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En lo que va del mes de diciembre, según registros de la Policía Nacional se registraron unos 29 suicidios. La mayoría de los casos corresponden a personas de entre 18 a 29 años.
Además se registraron numerosos intentos fallidos, por lo que la alarmante cifra podría ir en aumento antes de que termine el año.
El Dr. Francisco Oliveira, psicólogo, explicó a ABC Color que esta situación se debe a que en esta época del año se registran muchos casos de lo que la literatura especializada denomina “depresión navideña”.
El psicólogo indicó que este no es solo un problema que se registra exclusivamente en el Paraguay sino que en todo el mundo las fiestas de fin de año suelen llegar acompañadas de mucha tristeza para algunas personas.
Oliveira expresó que la depresión navideña se debe una mezcla de sentimientos de nostalgia y culpa.
“Primeramente porque hay gente que ya no está, que el año pasado estaba brindando pero este año ya está muerta. Uno siente la ausencia, porque esa ausencia se está dando en una conmemoración tan grato al afecto. Por otro lado, se tienen que hacer muchas compras. Así dice por lo menos la cultura como diríamos “materialista”, que se tiene que hacer una fiesta lo mejor posible y no hay veces la suficiente cantidad de plata”, afirmó.
El profesional explicó que esta suele ser la época en la que se realizan los balances y que ante la falta de resultados positivos, muchas personas sienten tristeza y espera que termine el año “que tanta desgracias le trajo”.
“Es como que la gente al hacer ese balance se da cuenta de que muchas cosas se pudieron haber logrado y no se lograron”, agregó.
En otro momento de la conversación, Oliveira aseguró que existe otro factor más que no está mencionado en los libros pero que tiene mucha influencia en la cuestión y es la existencia de una “cultura de la muerte”.
Una ideología, según explicó Oliveira, instalada hace unos 35 o 40 años y que busca generar en los humanos “un desprecio por la vida, de banalización de la vida”.
“Así como uno puede ir a comprar una sandía, así con la misma indeferencia, se toma la moto y si me matan, me matan y si llego a casa, bueno, llego a casa. Es decir no hay como una valoración de la vida y por eso ya en el colegio se comienza a practicar la violencia con el famoso bullying”, acotó.
“La persona ya no resiste más los problemas que tiene y como vivir o morir da lo mismo entonces se quita la vida y se suicida con facilidad”, manifestó.
El psicólogo resaltó que en Paraguay se consumen muchas telenovelas y programas televisivos en los que uno de los personajes siempre se quita la vida o por lo menos lo intenta.
“Lo que antes era un acontecimiento insólito y hasta sorprendente, que un adulto o dos al año se quitaran la vida y ahora tres suicidios por día y de jóvenes no nos sorprende en absoluto. Porque en esto de la cultura de la muerte es algo tan natural como en la telenovela”, puntualizó.
“Hoy el suicidio ya es una opción. Los programas de estudios están programados a crear ciudadanos acríticos, que sean solo consumidores”, acotó.
Oliveira afirmó que no existen signos que puedan ayudar a descubrir que una persona quiera quitarse la vida.
“El signo sería un elemento o una señal que pueden ver las personas, mientras el síntoma es una señal que experimenta la persona. En el suicidio no hay signos, pero hay síntomas”, explicó.
El profesional indicó que ante una persona que conversa mucho sobre la muerte, que dice que no vale la pena la vida porque está con muchos problemas se deben extremar nuestros cuidados con esa persona, porque los síntomas están revelando eso.
También hay que tener en cuenta a las personas que utilizan la violencia o se muestran completamente indiferente.
“Es muy vidrioso este tema de los signos y los síntomas. De repente una persona que tiene un buen pasar, que tiene una empresa, dinero pero en abundancia, tiene una familia bien formada, un buen día aparece muerto. Tanto es así que la gente piensa que fue un homicidio. Son cosas que no se ven pero que la persona está viviendo”, apostilló.
Oliveira explicó que ante una persona en la que se noten estos síntomas, lo ideal sería que uno comience a hacerse un examen de conciencia uno mismo, “porque no cualquiera viene a hablarle a uno de la muerte”.
“Hay que preguntarse ¿Qué le puede estar faltando a esa persona? Y el motivo del porqué esa persona tiene una autoestima tan baja. Sin hablar de eso con la persona uno puedo hacer algunas acciones para ayudar a levantarle el autoestima”, puntualizó.
Destacó que el siguiente paso debería ser el tratar de conversar con un profesional para que el mismo pueda dar algunos tips a seguir para convencer a las personas que acudan a asistirse. “Es bastante difícil que los pacientes vayan nomás junto al profesional”, agregó.
“Buenos consejos no sirven para nada, como por ejemplo: “Sos una buena persona”, “la vida es linda”, “Dios te quiere porque sos hijo de Dios”. Estas personas ya no razonan, son personas que ya están capturadas por la cultura de la muerte”, finalizó.