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“Ya traje todo”, asegura Nicolás Garzia (39), el productor y promotor de espectáculos considerado uno de los responsables de la fiebre de los conciertos registrados en los últimos cinco años en Paraguay.
“Antes era más fácil porque no había shows. Entonces decíamos: 'Vamos a traer a The Cure' y los traíamos; 'traigamos a The Killers' y venían. Hoy en día, me cuesta conseguir artistas que tengan muchos temas (exitosos) y que, económicamente, sean accesibles”, dice el responsable de presentaciones de rockstars como Guns N' Roses, Kiss y Metallica, pero también de íconos de la cultura pop, como Justin Bieber, Jared Leto, Miley Cyrus y Ricky Martin.
Pero, ¿de dónde brotó el oficio de producir y promover espectáculos? El vínculo más cercano con el mundo del entretenimiento le llega de parte de su padre, quien se dedicaba a la producción de TV. Pero Garzia reconoce que no le fue nada fácil.
El pequeño Nicolás -llamado simplemente 'Nico' por sus más cercanos- vivía en la ciudad de Tigre hasta que se mudaron a la Pilar, ubicada a 50 kilómetros de Buenos Aires. Con una infancia complicada, no tuvo muchas opciones para soñar con un futuro. Las dificultades económicas impidieron que pudiera iniciar la secundaria, mientras tenía que empezar a trabajar desde pequeño. "Me hubiera encantado ser ingeniero o abogado, lo que pasa es que como no estudié, no tuve esa posibilidad. Mi papá tuvo un problema de salud y empezamos a trabajar mis hermanos y yo", confiesa el hermano de cuatro varones y tres mujeres.
Entre las primeras actividades de Garzia vinculadas al negocio de la música se encontraban recorridos por emisoras de FM de moda y hasta por radios comunitarias de Buenos Aires, con el fin de promover a artistas con los que empezaba a contactar. De ese semillero empezaron a sonar actuales íconos del reguetón y la bachata, como Aventura, Wisin & Yandel, Don Omar, Bacilos y Chapa C.
"Me gustaba descubrir o promocionar artistas. El primer tipo que llevó a la Argentina al grupo Aventura y a Romeo Santos fui yo", menciona. "Iba con el CD a las radios a pedir que suene esa música, en 2007 por ahí. Y hoy llenan un River Plate".
De esta manera encontró en la bachata y el reguetón un mercado -por entonces- virgen dentro de la audiencia bonaerense. Aunque bastante alejado de su rol exclusivo de promotor, Garzia reconoce la pasión que -hasta hoy- le genera esa actividad. "Teníamos la idea de hacer una Garzia Records, una disquera, pero se diluyó un poco por tantos conciertos... pero tengo la ambición de traer a artistas de afuera a Sudamérica", dice hoy, mientras apunta sus planes de expandir al cantante brasileño Luan Santana al mercado argentino.
Garzia recuerda su llegada al Paraguay como un evento "casual". Sin embargo, esa causalidad significó la verdadera proyección de su carrera y una inyección de impulso a la -hasta entonces- adormecida industria de recitales en el país. "Vine a vender publicidad a Paraguay y una vez (el presentador) Rubén Rodríguez me dijo que lo que hacía falta eran conciertos. Entonces me quedé pensando en eso".
Le pregunté qué funcionaba. Me dijo: Alex Ubago, y empecé a negociar Alex Ubago". Después de ese primer show, el argentino empezó una serie de negocios musicales con distintos inversionistas, hasta que se encontró con la mayor parte de la inversión. "Me quedé solo porque estaba poniendo el 99% del negocio y tener socios ya era demás", reconoce. Así se desarrolló su inminente crecimiento.
Ya las primeras incursiones en el mercado de conciertos en Paraguay se desarrollaban con la aprobación de la gente. Pero su primer gran recital como negocio -recuerda- fue el del reguetonero puertorriqueño Don Omar, realizado a fines de febrero de 2006. La siembra en los géneros de la bachata y el reguetón daban cada vez más resultados: el retrato se ilustraba con Luna Parks agotados de la mano de Don Omar y Wisin & Yandel, además de la explotación del género en países como Bolivia, Perú y Paraguay.
"Sin el reguetón no había nada, no habría capital", reconoce hoy. "Hicieron crecer mi negocio", subraya desde su oficina en Asunción, mientras planea su nuevo año de conciertos.
En octubre de 2011 se cumplía el sueño de muchos y se desarrollaba la innegable consagración para el productor. La banda de hard rock estadounidense Guns N' Roses llegaba por primera vez al Paraguay, en un festival que, poco después, traía a nuestra capital a otro clásico: Aerosmith. "Fueron mis primeros shows grandes de verdad. En cantidad de público, unas 25.000 personas, como lo que hacía con el reguetón", dice. Aquel show tampoco se olvida por el susto que significó el accidente de Steven Tyler en el baño del Bourbon, inconveniente que fue superado con la postergación -por un día- del show.
Garzia, hoy, asegura que el rock le dio prestigio, aunque el negocio probablemente lo haya encontrado en géneros como el reguetón. "Yo no sé si es por discriminar o qué, pero la gente es como que te da el abrazo del éxito cuando traés algo grande como esto", menciona. "Capaz que Guns N' Roses, en su primera vez, vendió la misma cantidad que Aventura, en su segunda vez. Pero trajiste a Guns N' Roses, esa es la diferencia. Te da más prestigio", justifica.
Desde entonces, la lista de shows que produjo no cesó: Black Eyed Peas, Ricky Martin, Luis Miguel, Noel Gallagher, Keane, Maroon 5, Jonas Brothers, Justin Bieber, Jamiroquai, The Cure, Red Hot Chili Peppers y Metallica, entre muchos más.
