El dolor es la primera señal

En ocasiones sentimos ciertas molestias en las articulaciones de manos o piernas; esto puede ser señal de que podríamos estar teniendo inicio de alguna enfermedad reumatológica. Algunas pueden imposibilitar realizar tareas simples de la vida cotidiana.

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Una definición general para las enfermedades reumáticas sería “todas aquellas que producen dolor ya sea en el hueso o en las articulaciones”, explicó la Dra. Margarita Duarte, especialista del área de Reumatología del Hospital de Clínicas.

Agregó: “Reuma es todo lo que duele y dentro de ese nombre hay más de mil enfermedades, entre ellas las que aparecen con la edad, el desgaste”. En el grupo de este tipo de dolencias entran la artritis reumatoide y la artrosis, que producen ciertas molestias en el paciente pero son muy diferentes en su manera de inicio y avance.

Una de las enfermedades degenerativas que se presentan con mayor frecuencia es la artrosis. “Si nosotros le hacemos una radiografía a una persona de más de 60 años, seguro que tiene artrosis; de ahí a que le moleste es otra situación”. Todos tendremos artrosis en nuestra vida pues esta aparece con la edad", enfatizó.

Esta enfermedad esta agrupada entre las inflamatorias y es la más grave entre los males reumatológicos, debido a que “se ve en personas jóvenes, de entre 30 y 40 años, incluso en formas juveniles. Si no se actúa rápido, más adelante puede llevar a una invalidez”, clarificó Duarte.

La dolencia, una vez que se inicia en la persona, si no se descubre de manera temprana y no recibe un tratamiento adecuado de forma agresiva, en pocos años puede desencadenar una discapacidad o en un estado más avanzado y grave: la invalidez de la misma.

Existen numerosos medicamentos que son utilizados para dar tratamiento a este mal, específicamente para frenar el avance de éste, y son denominados “fármacos modificadores de la enfermedad”. Uno de ellos es el Metotrexato, “que se utiliza también para tratar algunos cánceres. Esto le explicamos siempre a los pacientes, que las dosis que usamos para la artritis reumatoide es mucho más baja” que las que se usa en oncología. Es el mismo medicamento pero funciona de forma diferente con la enfermedad reumatológica.

La especialista comentó que, a pesar de ser una buena medicina, en algunos pacientes no es suficiente, por lo que se recurre a otros como la Leflunomida, “que es un inmunomodulador y fármacos más modernos que son los ‘biológicos’, que generalmente se utilizan de manera inyectable ya sea intramuscular o endovenoso. Son fármacos muy potentes”.

El principal inconveniente con estos medicamentos es el alto costo que tienen, pero están disponibles prácticamente todos en Paraguay.

Ninguna de las drogas utilizadas para frenar el avance de la artritis reumatoide tiene un efecto inmediato, como sería por ejemplo en una semana, sino que lleva varias de ellas. Dentro de este periodo puede que las mismas no arrojen los resultados deseados en el paciente.

Ante situaciones como la explicada, la Dra. Duarte refirió que “nosotros ponemos un medicamento, por lo general actúa en seis a doce semanas; si el paciente después de ese lapso de tiempo sigue con las articulaciones inflamadas y dolorosas, quiere decir que no es suficiente para controlar la enfermedad”.

Añadió que en estos casos “se aumenta la dosis de acuerdo al medicamento, hasta la máxima dosis que tolere el paciente y el medicamento lo permita”. Si no se observan aún resultados, existen las opciones de cambiar de fármacos o asociar otro dentro del tratamiento.

Esta enfermedad afecta en un plano principal a las articulaciones del cuerpo, cuyo primer síntoma es el dolor, pero en ocasiones también puede afligir a órganos internos del cuerpo. Entonces, si las manos son las afectadas, la persona no puede agarrar un cubierto, no puede apretar e incluso hacer actividades comunes; lo mismo pasa con las articulaciones de las rodillas. El solo incorporarse le cuesta a la persona.

En el caso de la columna cervical, donde las articulaciones son afectadas, “hay dolor de cabeza, dolor álgido del cuello, entonces el síntoma va a depender de las articulaciones afectadas; siempre es el dolor y la discapacidad que esa articulación condiciona en el paciente”, expuso.

