Ser mamá: cada vez más tarde

Las estadísticas cuentan que la mujer paraguaya ha decidido posponer la maternidad y primero dedicarse a sí misma o a su carrera. El índice de embarazos aumentó entre los 35 y más de 40 años, según datos del Ministerio de Salud.

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Así lo revelan las encuestas proporcionadas por la Dirección General de Información Estratégica en Salud, del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.

Hay una inclinación de la mujer paraguaya a posponer su maternidad.

Un comparativo histórico que abarca desde el año 2010 hasta la actualidad, muestra que los embarazos están aumentando considerablemente recién a partir de los 35 años, hecho que, según explica el titular de la Dirección General de Información Estratégica en Salud, Édgar Tullo, se debe a que la mujer ha decidido darle mayor prioridad a su proyección profesional y al cumplimiento de sus metas personales, para recién después de logrados estos objetivos, dar lugar a la maternidad.

Según explicó el directivo, este fenómeno no es aislado, sino que se da a nivel regional en América Latina.

En la franja etaria de 35 a 39, en año 2010, se registraron 8.803 nacidos vivos, mientras que en el año 2011 aumentaron a 9.506. La cifra aumentó solo un poco en el 2012, con 9.837 nacimientos, y mínimamente en el 2013, con 9.923 nacidos.

En el año 2014 se disparó un poco más el número, con unos 10.371 nacimientos, mientras que en el año 2015 llegamos a 11.348, dándose un aumento de 1.000 nacidos en un año.

En el 2016 la cifra prácticamente se mantuvo, y en el 2017 pasó la barrera de los 12.000 nacimientos.

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Existen mujeres paraguayas que esperan incluso un poco más para convertirse en madres. Entre los 40 y los 44 años, se dieron aumentos de nacimientos leves pero sostenidos entre el 2010 y el 2012, cuando la cifra subió de 2.779 a 3.230.

En el 2013 se dio un pequeñísimo descenso (2.950 nacidos), pero nuevamente en el 2014 se disparó la estadística a un poco más de 3.000 nacidos vivos por año.

Las mujeres de 45 a 49 años protagonizan cifras más pequeñas en las estadísticas, pero aún así se puede notar que la incidencia de alumbramientos es sostenida, manteniendo una razón de más de 200  por año.

Según la Dirección General de Estadísticas Encuestas y Censos (DGEEC) la tasa global de fecundidad (TGF) hoy es de 2,47 hijos por mujer, mientras que en los años 70 superaba los 6 hijos.

 

Karen Díaz, directora del Programa de Salud, dentro del cual se encuentra la Dirección de Salud sexual y Reproductiva, también corroboró el factor común que se observa en las estadísticas.

“Efectivamente, la mujer está apostando a postergar cada vez un poco más el compromiso de la maternidad, pero eso no se ve como un dato negativo en la cartera sanitaria, sino muy por el contrario, evidencia el resultado de un mayor trabajo de planificación familiar”, sostuvo la responsable del Programa de Salud.

La dirección de Salud Sexual y Reproductiva es la encargada de la formación de una mayor consciencia para la conducta reproductiva en general, y, según aseguró su directora, el trabajo ha mejorado, no solo desde la función del MSP, sino desde la consciencia de las mismas mujeres, que llegan hasta los hospitales con una mayor consciencia.

“La mujer comienza a cuestionar más, a prevenir más, se está logrando incluso que las chicas hagan un control preconcepcional, que significa controlarse antes de embarazarse, para prevenir afecciones como el hipotiroidismo y las malformaciones congénitas. Muchas comienzan a tomar ácido fólico tres meses antes de quedar embarazadas”, declaró Karen Díaz.

Dentro de la dirección de salud sexual y reproductiva existen también consultorios de planificación familiar al que pueden asistir los padres y consejería, para las mujeres que quieran resolver dudas sobre métodos anticonceptivos, fertilidad, y otras cuestiones.

Un dato no menor que se determina en las estadísticas de nacidos vivos, apunta directamente a una de las problemáticas más preocupantes: la maternidad de niñas.

Menores de 10 a 14 años han registrado aumentos entre el 2010 y el 2014, pero a partir de ese año, en el que casualmente ocurrió uno de los casos más sonados de embarazo infantil, el de Mainumby, comenzó a notarse un leve descenso de embarazos en niñas.

En el 2015 fueron 672 los nacimientos en niñas madres, en tanto que en el 2016 disminuyó a 634, y en el 2017 (datos provisorios) hasta ahora se tienen registrados 608 casos. En lo que va del 2018 ya se han dado 157 alumbramientos de madres menores de 14 años.

Édgar Tullo, responsable de la Dirección General de Información Estratégica en Salud, aclaró que los datos que hay a partir del año 2017 son provisorios, pues aún se tiene pendiente cargar los nacimientos registrados de hospitales no dependientes del MSP en el sistema informático.

Al consultarle a la Karen Díaz sobre los avances que ha tenido la problemática de la maternidad de menores, mencionó que la reducción de la cifra, aunque aún es muy pequeña, refleja ya el resultado de un trabajo que se fue intensificando en materia de educación sexual y reproductiva de las niñas.

“Hemos creado lo que se denomina consultorios amigables. En total son 21 consultorios distribuidos en 20 regiones sanitarias, en los cuáles se brinda atención integral al adolescente, y capacitación en salud sexual y reproductiva”, comenta la responsable del programa de salud.

En estos espacios amigables, se hace todo lo posible por romper el tabú que lleva a la ignorancia a las chicas, y así disipar todas las dudas.

En estas salas, el personal de blanco entrega libretas de salud para adolescentes mujeres y varones, que tienen como finalidad enseñar, en primer lugar, que el retraso en las relaciones sexuales es el mejor método de prevención de los embarazos a temprana edad.

“Si ya tuvieron relaciones o están decididos a hacerlo, lo que hacemos es darles la atención integral, explicándoles todo lo relacionado a métodos anticonceptivos y cuidados de su cuerpo”, explicó la directora del Programa de Salud.

Hasta hace poco tiempo trabajaron también en un proyecto de aceptabilidad de la utilización de implantes anticonceptivos, un método subdérmico de larga duración, pues protege de los embarazos por tres años.

“Se hizo una prueba y se utilizaron estos implantes en adolescentes que ya tuvieron un embarazo, se les ofreció la canasta básica de anticoncepción que tiene el Ministerio y se les explica los efectos que puede tener”, mencionó Díaz.

Estas tareas se pudieron desarrollar gracias a una donación de 800 implantes, que tuvieron tanta buena aceptabilidad que hoy ya no quedan. Es por eso que la cartera sanitaria está gestionando la posibilidad de adquirir una nueva tanda, para poner el dispositivo a disposición, esta vez a nivel país.

 

 

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