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El Programa Nacional de Sangre (PNS), dependiente del Ministerio de Salud Pública, es el ente normativo y rector de todo lo relacionado a la sangre en el país que, a su vez, tiene brazos operativos como el Centro Nacional de Servicios de Sangre (CENSSA), ubicado en la Avda. Gral. Santos, al lado del Hospital de Trauma.
Al respecto, la directora del PNS, Dra. Carolina Molas, explicó que existen varios puntos donde se puede hacer la donación, y uno de ellos es la “Casa del Donante”, ubicada en Juan de Salazar y Padre Cardozo, que recibe a donantes voluntarios, aunque muchos acuden para donar a alguien en particular.
El primer procedimiento realizado es la toma de datos del potencial donante, explica la profesional. “La sangre se extrae tras completar una entrevista que es obligatoria, estandarizada a nivel país, que incluye una serie de preguntas vitales. Luego de ser seleccionado, el donante pasa a la sala de donación y se le extrae la sangre hasta completar 450 ml en la bolsa”, afirmó.
Preguntada sobre el propósito de dicha entrevista, explicó que principalmente se busca que sea un “donante de menor riesgo” para transmitir enfermedades. Aclaró que no se discrimina a nadie, pero se busca a las personas que representen el menor riesgo posible.
La directora de la PNS afirmó que el procedimiento ayuda a detectar problemáticas que acarrea la promiscuidad sexual sin profilaxis. Es así que enfermedades como la sífilis pueden impedir que la persona se convierta en un donante.
Dijo también que este procedimiento ayuda al mismo donante. Pero si la persona se acercó sin haber dormido bien la noche anterior o está atravesando por un momento de fuerte estrés "no es recomendable hacer la donación porque puede sufrir una debilitación extrema y, en consecuencia, algún accidente", expresó.
Requerida cuáles son las enfermedades que se buscan detectar, contestó: “Por ley tenemos que estudiar seis enfermedades, con siete determinaciones, como la hepatitis B, que es analizada con dos marcadores, la hepatitis C, la HTLV, HIV (SIDA), la sífilis y el mal de Chagas. Cinco, menos el Chagas, son transmitidas a través de relaciones sexuales”, destacó.
Molas explicó igualmente que, luego de las tomas, la bolsa de sangre pasa a fraccionamiento, donde se separan sus diferentes hemocomponentes, que son glóbulos rojos, plaquetas y plasma. “Por eso es que decimos que se pueden salvar hasta cuatro vidas. En realidad más, porque los glóbulos rojos, a su vez, pueden dividirse en varias bolsitas (alícuotas), ya que los recién nacidos, por ejemplo, necesitan entre 20 o 30 cc para ser transfundidos.
Añadió que en el momento de la donación, del propio brazo del donante se recogen tres tubos de muestras, dos van para estudios de serología para detectar o no contaminaciones de esas enfermedades y uno para estudios inmunohematológicos.
Ante la versión de que en el Paraguay hay mucha promiscuidad sexual, contestó: “Existen parejas heterosexuales que son muy promiscuas, así como otras que no lo son. Lo mismo sucede con las parejas homosexuales”.
Agregó que la donación de sangre está regionalizada en cinco regiones sanitarias. Por ejemplo, la IV Región, con sede en Encarnación, abarca los departamentos de Itapúa, Ñeembucú y Misiones. De toda la sangre que se recolecta, un porcentaje termina desechándose por dos motivos: por serología positiva y por vencimiento.
Según datos del 2016, en Encarnación se realizaron el año pasado 4.669 donaciones efectivas, de las cuales se usó el 84,78% y se desechó alrededor de 15%, del cual 11,76% correspondió a contaminación con alguna de las enfermedades mencionadas y el 3,46% por vencimiento. “De acuerdo a las regiones, las cifras se mantienen más o menos iguales”, alegó.
Agregó que el centro productor del Hospital Nacional desecha solamente el 1,3% por vencimiento, aún cuando anteriormente desechaba entre 7% y 9%. Dijo que el desperdicio ha bajado considerablemente debido a la logística que se comenzó a implementar desde el año 2013, cuando fueron adquiridos vehículos (equipados) para el transporte de sangre de un lugar a otro.
“Por ejemplo, si en Pedro Juan Caballero ven que hay sangre que está por vencer, lo comunican a través de un grupo de Whatsapp que tenemos los jefes, y se busca con los vehículos especiales para llevar a los lugares donde más se necesita o donde más rápido sale”, explicó la funcionaria.
La funcionaria de Salud Pública explicó asimismo que si sale serología positiva, la sangre automáticamente se desecha. “Pero vamos a suponer que sea de una persona que está en lo que se llama ‘periodo de ventana’, que pudo haber contraído el virus del HIV, y que los 15 días posteriores todavía su cuerpo no liberó los anticuerpos, que son los que se buscan en el análisis; entonces, esa sangre pasa como apta para su uso, pero con riesgos de contagio”.
Inquirida por qué el análisis no puede detectar el virus en un periodo menor, afirmó que no es una cuestión de calidad de reactivo, tampoco que no se sepa hacer el trabajo, sino que la tecnología aún no permite (en todo el mundo) colocar en cero el “periodo de ventana”. "Por eso la correcta selección del donante tiene una importancia radical”, enfatizó.
Añadió que por estas razones es “muy importante” que se hable de todo esto en los colegios, donde se puede informar sobre estos tipos de conductas de riesgo. “En esto son fundamentales los valores que maneja el ciudadano, de ser una persona fiel en sus relaciones, con parejas estables y la solidaridad”, remarcó.
Preguntada qué se puede hacer para concienciar a la gente sobre los riesgos, la Dra. Molas expresó: “Todo pasa por educación y más educación para conseguir un donante de sangre altruista, repetitivo, responsable, y consciente de la importancia de tener sangre segura (que no transmita ninguna enfermedad al receptor) y en momento oportuno (lista para ser utilizada)”.
Consultado dónde hay que empezar esa educación, respondió que hace cuatro años vienen trabajando con los centros educativos, con los cuales ya tienen alguna experiencia, y que recientemente se ha actualizado una resolución por la cual el MEC declara de interés educativo el Programa de Donación Voluntaria de Sangre.
En cuanto a la demanda de sangre en relación a la donación, la profesional manifestó que la gente normalmente dona cuando se da una situación determinada, sea familiar, de amistad, etc. “Pero se sabe que un país es autosuficiente cuando el 2% de su población ha donado sangre. Nosotros no hemos alcanzado ese valor. Somos alrededor de 7 millones de habitantes y necesitamos 140.000 unidades donadas en el año; sin embargo, hemos cerrado el año pasado con 96.000 unidades”, subrayó.