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El punto de partida del ambicioso proyecto fue en los primeros meses de 2012, con las esculturas ubicadas en la plaza Constitución, situada frente al Cabildo, en el microcentro de Asunción.
En ese espacio público se encuentra un conjunto de siete estatuas hechas de hierro fundido, creadas en Francia y traídas al país durante la intendencia de Eduardo Schaerer (1908-1911), en los últimos meses de 1910.
“Estas esculturas fueron traídas para la celebración del Primer Centenario de la República del Paraguay, entonces se realizó el hermoseamiento de las plazas y la construcción del Paseo del Centenario (actual plaza Constitución). Fueron emplazadas para engalanar los espacios públicos”, detalló la arquitecta Clarisa Insfrán, directora de Catalogación de la Secretaría de Cultura.
“Estas esculturas están conformadas por 4 alegorías: Primavera, Verano, Otoño e Invierno, temas muy utilizados en la historia del arte desde la antigüedad”, explicó la licenciada Rocío Céspedes, una de las responsables de los trabajos de catalogación.
Forman parte de este conjunto de estatuas: “El sapo”, “El Ganso”, “El perro” y probablemente “La Pantera”, que actualmente no se encuentra en la plaza, sino en el museo Bernardino Caballero.
“No hay registros específicos de cómo llegó hasta ahí (La Pantera). Las medidas de la base de la escultura corresponden al pedestal que está ahí (en la plaza), se entiende, pero no hay documentación”, detalló la licenciada Céspedes.
La estatua de “El Perro”, al inicio del proceso de catalogación, estaba siendo separada paulatinamente de su base, lo que fue constatado durante el trabajo de campo. Las encargadas de los procedimientos presumen que la escultura iba a ser robada, por lo que dieron aviso a las autoridades municipales.
En consecuencia se procedió a su catalogación y posterior traslado al museo Bernardino Caballero, donde permanecerá temporalmente, hasta que pueda ser restituida a su lugar original, en la plaza.
Las estatuas francesas que representan a las estaciones son réplicas exactas de las obras del francés Mathurin Moreau (1822-1912), escultor de reconocida trayectoria, cuyas obras son exhibidas en varios sitios en París, capital de Francia, y en diversos países del mundo.
Varias de estas estatuas presentan orificios de proyectiles, producto de los numerosos enfrentamientos ocurridos en esa parte de la capital, de los que fueron testigos desde hace 100 años.
Según las investigaciones realizadas por la Dirección de Catalogación de la Secretaría de Cultura, estas 8 esculturas fueron traídas desde la fundición francesa Val d’Osne, una de las más importantes de los siglos XIX y XX.
La fundición ofrecía estas obras a través de catálogos, a los que pudieron acceder las responsables del proyecto. “Las esculturas del Val d’Osne también se encuentran en otros países de la región, como Brasil, Chile, Argentina, por lo que Paraguay forma parte del llamado ‘Camino del hierro’”, manifestó Rocío Céspedes.
Las responsables manifiestan que el proceso se encuentra en su primera fase, que partió con las estatuas de la Plaza Constitución, cuyos resultados de catalogación serán difundidos por medio de publicaciones, para que la ciudadanía conozca más sobre ellas.
Con la identificación y catalogación, que próximamente se extenderá a las demás plazas de Asunción, el Jardín Botánico y espacios públicos del interior del país, también pretenden colaborar con el sector turístico, por medio de las informaciones detalladas de las estatuas.