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“Fue una negación de la realidad”. Así calificó Lucy Aquino, directora de la oficina paraguaya de la organización ambientalista WWF, al discurso brindado por el presidente Horacio Cartes este lunes en el inicio del Cumbre de Cambio Climático (COP-21) que se desarrolla en París, Francia.
Durante su alocución, Cartes comentó sobre la cantidad de energía eléctrica producida en nuestro país a través de las tres represas. Sin embargo, esta representa apenas el 17% del consumo energético en Paraguay; frente al 83% de energía “sucia” generadora de gases de efecto invernadero, como la leña y el petróleo.
Además, afirmó que el Paraguay cuenta con 18 millones de hectáreas de bosques, mucha agua dulce y un suelo fértil. Una vez más, el mandatario paraguayo “olvidó” mencionar una realidad conocida en todo el mundo y sobre la que se viene realizando numerosas denuncias desde hace tiempo: nuestro país tiene es uno de los que presenta el mayor índice de deforestación.
Solo en 2014 se deforestaron 300.000 hectáreas en el Chaco paraguayo y en la Región Oriental, donde rige una ley de deforestación cero desde hace diez años, se talaron 24.000 hectáreas de bosques el año pasado y en 2013 habían sido 45.000.
En promedio, en la Región Oriental se depredan 60 hectáreas por día y en la década de vigencia que lleva la ley de deforestación cero no hubo un solo caso de depredador de bosques que haya ido a parar a la cárcel. Apenas ocho guardaparques, varios de ellos sin otros recursos que sus propias motos, deben cuidar 75.000 hectáreas que hacen a la Reserva San Rafael (Caazapá-Itapúa) y Parque Nacional Ñacunday (Alto Paraná), amenazados día y noche por traficantes de rollos, sojeros y narcos que buscan ampliar sus plantaciones de marihuana.
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Todos estos datos fueron olvidados por Cartes durante su discurso ante la COP-21. En conversación con ABC Color, Lucy Aquino, directora de WWF Paraguay, lamentó que el mandatario haya presentado una realidad tan maquillada.
“De antemano ya habíamos escuchado cómo iba a ser su discurso. Tratamos de hablar con algunos delegados y le pedimos que el presidente no hable solamente sobre la energía limpia y que está todo bien en Paraguay, les dijimos tenía que mencionar la deforestación y que dé un compromiso real sobre esa situación”, señaló Aquino.
Entre otros varios, uno de los compromisos podría haber sido el elevar a la Secretaría del Medioambiente (Seam) al grado de ministerio, para dotarle de mayores fondos y capacidad de reacción ante los problemas que debe atender, según Aquino. Además, continuó diciendo, se debería haber reconocido que en nuestro país existe un alto índice de deforestación.
Aquino indicó que la lucha contra la deforestación debe involucrar a todos los estamentos y que se viene trabajando, principalmente desde la ONG, para frenar esta situación o que se vea la forma de que la deforestación no se realice de manera indiscriminada sino de una manera ordenada que no deprede tan drásticamente los pocos bosques restantes en Paraguay.
“Hubiera sido mejor que el presidente vaya con tres o cuatro compromisos del gobierno y que no entre en esa negación de que todo está bien en Paraguay, porque en el mundo todos saben cómo está la situación. Todo el mundo está viendo los mapas, no es solo WWF la que está diciendo que hay deforestación”, puntualizó la ambientalista.
Afirmó que no son solo los ambientalistas locales los que hablan de la grave situación de la deforestación en Paraguay sino que son las grandes academias como la Global Forest Watch, un organismo que cuenta con colaboradores de la talla de Google, USAID y la Universidad de Maryland, las que hablan de lo preocupante del alto índice de depredación que hay en nuestro país.
“Realmente fue una vergüenza. Se habló de la energía limpia, pero tenemos una de las hidroeléctricas con la mayor capacidad de producción del mundo y el sistema de distribución es un desastre. En el interior la gente todavía depende de la madera, el carbón”, apostilló. De hecho, Paraguay es un gran exportador de carbón, producto que presumiblemente es generado a través de madera depredada ilegalmente.
“Esa problemática no se analiza bien, justamente esa verdad tan patética de Paraguay. Si hubiera reconocido la realidad y humildemente hubiera señalado algunos compromisos, sería otra cosa”, apuntó Aquino.
Además de la deforestación y la degradación de los bosques, Paraguay afronta otros graves problemas ambientales como la pérdida de biodiversidad, la erosión, las aguas contaminadas. Todos ellos vienen enlazados uno con el otro.
“A eso se suma que tenemos este cambio climático, que si bien nosotros no somos los culpables por las industrias y los gases de los automóviles, si estamos colaborando al degradar los bosques y devastar las áreas protegidas”, sentenció.
juan.lezcano@abc.com.py - @juankilezcano