El negocio de la noche

Entre el centro, Villamorra y Carmelitas, cinco empresarios hablan de las peripecias por las que atraviesan en las aguas del negocio del entretenimiento nocturno.

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La cerveza está fría. Las luces, encendidas. La música hace al ambiente perfecto, mientras las personas empiezan a llegar. La fiesta está hecha. Pero pocos saben que esa noche empezó varias horas antes, con muchas personas detrás y determinaciones precisas. Con el crecimiento imparable de Carmelitas y Villamorra y la revitalización constante del centro histórico, la noche asuncena ofrece distintas posibilidades con una nueva generación de empresarios.

Todos tienen en común la pasión por la noche, desde aquellos primeros años de adolescencia. Muchos como DJ -o como atentos espectadores- fueron dando sus primeros pasos hasta abrir sus locales, conquistar un público y mantenerse en el mercado. Algunos de ellos forman parte de la Asociación de la Movida del Centro Histórico de Asunción (Amcha), gremio fundado por los dueños de distintos locales.

Micky Riego tiene 32 años, y es socio fundador de Shamrock. Con un espíritu curioso e inquieto, empezó como barman de la recordada discoteca Caracol; pasó a trabajar en otras empresas en el área de marketing y comercial, hasta que decidió aventurarse. Después de un viaje a Buenos Aires, registró la marca Shamrock en el país y produjo junto a un socio -en 2011, y casi tímidamente- los shows de Las Pastillas del Abuelo y No Te Va Gustar.

El aprendizaje, desde entonces, fue una constante. "Por el camino de la noche conocés buenas y malas personas que te dan una experiencia a lo largo de tu aprendizaje. Yo era pibe, y se aprende a andar", comenta. En febrero de 2013 abrió el local, con un perfil especialmente rockero. Según define, el público corresponde a una clase media-alta, con un 64,3% de clientela femenina. Para el joven empresario, el negocio de la noche es bastante "fluctuante". "Hoy la opción que vos tenés en el centro es gigantesca. Hoy tenés una vida nocturna que no existía cuatro años atrás. Era: 'Nos vamos al Bolsi o a Lido Bar, o a Rivera, pero ir al centro era complicado", recuerda.

Igualmente, reconoce que el segmento rockero no es el más comercial del mercado. "Cuando va a ser alternativo, rock, sabés que va a ser reducido. Somos un país cumbiero...", advierte. Así y todo, la apertura del local generó una movida interesante en su misma zona, sobre la calle Mariscal Estigarribia (como ocurriera con el hoy extinto local La Viuda). El empresario reconoce la dificultad del negocio, que no deja de ofrecer muchas oportunidades. "La noche es una amante muy exigente. Te exige demasiado", dice. "Te saca prácticamente todo, pero también te da ciertas satisfacciones. Te tiene que gustar".

Pablo Tomé tiene 40 años y desde hace 25 está presente en el mercado local. Sus inicios se remontan a la escena electrónica: junto a Jorge Ratti era DJ ambulante en distintos eventos de colegio, casamientos y serenatas. 25 años atrás, empezaba su mayor desafío: la apertura de una discoteca. "Empezamos con Coyote. Mientras tanto, era una discoteca muy chiquita. Y hace diez años estoy full time en el negocio", cuenta.

Hoy, aparte de Coyote de Asunción, también es propietario de Coyote CDE, Living Room y Broadway, además de producir fiestas externas y shows varios, a través de su productora EMG. Para el empresario, cada una de sus discotecas tiene su segmentación particular. "Coyote tiene una dualidad, porque tiene un VIP y un lugar de acceso general, y es una discoteca de gente joven por excelencia. Está posicionada como 'tu primera experiencia', tiene mucha energía (...), pero también viene gente grande. Un público entre 18 y 21, principalmente. Y eventos como El Retrovisor nos sirven como plataforma para fiestas temáticas y que venga gente grande", señala.

Tomé considera que, por estos días, las inversiones para la apertura de discotecas son altas... porque también la vara está alta. "Primero, por el costo que implica. El m2 de construcción está alto y también los costos del alquiler. Eso hace que las inversiones en discotecas sean altas, porque la vara está alta", comenta. "Velvet, la discoteca más nueva, por ejemplo: esa es la vara. La gente te va a comparar con otros. Y para entrar a mercados competitivos, de clase media-alta, tenés que invertir con varios miles de dólares".

Junto a la productora G5, su grupo EMG prepara el evento "Juntos", por el Día de la Amistad. "A veces los negocios implican hacer negociaciones con otras empresas o competidores, donde potencien la propuesta del consumidor. Ese es el caso del éxito de 'Juntos', que lo hicimos en 2010", expresa. Asegura que está dispuesto a hacer alianzas "con colegas serios que lo vean como un negocio, y no como un almacén".