Los órganos que se verían comprometidos en cuanto a esta enfermedad serían los ojos, con una inflamación denominada Uveítis; también pueden presentarse anemias, inflamaciones de la piel, lo que se va detectando en el paciente luego de una evaluación realizada por un reumatólogo. Por esta razón es recomendable acudir al médico para una observación específica.

La Dra. Margarita Duarte explicó que este mal tiene un avance lento, que que puede tomar incluso décadas en su progreso. “Por lo general, es tolerable en cuanto a las molestias y tenemos tratamientos sobre todo de reemplazo de articulaciones que son las prótesis. Estas pueden devolver con el tiempo la movilidad en una articulación”. Entonces se la puede considerar como una enfermedad más “benigna” y con una amplia gama de tratamientos.

El principal indicador es también el dolor, pero en esta ocasión se da cuando la persona inicia algún tipo de movimiento. “Por ejemplo, uno se despierta en la mañana como entumecido, rígido, parece que duelen todas las articulaciones de la rodilla, la columna y la mano; se ducha y después de media hora aproximadamente el dolor mejora o desaparece totalmente”, refirió.

A esta característica típica de la artrosis se le denomina “dolor de inicio” y puede ser provocado por la exposición prolongada y directa al aire frío, ya sea del viento o proveniente del acondicionador de aire. Por lo general, la molestia surge cuando se fuerza una articulación, porque cuando uno está quieto la misma no representa ningún tipo de molestia.

Otro síntoma es el crujido, que “es importante recordar que si es en un movimiento normal no es peligroso, pero en pacientes con artrosis, cuando hay dolor y dificultad de movimiento, ahí el crujido tiene importancia”, subrayó. También presenta hinchazón pero leve.

Los pacientes pueden llegar a confundir las señales por el dolor, pero en la artrosis el mismo es menos intenso que en la artritis; además, cuando uno realiza movimientos este desaparece por completo.

En cuanto a la prevención de la artrosis, se hace un mayor hincapié en el cuidado del peso, por las articulaciones de las rodillas y los pies, que son los soportes principales del cuerpo; prevenir las lesiones –en el caso de los que practican deportes– también es importante, porque los problemas traumatológicos favorecen la aparición de la artrosis.

Para el dolor de esta enfermedad se usan medicamentos pero más leves, como analgésicos, antiinflamatorios en general, y ya no los inmunosupresores como con otras patologías.

En una etapa más avanzada se proponen tratamientos quirúrgicos para la colocación de prótesis. Según dijo Duarte, las más frecuentes son la de rodilla y también pueden hacerse de cadera, de hombro. Esta es una salida que se aplica cuando la persona ya no puede desenvolverse dentro de sus actividades diarias porque su artrosis le imposibilita.

En el campo de la alimentación, “no hay ningún alimento prohibido ni tampoco maravilloso” para consumir que pueda retrasar la aparición de la artritis reumatoide y la artrosis. Así, “lo importante es tener una alimentación balanceada y un peso adecuado”, recordó.

Para estas dos enfermedades –así como para otras– la automedicación no es recomendable. “Tenemos que saber que hay algunos medicamentos que podemos usar en líneas generales, como el paracetamol o el ibuprofeno en la dosis correcta; hasta ahí se podrían automedicar con algunas molestias”, expresó la reumatóloga.

Otras medicinas no se deben consumir, como serían los que contienen corticoides o emplear una que consumió alguna persona allegada con molestias también, porque puede resultar bastante peligroso. “Cada medicamento tiene una lista de efectos secundarios que debemos considerar y, encima, puede tapar muchos síntomas”, advirtió.

En las mujeres es mucho más frecuente la aparición de la artritis reumatoide, según afirmó la Dra. Margarita Duarte. “Cuatro mujeres por cada varón aproximadamente sufren de esta enfermedad. Es mucho más frecuente en mujeres jóvenes, de edad media de la vida, alrededor de los 40 años”, precisó.

En cambio, la artrosis se observa que afecta a ambos géneros por igual. Las mujeres que presentan esta dolencia por lo general la sufren en las manos, mientras que los varones, más en caderas y rodillas. La columna es la zona afligida en hombres y mujeres.

La artrosis de manos, en mujeres, se debe a “una carga genética muy importante y las madres con artrosis de manos tienen muchos riesgos de que sus hijas tengan también artrosis de manos”. Esto no es 100% hereditario, pero esa carga hace propensa la transmisión de la dolencia, finalizó.

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