El asesinato nunca resuelto

Julián Núñez, exintendente de Ypejhú, fue asesinado el 1 de agosto de 2014 en pleno centro de ese distrito del departamento de Canindeyú. Nunca hubo detenidos, a pesar de que existen testigos. Un crimen nunca resuelto.

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Eran las 21:45 del viernes 1 de agosto de 2014. Julián Núñez yacía tendido, ya sin vida, en una de las calles del centro de Ypejhú, distrito del que había sido intendente entre 2006 y 2010. Apenas un instante antes, cuatro hombres le cerraron el paso y uno de ellos le hirió con un disparo de escopeta. Mientras el político colorado se desangraba, la gente pasaba por allí sin hacer absolutamente nada.

Y las bombas se elevaban, no muy lejos, como celebración del crimen.

Un año, tres meses y 25 días han pasado desde el día en el que Núñez, quien aspiraba presentarse nuevamente como candidato a la intendencia durante el período 2015-2020, fuera asesinado y no hay siquiera un solo detenido vinculado al caso. Para agravar aún más la situación, ahora la familia denuncia que desconocidos los amenazan para declarar a favor de Vilmar “Neneco” Acosta Márques, recientemente extraditado al país y a quien se vincula como supuesto autor intelectual del caso.

La noche en la que fue asesinado, Julián Núñez había salido de su facultad de Contabilidad en Ypejhú. El exintendente de esa localidad y acérrimo rival político de “Neneco” Acosta, quien entonces era el jefe comunal, subió a su moto, anduvo unos metros y de entre las sombras del camino lo interceptaron con dos motos y lo balearon con una escopeta.

Según testigos, fueron cuatro hombres los que interceptaron a Núñez a bordo de dos motocicletas. En la primera iban Wilson Acosta (hermano del intendente) y Cristino Velázquez (pariente político de Acosta). En la segunda moto iban Vidal Yuner Acosta (hermano del entonces intendente) y Gustavo Acosta Gadea (sobrino de Vilmar e hijo de Wilson, señalado como un conocido sicario de la zona).

El cuerpo de Julián quedó tirado en la calle durante cinco horas, hasta que la asistente fiscal Patricia Stanley –novia del abogado del exintendente de Ypejhú “Neneco” Acosta– hizo el levantamiento de cadáver. Mientras tanto, la familia del político colorado lloraba su pérdida desconsoladamente y las motocicletas pasaban, mirando casi como en burla el lugar donde había ocurrido el crimen.

La Fiscalía no llamó a declarar a ningún testigo, sino hasta que hubo intervención desde la oficinal del Fiscal General del Estado.

Según la declaración que obra en la fiscalía, el intendente siempre amenazaba a Julián Núñez a través de Yuner Acosta.

El 2 de octubre del año pasado, un testigo declaró ante el Ministerio Público: “El autor intelectual o quien ordenó la muerte es el propio intendente de Ypejhú, es el señor Vilmar Acosta Marques, apodado Neneco, quien siempre fue su contrario político”, dice la testifical.

Casi al concluir le preguntaron al testigo quién o quiénes tendrían conocimiento de los hechos relatados, a lo que contestó: “Toda la comunidad de Ypejhú sabe, pero por temor a represalia por parte de los Acosta nada quiere hablar”.

De hecho, según la declaración, hay un funcionario municipal de “Neneco”, propietario de un local de billar, cercano a donde se produjo el asesinato, que habría sido quien hizo de campana avisando que Julián Núñez había salido de la facultad.

El hombre, de apellido Franco, habría dado la voz de alerta.

Los familiares de Núñez han salido hace tiempo de la zona de Ypejhú espantados por las amenazas y hostigamientos continuados. A más de un año del crimen, el fiscal Néstor Cañete imputó a “Neneco” Acosta, su hermano Wilson y su sobrino Gustavo por el caso; aunque todavía faltan dos hombres más: Cristino Velázquez y Vidal Yuner Acosta.

La causa se encuentra ahora en manos del fiscal Jorge Romero. 

El impacto mediático de la extradición de Vilmar Acosta Marques requerido por la justicia de nuestro país por el asesinato de Pablo Medina y la estudiante Antonia Almada, parece haber sacudido del letargo a quienes tenían a su cargo investigar uno de los tantos crímenes atribuidos al Clan Acosta Marques en la pequeña localidad de Ypejhú, el homicidio del exintendente Julián Núñez adquirió mayor preponderancia por tratarse del rival directo de Neneco Acosta Marques en la lucha por la intendencia.

Si bien hubo imputaciones hacia los presuntos autores, estas no pasaron de ser meras formalidades procesales, debido a la influencia que ejercía en aquel entonces el clan Acosta Marques a base de la violencia, el amedrentamiento y con una armadura extra que significaba contar con el respaldo de los caudillos partidarios de la zona.

La detención de Neneco en suelo paraguayo representa un avance fundamental para el esclarecimiento del asesinato del corresponsal de ABC Color en Curuguaty, sin embargo las otras cuentas pendientes de Acosta Marques con la justicia aún deberán aguardar, especialmente en el caso del exintendente ultimado por sicarios al salir de la facultad.

El fiscal Jorge Romero aclaró en contacto con ABC Color, que de momento ni siquiera puede convocar a Neneco para una audiencia indagatoria, atendiendo a que las causales de extradición se enmarcan dentro en la carpeta fiscal correspondiente al asesinato de Pablo Medina.

Por ende como primera medida se prevé aplicar el mismo proceso de extradición que aplicó el Ministerio Público para traer a Vilmar desde Brasil hasta Paraguay es decir la Fiscalía comunica el pedido al juzgado, este corre traslado a la Corte Suprema, luego a la Cancillería que comunica la solicitud a su par en el Brasil.

Romero señaló que bien podría haber adjuntado el pedido junto con de la fiscala Sandra Quiñónez para el caso de Pablo Medina, sin embargo optó por desestimar para no facilitar eventuales maniobras dilatorias por parte de la defensa de Acosta tal y como ocurrió en el caso del comunicador. “Cabe recordar que fue una estrategia del Ministerio Público, el de obtener la extradición invocando un solo proceso”.

El agente explicó que aún con Neneco en el país necesariamente debe respetar este proceso, preparando toda la documentación para ponerlo a disposición de la justicia, apelando al principio de excepcionalidad.

Dependiendo de como transcurran las pesquisas, Romero mencionó como posibilidad la reapertura de la carpeta relacionada con el hallazgo de restos óseos en 2011, con la realización de las diligencias que han quedado pendientes, recordó que por este caso Neneco tiene sobreseimiento provisional y la causa sigue abierta.

Hace un par de días, Antonio Núñez, hermano de Julián, denunció que cuatro personas lo amenazaron que si no declara a favor de Vilmar “Neneco” Acosta, recientemente extraditado de Brasil, podría correr la misma suerte que su hermano. La viuda del exintendente, de hecho, no duda en afirmar que el terror en la zona nunca paró.

Dos meses y 15 días después, en un solitario camino vecinal ubicado en las afueras de Villa Ygatimí, la misma escopeta que había sido utilizada para asesinar a Julián Núñez era utilizada para acabar con la vida del corresponsal de ABC Color Pablo Medina, al que antes hirieron con una pistola 9mm, la misma con la que dispararon contra la joven Antonio Almada, quien acompañaba al periodista.

“Beleza Pura”, celebró “Neneco” Acosta cuando recibió el informe de que el crimen había sido perpetrado, según consta en los informes de Fiscalía.

Y otra vez, las bombas completaban el festejo.

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