Habla el hombre que vio nacer al Hotel Guaraní

José Busch es un ciudadano chileno, que trabajó en el emblemático hotel Guaraní desde su apertura en 1962 hasta 1972 tiempo durante el cual fue testigo de ilustres visitas como las de Neil Amstrong y la del príncipe Felipe de Inglaterra.

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Hoy, luego de varias décadas cuenta cómo vivían en aquel entonces, qué precios tenían las habitaciones y cómo se manejaban.

En 1960, el entonces presidente Alfredo Stroessner, decía que el país necesitaba un hotel de alta categoría donde las personas distinguidas pudieran a alojarse. De esta manera llamó a una licitación de la que participaron varias empresas entre ellas la Hotelera Panamericana a la cual Busch representaba.

Su grupo ganó la licitación en una intensa competencia de alrededor de cuatro a cinco integrantes. A partir de allí Busch y su grupo emprendieron los preparativos para venir. Contó que todos los equipamientos como sábanas, muebles y utensilios fueron traídos directamente desde Alemania.

Finalmente llegaron al Paraguay en 1962 año en el que se realizó la inauguración con la visita el príncipe de Inglaterra. En esa época el país tenía muy pocas compañías hoteleras al igual que puestos de venta. También contaba con pocos supermercados, el único que existía era El país.

El señor José comentó que el Hotel Guaraní era toda una novedad para el Paraguay. “Llegamos a estar entre los 10 mejores de Sudamérica” expresó.

El edificio contaba con 171 habitaciones por lo que mucha gente opinaba que nunca se podría llenar de huéspedes. De hecho al principio eran pocos los clientes a tal punto que cuando los empleados realizaban las compras de los insumos en nombre de la empresa nadie quería aceptar los cheques.

“Era un época muy difícil de operar, todas las cosas las traíamos del supermercado el país, las barras de hielo la adquiríamos de la cervecería paraguaya y las facturas las redactábamos a mano”

La bebida de aquel entonces se denominaba “Ardicola” producida por el empresario José Luis Ardisone. No obstante con la aparición de la Cocacola en nuestro país poco a poco fue quedando atrás.

El precio de alojamiento era de 20 $ por día con desayuno incluido, lo cual de acuerdo a la cotización de entonces equivalía a G. 2.520. una suma un poco salada teniendo en cuenta que el salario mínimo era de G. 7.020.

El lugar se convirtió en un espectro multifacético ideal para los visitantes más ilustres como Charles de Gaulle, presidente de Francia quien dejó su firma y su lapicera a su paso por nuestro país.

Neil Amstrong, Richard Gordon, Palito Ortega y Victor Haedo son apenas algunos ejemplos de la larga lista de celebridades.

El chileno Busch, conserva los tres libros de oro donde todas las personalidades estampaban su firma y dejaban marcada su presencia en el hotel.

Busch comentó que mantenían una postura apolítica y diplomática con el gobierno dado que recibían muchas visitas por medio del presidente. “Don Alfredo Stroessner decía que nosotros éramos su orgullo, nunca tuvimos un reproche de él”.

La empresa Hotelera Panamericana operó en nuestro país hasta 1972, año en que solicitaron la prórroga de los derechos por 10 años más pero ya no la consiguieron porque a Stroessner le desagradaba el régimen político de Chile.

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