El show más grande que Garzia produjo, a nivel comercial, no estuvo de la mano de Metallica de los Guns ni de Wisin & Yandel, sino de la mano del grupo de hip hop, R&B, pop y electrónica estadounidense Black Eyed Peas. "Ese fue el show más grande, con 45.000 personas, aproximadamente. Hasta ahora no se pudo batir ese récord. Tiene que haber un impasse de años para que vuelva a pasar. Ahora el mercado está complicado, en general", agrega, antes de opinar sobre los festivales que fusionan distintos géneros en su cartel.
"Hoy no existe un artista que venda muchos tickets, por eso está el furor de los festivales", sentencia. "Yo soy partidario de los festivales de rock, de pop o de electrónica, pero de un género. Capaz que es moda o es cool hacer un festival con un 'mix' de electrónica o rock, pero creo que a la gente acá, en Paraguay, todavía no lo entiende. Prefiere ir al rock o al pop", reflexiona.
Después del show de los Black Eyed Peas, Garzia asegura que sus conciertos más exitosos a nivel comercial fueron los que ofrecieron Aerosmith, Metallica, Guns N' Roses (2011) y los Red Hot Chili Peppers en Asunción.
Aunque cualquiera le tema a esa palabra, Garzia no se niega a hablar de sus peores decepciones económicas. Al respecto, no duda a catalogar como el show de Kiss, de noviembre de 2012, como su pérdida mayor. "Fue el fracaso económico más grande que tuve", revela. Tampoco quedan muy atrás la banda de rock Evanescence, realizado en octubre de 2012, o el de la ascendente cantante pop Demi Lovato. "Vendí solo 800 tickets (con Lovato)", menciona.
¿Dónde está la clave para lograr un buen show? Para el productor, parte importante tiene que ver con la promoción, pero antes de eso dice que el artista a la vista debe tener -por lo menos- ocho canciones populares en el mercado. Al respecto, reniega del show que le produjo al artista brasileño Michel Teló, en San Bernardino, en febrero de 2012. Es que el cantante solo se le conocía su único hit: Ai eu se te pego.
"Hizo mil versiones con un solo tema", recuerda. "Porque los artistas de un solo tema nunca funcionan, y hoy hay mil artistas de un solo tema (...) Vos hoy ves artistas 'descartables', que duran poco más de un año o un disco. Muchos quedan en el camino", analiza. Pero también ocurre seguido que artistas legendarios no hayan podido remontar un nuevo éxito. "Por ejemplo, ¿cuál es el último hit de Aerosmith? Con Metallica ocurre lo mismo".
Si Garzia pudiera guardar un momento en el tiempo, sin dudas, uno de ellos sería la gran noche de Metallica en Paraguay, concretada en marzo de 2014. "Fue como mi momento de: 'Llegué, ya está'. Todo hice en su momento para llegar a Metallica. Yo creo que hice el historial necesario como para hacer un show tan grande como Metallica", asegura. Tampoco olvida la noche del polémico pop star canadiense Justin Bieber. "Me gusta Justin Bieber y también lo traje porque sabía que iba a funcionar como negocio. Capaz que no fue lo que esperábamos, pero tampoco fue un fracaso", sintetiza.
Los recuerdos tampoco escapan a The Cure en Paraguay, en aquella noche de abril de 2013. "Tuvo muchas cosas positivas, más allá de que -como negocio- no fue el mejor, porque teníamos un montón de sponsors y sobre la hora se nos cayeron; tuvimos que pelearla con plata de las entradas. Se recuperó la inversión con la venta de entradas", acota.
En abril de 2011, Garzia concretaba otro deseo para muchos: el regreso del cantautor español Joaquín Sabina a Paraguay, 14 años después de la última vez. "Lo queremos traer este año, o a principios del año que viene, ojalá", sostiene. Pero, entre las grandes sorpresas, nadie olvida la fuerza y la química desatada entre la banda británica Keane y los paraguayos, en agosto de 2012. "Cuando cerré, hice una apuesta con mi esposa, mirando TV en el patio de casa. Ella me dijo que iba a vender 5.000 entradas y yo estaba seguro de que metía más de 12.000. Se cumplió", recuerda.
La lista de eventos de Garzia también está integrada por la actual estrella del pop Miley Cyrus, con el concierto producido en mayo de 2011 (tiempo antes de su explosión más polémica). "Mi primer show grande, anglo, creo que fue ese", recuerda. "Se vendieron muchísimas entradas, con 30 días de promoción nada más. Mi miedo era que ella venía de explotar como Hannah Montana; fue su primer año fuera de Hannah... y tratamos de comunicarla, no tanto como 'Miley Cyrus', porque el miedo era ese. Vivimos la transformación desde la nena a la adolescente que ya era", agrega.
La apuesta para Garzia, hoy, está en hallar el camino correcto para mantener rentable un negocio cada vez más complejo... y competitivo. "Yo creo que el negocio llegó a un techo, y ahora es hora de poner los pies en la tierra, que es lo que estamos haciendo, y hacer negocios, no hacer 'shows'. Esa es mi mentalidad hoy", asegura. Al respecto, promete un perfil "más frío: no actuar tanto con el corazón. Por ejemplo, me pedían mucho a Demi Lovato, la trajimos y nos fue mal".
Por ahora, dedica sus días a producir un festival de rock de dos días (un día metalero y otro más indie, según adelanta), además de un festival electrónico, conciertos de populares artistas brasileños, espectáculos para niños y su incursión en la producción de televisión. "El próximo año creo que va a ser también fuerte", asegura. "Apuntamos a 2 ó 3 artistas grandes para un festival de rock". Sin derroches de años anteriores, pero con la experiencia en la piel, todo indica que su plan más austero está en marcha... todavía muy lejos de detener la marcha.