A muchos kilómetros de Asunción y a solo un kilómetro de la frontera con Bolivia, está el destacamento Sargento Rodríguez, donde la única diversión para los soldados es jugar al fútbol. Y a veces, hacerlo de forma internacional, ya que los juegos son contra los soldados bolivianos ubicados en el Fortín Villazón.
Hay lugares en el Chaco donde cuesta creer que ya estamos en el siglo 21. Al pasar Mariscal Estigarribia, siguiendo por la Ruta Transchaco hasta llegar a la Estancia La Patria, el tramo es deprimente. El asfalto fue inaugurado hace poco tiempo, pero el estado en que se encuentra es lamentable. Todos los vehículos deben transitar con mucho cuidado si quieren volver a su lugar de origen sin problemas.
A unos kilómetros de la Estancia La Patria ya termina el asfalto y de allí en más es luchar para llegar de buena forma al lugar donde uno se dirige. Esta vez, la parada era la sede de Aduanas en el Hito 3, Sargento Rodríguez.
Sin dudas, una zona olvidada de nuestro país, a 25 kilómetros de La Patria está el Parque de Tte. Enciso; posteriormente, luego de cierto tiempo se llega hasta Nueva Asunción, donde se encuentra uno de los destacamentos militares en que no hay más de 10 soldados, quienes cuentan los días para volver a Asunción o a sus respectivas ciudades.
Llegamos al destacamento Gral. Eugenio A. Garay. Nos enteramos de los pormenores de la batalla de Yrendague y posteriormente seguimos camino por los clásicos tramos chaqueños. Es una picada, pero era la Transchaco.
Al dejar atrás la zona de Yrendague e ir hacia la frontera, llegamos hasta el destacamento de Sargento Rodríguez, donde lo llamativo era lo que se estaba gestando en la cancha de fútbol.
Nos sorprendió ver a una cantidad inusual de personas a la espera del partido. Por supuesto, consultamos, y uno de los guardias nos comentó que era el juego programado entre paraguayos y bolivianos.
Hay dos kilómetros entre el destacamento paraguayo y el boliviano. En ese lugar no existe nada más que tratar de despejarse jugando al fútbol, y qué mejor que tratar de unir a dos pueblos que hace años estuvieron enfrentados en un encuentro de fútbol para dar fe de aquel dicho que indica que el fútbol es capaz de unir a los pueblos.
El resultado es lo que menos importó en esos momentos, aunque vale decir que fue derrota de los nuestros. Casi dos horas después, cuando la comitiva acampó en la Aduana de Sargento Rodríguez, los soldados bolivianos regresaban a su unidad y quedaron a compartir un rato con los paraguayos, festejando el triunfo.
Uno de los ejemplos más palpables de que el deporte es capaz de unir a las personas y a los pueblos que alguna vez estuvieron enemistados. Llegar a un lugar tan lejano, donde los que están, en lo único que piensan es en retornar hacia la capital, es bueno saber que de vuelta el fútbol les sirve de distracción, además de la posibilidad de ganar amigos y ser el enlace de paz entre dos pueblos hermanos.