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“No trabajo para ningún gobierno o agencia de inteligencia de manera directa o como contratista, y nunca lo he hecho”. Es una de las primeras manifestaciones que hace el informante al que el diario alemán le da el nombre John Doe (N. de la R: Un NN). La fuente dice en su comunicado que conocer todo lo que está dentro de ese volumen informativo llevará años, quizá décadas, para conocer la magnitud de lo realizado por el estudio panameño “Mossack Fonseca”.
Añade que las leyes fueron redactadas y torcidas para favorecer los intereses de criminales por décadas. Menciona que el caso de la isla de Niue es revelador: “El bufete administraba esencialmente un paraíso fiscal de principio a fin. Ramón Fonseca y Jurgen Mossack nos habrían hecho creer que las “empresas fantasmas” de su negocio, a veces llamadas “vehículos con propósitos especiales”, son como autos. Pero los empresarios de autos no redactan leyes. Y el único “propósito especial” de los autos que producían era, constantemente, para el fraude a gran escala”.
El informante dice también que no compartió los archivos por motivos políticos: “Simplemente entendí lo suficiente sobre su contenido para comprender el nivel de injusticias descritas”. Señala que hay claros elementos que demuestran que el bufete, sus fundadores y empleados “sí violaron deliberadamente un sinfín de leyes a nivel mundial, repetidas veces. Clamaron inocencia al público pero los documentos muestran un conocimiento detallado y actos de mala fe adrede”.
Una de las revelaciones importantes que hace “John Doe” es que manifiesta estar dispuesto a cooperar con las autoridades en la medida de lo posible”, pese a ver de qué manera han destruido las vidas de denunciantes y activistas anteriores, entre los que menciona a Edward Snowden (varado en Moscú) por sus revelaciones sobre la Agencia Nacional de Seguridad. El caso de Bradley Birkenfeld, quien recibió pena de cárcel del Departamento de Justicia, y de Antoine Deltour, quien está en juicio por proveer información a periodistas sobre cómo Luxemburgo ofrecía tratos preferencias sobre acuerdos de impuestos a multinacionales.
La fuente hace un llamado a la Comisión Europea, al Parlamento Británico y al Congreso de EE.UU. a tomar acción rápida no solo para proteger a los denunciantes sino para detener el abuso global de los registros corporativos.
La fuente dice también que los medios de comunicación hemos fallado, refiriéndose a los grandes medios que prefieron no ocuparse del caso. “Muchas cadenas de noticias son parodias caricaturescas de sus propios perfiles anteriores, multimillonarios parecen haber tomado las riendas de los periódicos como pasatiempo, poniendo límites a la cobertura de temas serios sobre la riqueza y la falta de fondos para serias investigaciones periodísticas. El impacto es real: además de Süddeutsche Zeitung y el ICIJ, y a pesar de que se diga lo contrario, varios medios de comunicación líderes tuvieron a editores revisando documentos de los Panama Papers. Eligieron no darles cobertura. La triste verdad es que entre las organizaciones capaces y prominentes de medios en el mundo, no hubo una sola interesada en cubrir la historia. Ni siquiera Wikileaks contestó su línea directa de manera repetida”.
Añade que también el sistema jurídico ha fracasado y que la cadena de fallos ha erosionado los estándares éticos. “Pero vivimos en tiempos de almacenamiento digital gratis e ilimitado y conexiones rápidas a Internet que trascienden las fronteras nacionales. No se necesita mucho más para conectar los puntos: de principio a fin, la concepción de distribución de medios globales; la próxima revolución será digitalizada. O, tal vez, ya se inició”.
El lunes 9 de mayo a las 14:00, hora de Paraguay, se revelará la base de datos completa de esta filtración a nivel mundial. Todo eso pese a las presiones que ejerce la empresa Mossack Fonseca y las amenazas que soporta el ICIJ.