Cargando...
La historia de El Peñón siempre es resumida en el hecho de que fue construido por el capitán Lázaro Aranda. Sin embargo, es poco conocido el verdadero motivo de la construcción. Muchos dicen que poseía una peligrosa enfermedad y por eso se llamó al aislamiento.
Sin embargo, el capitán naval y escritor Jaime E. Grau señala que, según los relatos recabados con sus investigaciones, el capitán Lázaro Aranda era conocido por ser un casanova, tener varias parejas y numerosos hijos extramatrimoniales, por lo que decidió construir una casona o pequeño castillo en algún año de la década de 1920. Es decir, creó su propio escondite.
El peñasco, ubicado en el medio del río Paraguay, fue seleccionado para ese menester. El nombre del sitio proviene justamente de la palabra “peñasco”, que significa piedra grande y elevada.
El geólogo César Quintana explica que está compuesto por rocas ígneas del terciario y sedimentarias muy gastadas, que aparecieron probablemente cuando, en Asunción y sus alrededores, hubo una gran actividad volcánica hace cientos de años.
“Solo las rocas ígneas y sedimentarias metamorfizadas pueden aguantar la erosión del río, por eso la forma”, detalla el especialista.
Por mucho tiempo fue el Capitán Aranda el único en habitar esas rocas que sobresalían del río. Si bien esta versión es difícil de confirmar, lo cierto es que, de acuerdo a los documentos obtenidos por el hoy en día retirado capitán Grau, la casona fluvial se convirtió en un faro.
En 1931, el Paraguay se encontraba en las puertas de la Guerra del Chaco y el tránsito a través del río se volvería muy intenso. El principal transporte de combatientes y equipos se tenía que realizar por el cauce, el único medio disponible e inmediato en esa época.
Ante ello, surgió un gran problema: El Peñón era un peligro para las embarcaciones, más en horas de la noche, puesto que podrían chocar contra él. El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas en ese entonces ordenó a la Marina que determine la solución para evitar algún percance.
La idea vino de la mano del capitán de Corbeta Lázaro Aranda. Éste propuso instalar un dispositivo de iluminación en el lugar, idea que fue aceptada por todo el Departamento de la Marina y la Dirección de la Armada. En el proyecto se incluyó la construcción de un alojamiento e instalaciones necesarias para el farolero y su ayudante.
Al comienzo se utilizó una lámpara prendida con kerosene, típica de la época. El subprefecto de Piquete Cué era quien iba en una canoa todas las tardes a encenderlo y por las mañanas para apagarlo y recargarlo en caso que ya cuente con poco combustible.
Sin embargo, no solo era un faro, ya que pronto fue adoptado como punto de referencia para las embarcaciones, ya que establecía el sentido de navegación en la zona y así evitaba colisiones. Luego de la guerra, el contexto político nacional se vio envuelto en muchas revoluciones y El Peñón fue quedando en el abandono por primera vez.
Entre el año 1967 y 1968, el prefecto Naval de esa época ordenó que El Peñón fuera remodelado y puesto en condiciones para que un personal pueda vivir en el lugar y controlar la lámpara, que ya funcionaba a gas en ese entonces.
Por ello lo conocemos hoy como un “pequeño castillo”. Cuenta con una parrilla e incluso un espacio que era utilizado como baño y una habitación. A partir de allí, la historia del cómo y por qué fue abandonado de vuelta es desconocida.
"La verdad de la historia, el peñón es 100% de Villa Hayes", afirma con toda seguridad Rodney Ramírez, titular de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de esa ciudad.
El funcionario hace referencia al decreto N° 19.062, del 5 de septiembre de 1980, que amplía el radio urbano municipal de Villa Hayes, incluso sobre las aguas del río Paraguay. Según este documento - sostiene - el peñón quedó oficialmente en la jurisdicción que queda en el margen derecho del río.
Sostiene que el reclamo de Limpio sobre El Peñón se pudo iniciar cuando sus costas sobre el río empezaron a poblarse. “Tengo entendido que estuvieron dándole denominaciones a barrios, como barrio El Peñón, fundaron lugares con ese nombre, pero geográficamente está en la margen derecha del río, se nota la pertenencia de Villa Hayes” defiende.
Cuenta que meses atrás se presentaron documentos a la Secretaría Nacional de Cultura para reclamar que El Peñón está en su jurisdicción y así poder tramitar los permisos correspondientes para restaurar la estructura y poder explotarla turísticamente. “Muchos años estuvo abandonado y en nuestra administración tratamos de darle un poco más de pertenencia. Queremos crear circuitos turísticos”, refiere.
Reconoce que hay mucho que trabajar para poder llegar por tierra hasta la costa más cercana del Peñón, pero eso formará parte de las tareas cuando el sitio sea reconocido oficialmente como jurisdicción de Villa Hayes. “El Peñón es la cuna de nuestra ciudad, ahí se inicia la historia de la ciudad”, expresa.
Marcelo Jara, director de Cultura de la Comuna de Limpio, por su parte, menciona que la disputa territorial con Villa Hayes es de larga data, aunque esperan que las autoridades judiciales puedan poner punto final al litigio jurisdiccional y determinen una administración en conjunto entre ambas municipalidades.
Además refiere que esperan la visita de representantes de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), para poder obtener luz verde a sus planes de mejorar las condiciones del pequeño castillo que se encuentra en medio del río.
En tres semanas o menos el castillo del Peñón será declarado Patrimonio Cultural del Paraguay, afirma Fernando Griffith, ministro de Cultura. Solo falta definir sus coordenadas exactas, lo que acabaría de una vez por todas con la diputa entre las ciudades vecinas.
“Desde el punto de vista natural, al ser el río paraguay un cauce de llanura, va cambiando su curso. Lo que fue hace 100 o 200 años, no es lo mismo hoy, el canal cambia. En ambos casos hay argumentos históricos para atribuirse la jurisdicción, pero en opinión personal, es más de Villa Hayes”, manifiesta.
Para que la declaración de Patrimonio sea hecha, se espera el informe del Servicio Geográfico Militar para establecer en la resolución su ubicación exacta en el mapa.
Pese a contar con constantes visitas de turistas, El Peñón se encuentra en total estado de abandono. Paredes llenas de graffitis y el suelo cubierto de basura forman parte del triste paisaje que de este atractivo histórico.
Los caoneros relatan que muchas familias acuden al lugar para disfrutar del paisaje y tomarse fotografías en lo que conocen como "El castillo en medio del río". Para llegar hasta allí se debe ingresar por Piquete Cué o por la avenida San José de Limpio. El costo del traslado en canoa oscila entre G. 10.000 y G. 20.000.
Reportaje: Ana Lezcano, Oscar Lescano Barreto
Imágenes 360°: Oscar Lescano
Imágenes de dron: Diego Fleitas
Edición de video: Mario Silvero
Fotos: Claudio Ocampo