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Vivir con una discapacidad en el Paraguay encierra numerosas complejidades, tanto por la condición física como tal, como también porque la palabra “inclusión”, repetida hasta el hartazgo en muchos ámbitos de la sociedad, en la práctica aún se encuentra lejos de ser una realidad traducida en el mejoramiento de la calidad de vida para esta franja poblacional.
Ante el escenario desfavorable, ya sea por falta de políticas concretas desde el Estado u otros factores, surgen otras iniciativas enfocadas a avanzar en la inclusión, que en este caso involucra a una firma privada, la heladería Amandau, y dos instituciones públicas, la Comisión de la Niñez de la Junta Municipal, presidida por el concejal Ireneo Román, y el TSJE.
La iniciativa apunta específicamente a las personas no videntes, con la implementación del primer menú gastronómico en braille. Esto no solo le otorga facilidad a la persona al momento de elegir el sabor de su preferencia, también le brinda confianza y un sentido de independencia mas allá de su condición de no vidente, y “este es uno de los atributos más importantes del proyecto, refirió a ABC Color, el concejal Román.
“Este jueves en horas de la mañana se va hacer la demostración al público, la persona va elegir la combinación de sabores, y de esa manera demostrar que es capaz de manejarse por sí sola, y le da un poder de recuperación moral tan grande que deja de sentirse discriminado, aún teniendo un problema tan sensible”, agregó.
El proyecto tiene su origen en la presentación de una minuta para que todos los restaurantes incluyan en sus respectivas cartas la posibilidad de aplicar el braile para personas no videntes, minuta que quedó desestimada en la Junta, recordó el edil. Posteriormente se buscó apoyo en empresas privadas, algunas rechazaron y otras prometieron, pero no pasó de una promesa.
Finalmente la heladería aceptó la propuesta y además prometió a impulsar la implementación en todas las sucursales, y también destinará unos 1.000 helados gratis durante el acto de presentación. Los invitados especiales serán alumnos de instituciones educativas que trabajan en el área de inclusión a personas con discapacidad. “Creemos que va ser un momento emocionante especialmente cuando se lea el menú”, sostuvo.
La concreción del menú en braille pasó por numerosas dificultades, especialmente en la recolección de los datos, teniendo en cuenta que son pocas las personas que manejan el sistema para la cantidad de sabores disponibles, sumado al costo del papel para la impresión; no obstante tales dificultades fueron superadas con apoyo de la Fundación Saraki y del TSJE, que aplicó el braille durante los comicios de 2013.
Si bien hay factores que inciden en que iniciativas de este tipo aún no se repliquen de manera masiva, el edil considera que resulta importante que tanto las empresas como la sociedad en general vean que algo se hace y a mediano o largo plazo comiencen a tomar ejemplo y apunten a una inclusión real para todas las personas con discapacidad.