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Paraguay cuenta actualmente con 76.249 docentes, encargados de formar a los niños y adolescentes de toda la nación, según datos del Ministerio de Educación y Ciencias. Hoy, 30 de abril, Día del Maestro, es probablemente el único del año en que se homenajea esta incansable labor y se les rinde un humilde tributo.
ABC Color habló con educadores para conocer un poco más de la realidad diaria que deben enfrentar: sus historias personales y lo que piden al Estado como garantía para seguir con el trabajo de enseñar y, por sobre todo, lograr el objetivo: el aprendizaje de los alumnos.
Las necesidades en las instituciones educativas son muchas y en ocasiones los maestros deben hacer malabares para cumplir con su obligación y dar clases en buenas condiciones.
Ruth Alfonso enseña en el Colegio Nacional Naciones Unidas, de Barrio Obrero. Cuenta que todos los días debe levantarse a las 4:00 para llegar a su trabajo a las 7:00 y regresa a su hogar recién alrededor de las 20:00. Tiene cuatro hijos; uno de ellos cumplió apenas un año y solo a la noche los puede ver.
“Lo más difícil de hoy en día es la educación en el hogar; nos mandan chicos muy terribles, que no quieren trabajar. Hay que estar todo el día detrás de ellos para que hagan su trabajo”, relata.
Cree que es necesaria la reforma educativa y una mayor ayuda de las familias. “Hay valores que hay que rescatar en ellos; perdieron todos los valores”, insistió. Reconoció que todos los educadores necesitan capacitación continua y más acompañamiento de las supervisiones, que contribuyan a que el trabajo sea más fluido y no solo se trate de exigir.
José Ovelar vive en la compañía San Blas del distrito de Mbocayaty del Yhaguy y enseña en dos instituciones públicas de la zona. Confiesa que por la falta de caminos asfaltados que conecten las comunidades y ciudades cercanas, en ocasiones, ha tenido que caminar más de 10 km en el barro o en la oscuridad para cumplir con su labor.
Para estar presente en su puesto de trabajo alguna vez llegó a atar una linterna a su moto cuando tuvo inconvenientes con el sistema eléctrico en el medio de la nada. “En la campaña es muy duro estudiar porque hay muchas dificultades”, subrayó.
Enseña desde el séptimo grado hasta el tercer curso desde hace 20 años y comenta que los chicos que asisten a uno de los colegios donde se desempeña tienen vidas muy sacrificadas. Varios de ellos trabajan en la chacra, agrega.
La tarea pendiente del Estado en esta zona es más capacitación, asistencia pedagógica e infraestructura. “Ahora mismo, el colegio de Ykuaruguá está en mal estado, porque después de la tormenta nadie vino a arreglarlo, prácticamente nadie hizo nada”, relató.
Con respecto al bilingüismo, indicó que muchos de sus alumnos le piden que hable en guaraní porque es lo que entienden mejor. La mayoría habla ese idioma y es necesario comunicarse con todos.
Liz Saldivar enseña literatura en el nivel medio en el Colegio L. Pettit de Barrio Obrero. Trabaja en el turno noche, lo cual para ella representa una conjunción de aspectos positivos y negativos.
“A mí me gusta más el turno noche porque son chicos más sacrificados, pero yo estoy muy orgullosa de ellos, se logra trabajar bien”, manifiesta. Sin embargo, reconoce que la inseguridad es un gran problema para todos los docentes que trabajan a esas horas.
Relató que en una ocasión fue víctima de un asalto con arma blanca y lamentó que todos sus compañeros estén expuestos, porque por la zona circulan gra cantidad de drogadictos, pero la Policía ha hecho caso omiso a los cientos de pedidos para que patrullen el perímetro en horarios claves.
Sostuvo que tres de sus alumnas ya tienen hijos y prácticamente cada año hay una nueva embrazada. “Les insistimos siempre que no dejen de estudiar. A veces traen a sus hijos. Tratamos de ayudarles y darles facilidades para que no abandonen el colegio", comentó.
La autogestión es indispensable para la institución de Liz, de cara a cada actividad o refacción que requieren llevar a cabo. “Para todo nos manejamos con rifas y polladas: para mejorar el baño de los alumnos, para que puedan bailar (...) Nosotros nos vamos a comprar ropa y telas para los disfraces. En eso falta invertir, porque de eso se trata el aprendizaje. Compramos pelotas, redes. Es muy difícil a veces no contar con los materiales”, enfatizó.
Añadió que la estructura es bastante carente: les faltan ventiladores y hasta sillas, los cuales son imprescindibles para dar clases. “El ambiente es muy importante para lograr un buen aprendizaje. A veces el calor les trabaja mucho”, refirió.
Recordó que hay una enorme cantidad de familias disgregadas, lo cual influye considerablemente en el comportamiento de los alumnos. Sin el acompañamiento de los padres es dificilísimo, reiteró
Finalmente, dijo que siempre ha querido preparar un material audiovisual para mostrar al resto de la gente cómo es el día a día de un maestro.
En junio del año pasado, 72,21% de los docentes aprobó el concurso público de oposición, de 25.000 postulantes. Esta constituyó una cifra histórica en cuanto al rendimiento de los educadores.
Los docentes luchan hace tiempo por el aumento con miras al Salario Básico Profesional. El año pasado lograron, en un primer momento, un aumento del 12%; luego, tras seguir insistiendo con marchas y huelgas, obtuvieron un 4% adicional. Los docentes entrevistados coincidieron en que este fue un gran avance, aunque no resultó de una decisión del Gobierno, sino más bien a fuerza de movilizaciones.
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En estas fragmentadas historias se evidencia principalmente la falta de infraestructura e insumos en las instituciones públicas, la necesidad de capacitaciones y el acompañamiento de las autoridades educativas, además de la necesidad de un mayor apoyo familiar en la construcción de valores. Son estos los puntos que los docentes requirien a gritos.
Otra realidad no menor es la falta de rubros en instituciones de lugares recónditos del país donde se manejan con aulas plurigrados, es decir, un educador para varios grados de un ciclo. También es un obstáculo la escasez de materiales bilingües.
Aun así, a pesar de las varias falencias del sistema educativo nacional, la vocación ha llevado a muchos de ellos a seguir dando lo mejor de sí para enseñar a niños y jóvenes.
El Día del Maestro se celebra en nuestro país cada 30 de abril. Esta fecha fue definida por el Congreso de Educadores en 1915, en homenaje a la labor de estos profesionales, por lo cual anualmente se declara asueto ese día para que los docentes puedan compartir con sus seres queridos. Sin embargo, nunca falta el festejo en las instituciones educativas y el homenaje por parte de los alumnos en los días previos.
La ley N° 4.424, que declara este día como una fecha conmemorativa, fue aprobada recién en el 2011.