobre Mario Jacquet, dijo: “Le tengo un respeto increíble al profe Mario, como persona y amigo es increíble. El Deportivo le debe mucho a Mario Jacquet, levantó un equipo que iba hacia el descenso. Yo le agradezco por toda la enseñanza que nos dejó. Fue una mala suerte caer en los penales, no teníamos en mente llegar a los penales, no queríamos eso”, aseguró cuando fue consultado si practicaron penales antes del juego con Boca Juniors.
“Si nos ponemos las pilas podemos sumar buenos puntos y llegar de nuevo a clasificar a la Copa, nos tocó un equipo grande pero no nos achicamos”, afirmó.
Franco está cursando la carrera de Derecho y dijo que hay tiempo para estudiar: "Es mentira que si te dedicás al fútbol no podés estudiar", aseguró. Sobre a quién tiene de ídolo como arquero dijo que siempre fue José Luis Chilavert y que su padre incluso le cortaba el pelo al igual que el "Chila" y le decía que sería el sucesor del luqueño.
Ángel Martínez dijo que el hecho de jugar en la Bombonera es inolvidable: “Es algo que no se puede olvidar, un momento único, para mí fue una sensación única, que no se puede olvidar. Van a pasar años y voy a seguir contando, sobre todo que ganamos”, indicó.
Contó sobre sus inicios en el fútbol. “Yo comencé en un club de Capiatá, jugué en la selección de la Liga Capiateña, que antes era Liga y no club como ahora. Jugué en el 24 de Junio y 20 de Enero, jugué la preintermedia contra Fernando de la Mora y desde la Intermedia estoy jugando en el club”.
También habló de Mario Jacquet, el técnico que llevó a Capiatá a la clasificación para la Copa Sudamericana. “Cuando llegó Mario Jacquet yo no estaba en el plantel de primera, me habían bajado de vuelta a la reserva. Eso fue un golpe duro para mí, en la primera práctica el profe me puso en el segundo equipo, después me llamó y me dijo que me iba a ayudar. Su llegada fue fundamental para mí, gracias a él debuté en primera división. Capiatá tiene mucho que agradecer a Mario Jacquet”.
“No practico muchos penales, estaba confiado, le dije al profesor que iba a patear el quinto, pasaban los tiros y Franco ataja el penal, estaba con Irrazábal y Pereira, me dijeron que yo iba a patear el penal de la clasificación. Orión me dijo: “No te cagues, cuando se movió, vi y le coloque nomás el balón, me fui directo a Franco porque él atajó dos penales fundamentales”.
Martínez es otro de los jugadores que están estudiando y le falta el cursar el último año para ser contador. “Me falta un año para ser contador”, expresó orgulloso.
Ángel comenzó de delantero, “después vino un técnico que me hizo jugar de lateral; no quise. Después me puso de volante y al siguiente partido me puso como lateral volante. Siempre marqué goles y tengo esa facilidad para atacar”, aseguró.