El empresario considera "fantástico" el hecho de la revitalización del centro histórico de Asunción y asegura que no afecta el desempeño de Villa Morra y Carmelitas. "Salimos de un centro oscuro, peligroso, a un centro vivo. Eso potencia la industria del entretenimiento (...) Lo veo como complemento a lo que pasa en Carmelitas. Uno va encontrando su nicho", dice. "En el centro no tenés una discoteca grande de porte importante, como Coyote, Velvet o Glam. Tenés una onda bar, una parte bohemia, y está bueno", agrega.

Roger Careaga (41) es dueño de Pirata Bar y La Cachamba. Su pasión por la noche data desde los 15 años, cuando empezó a moverse como disc-jockey. "Desde los 15 años comencé a ser DJ en cumpleaños, después fiestas de colegio, era un DJ ambulante. Tenía el equipo, iba llegando a todos lados, a las fiestas de cumpleaños y casamientos, hasta que quise abrir un local".

El sueño lo concretó con 22 años, en el verano del '97, durante una temporada en San Bernardino. "Estuvimos tres años en San Ber, de los cuales reventó. Los tres años fue un boom el lugar: fuimos los primeros en comenzar a hacer eventos temáticos todos los fines de semana", cuenta.

En 2001, la marca se trasladó hasta Ayolas esquina Benjamín Constant, local donde la firma sigue presente. La gente que va, según dice, es la que "se quiere divertir". "Es un lugar donde vas a encontrar gente divertida, de un nivel medio para arriba; donde no hay prejuicios en nada. La gente se divierte sanamente", agrega.

La empresa también incursionó en eventos musicales. El primero: Los Auténticos Decadentes, en 2001. La marca más importante fue el recital de Andrés Calamaro, en octubre de 2008, cuando el argentino volvía diez años después. El regreso se concretó otras dos veces y, en el medio, desfilaron figuras como Coti, Vicentico, No Te Va Gustar, Tan Biónica y Los Cafres.

Careaga es parte de la concepción de la Asociación de la Movida del Centro Histórico de Asunción (Amcha), nucleación integrada por Pirata Bar, El Migrante, Shamrock, Rivera, El Bolsi, El Poniente, Pizza Urbana, La Cachamba, Casa Clari y Over Time, y que ya realizó varias actividades. La más importante, hasta ahora, la celebración de los 204 años de Independencia del Paraguay... que reunió a unas 60.000 personas. "El espíritu que queremos contagiar es que la unión hace la fuerza, que la gente se una para poder llegar más allá. Ese es el espíritu. Que se unan para hacer cosas, no hay otra. Y con el AMCHA nos juntamos y hacemos por lado las cosas. No les pedimos plata a nadie, a la Municipalidad, ni a nadie", refiere.

El empresario resalta el momento más difícil: las consecuencias del "edicto Riera", con el que el intendente Enrique Riera restrigió el horario de venta de bebidas alcohólicas y también el horario de cierre de los locales nocturnos. "Mató todo", recuerda. "Tuvimos que cerrar todos los locales de Pirata. Cerró casi un año, se despidió a muchísima gente y, a partir de ahí, fue muy difícil recuperar todo".

Hoy, sus miradas están puestas en el evento que AMCHA prepara para la noche del 14 de agosto y la madrugada del 15. La actividad incluirá un recorrido por distintos lugares históricos del microcentro, con los detalles sobre lo mejor y lo peor de cada época.

Rodrigo "Coto" Nogués tiene 37 años y es una de las cabezas de la productora G5 Pro, holding que engloba a los locales Kilkenny, Velvet, Cover Singing Bar, Faces, Sky, Sheridan's, Índigo, Mokai y Nacho Rey. Sus inicios se remontan casi a su infancia, ya que su padre había abierto el local de Faces, allá en 1989. Su vocación nocturna se empezaba a demostrar a través de la musicalización. "Comencé a irme a pasar música en el '93, cuando tenía 15 años. Faces era un pub con una onda anglo -pasaban The Cure, U2... después mutó-", acota. Luego estudió licenciatura en management e hizo una especialización en marketing en los Estados Unidos. A su regreso, en 2002, se encargó de la administración de Faces y ya en 2003 abrió el local de Índigo.

El contraproducente "Edicto Riera" obligó el traslado de Faces hacia Fernando de la Mora e inició la apertura de Kilkenny (2007), Cover (2008), la compra de Sky (2010), Nacho Rey (2011), Mokai (2011) y Velvet (2013), su apuesta más importante. "La idea era traer todas las tendencias de boliches de Las Vegas, Londres, Nueva York, y apostamos fuerte a traer dos DJ internacionales por mes".

Nogués menciona que cada negocio es una sociedad anónima distinta. "Nuestra filosofía es que cada uno tiene que ser independiente del otro y funcionar por sí mismo. Hasta ahora nunca ocurrió, pero si uno cae, que no le arrastre al otro. Cada empresa es una distinta. El nombre de fantasía es G5, en realidad es el holding", remarca.

Entre sus emprendimientos, destaca un apego especial hacia Kilkenny. "Los clientes son profesionales de 25 a 45 años. El segmento es bastante amplio, pero todos tienen en común: que les gusta la música rock en todos sus géneros y les gusta el producto principal, que es la cerveza", dice. "Esos dos elementos hacen que -combinados con el ambiente y el servicio, y con toda la fantasía de estar en un parque irlandés- les haga atractiva la propuesta".

¿Cómo evalúa el negocio de los locales nocturnos? "Este año tuvo una baja importante de aproximadamente 15 a 20 por ciento bajo el promedio de facturación, pero no mermó la cantidad de gente", aclara. "Tenemos la misma gente, pero gasta menos. Hay menos plata... se siente eso (...). La gente cuida más el bolsillo".

Su firma, además, es por estos días una de las productoras con mayor actividad en el mercado de realización de conciertos internacionales, una actividad que les genera una inversión periódica como parte de sus negocios. Entre sus espectáculos, se incluyen los shows iniciales de Smash Mouth, Sugar Ray, Peter Cetera y los multitudinarios festivales Life in Color (Paraguay) y Asunciónico

André de Oliveira (31) es otro de los empresarios que se mueve hace varios años en el negocio del entretenimiento. Su incursión se dio en 2003, con la reapertura de la discoteca Caracol. "En la época creíamos que faltaban opciones distintas y creativas en la noche y por eso creamos nuestra empresa, el Grupo New Vision", reseña.

En los últimos 12 años tuvo a su cargo distintos locales, tanto en Asunción como en San Bernardino. Actualmente trabaja con GLAM, OX, Q Club y dentro de un mes prevé la inauguración de un bar especializado en coctelería, entre otros proyectos.

De Oliveira sostiene que los targets de sus locales son "son muy bien definidos", lo cual considera un factor que los diferencia entre las otras alternativas vigentes. "Glam apunta a un público amplio, entre 20 y 30 años. Es una discoteca grande, con capacidad para 1.000 personas, donde la máxima diversión es el principal producto", dice. También señala que OX es "el NightClub más exclusivo del Paraguay". "El acceso es permitido para mayores de 24 años y únicamente si están en una selecta lista de invitados generada por amigos y referentes de la casa", cuenta.

Entre sus más recientes propuestas, se encuentra Q Club, una alternativa para adolescentes. "Es una propuesta nueva, apuntada únicamente a jóvenes de 18 hasta 22 años. Mayores a esa edad no tienen permitido el acceso", asegura.

El empresario sostiene que, como todo mercado, el del entretenimiento nocturno evoluciona y cambia constantemente. "Hoy en día es mucho más difícil y riesgoso abrir una discoteca que antes, existen miles de factores que uno tiene que entender para lograr el éxito", señala. Según su perspectivas, "antes las discotecas competían entre sí; hoy compiten aparte con bares, restaurantes, etcétera. El segmento es la clave y la tendencia es que la vara se eleve cada vez más. Al menos de nuestra parte así será".

La tendencia a las coproducciones, según De Oliveira, serán exitosas solamente planificadas a largo plazo. "Creo que, más que nada, es una acción para disminuir riesgos y lograr más recursos. No creo que influya mucho en la convocatoria. Considero que si son asociaciones bien planificadas con un 'proyecto' a largo plazo, serán muy exitosas. No creo que acciones esporádicas de este estilo logren grandes beneficios", reflexiona.

La productora a su cargo también se caracteriza por montar espectáculos internacionales, una temática que desarrollaremos próximamente con mayor profundidad. Entre los espectáculos producidos por New Vision se incluyen las ocho ediciones del festival de música electrónica Red Sound, los conciertos de Limp Bizkit, Franz Ferdinand, James Blunt y el Personal Fest de Asunción y Encarnación.

Acomodada a las fluctuaciones cíclicas de la economía local, no hay dudas de que la industria del entretenimiento y de los locales nocturnos seguirá ocupando un lugar especial. Con el auge del centro histórico -promovido por los empresarios de la zona- y el crecimiento ascendente de Carmelitas y Villa Morra, todo indica que la industria de la diversión mantendrá su reinado en la noche de Asunción. El desafío mayor será prolongarle esa vida a las horas del día y lograr mantener la calidad que hoy se impone.

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