El agua que nos salva la vida

Con temperaturas que en sus momentos más altos superan los 35°, nuestro pesado sol es un enemigo silencioso que nos acecha a durante esta época del año. Cuidarnos de él a través de una buena hidratación es fundamental.

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El profesor doctor José Gómez Cantore, catedrático de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA y especialista en Medicina Interna, nos habla acerca de los peligros que aparecen en estos tiempos debido a las altas temperaturas.

El doctor comienza recordando que nuestra ciudad capital está en el primer lugar en cuanto a localidades con mayor temperatura en los últimos tiempos, registrando cifras que oscilan normalmente los 37°C, siendo Asunción reconocida en un momento como la “Capital mundial del calor”.

Para el especialista, una de las mayores claves es darle importancia a la hidratación en todo momento: “Es importante beber una suficiente cantidad de agua. No obstante, no todo el mundo sabe los diferentes riesgos que corremos cuando no nos hidratamos correctamente, sin importar de que época del año se trate”, explicó el médico.

Esto aún puede costar creerlo, pero el especialista afirma que una persona incluso puede pasar varias semanas sin comer, pero jamás podrá sobrevivir más allá de tres o cinco días sin agua. Muchos problemas de salud se ven aumentados significativamente ante la falta de consumo del líquido natural, según varias investigaciones. En los casos en los cuales una persona además está sometida a una intensa actividad física en el trabajo o es deportista, esto se agrava en sobremanera.

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“Si bebemos poco líquido antes, durante y después de ejercitarnos, así como si hay una insuficiente hidratación en nuestra dieta habitual, nuestro rendimiento al momento de realizar nuestra rutina diaria o entrenar puede verse afectado de diferentes maneras”, manifiesta el doctor.

Según actualizaciones científicas que nos proporcionó el catedrático, en los adultos está comprobado científicamente que una deshidratación leve, que implique la pérdida de tan solo el 1% al 2% del peso debido a falta de líquido, puede impedir la capacidad de concentración. Una deshidratación superior al 2% puede afectar a las habilidades de procesamiento y debilitar la memoria reciente.

Por otro lado, en el caso de los niños, aquellos que tienen un nivel de hidratación deficiente (menos de 2,1 litros al día en el caso de los varones y menos de 1,9 en el caso de las mujeres) muestran un peor rendimiento escolar, ya que se ven afectados en lo que se refiere a la atención y la memoria, según nos precisó el doctor en base a diferentes estudios.

Es por esa razón que el especialista recuerda la recomendación de los expertos de beber en cualquier momento del día, no solo durante las comidas principales o cuando se tiene sed.

El profesional aboga a su vez por facilitar el desarrollo de estrategias eficaces para promocionar la cultura de la ingesta de agua en las escuelas, ya que en la infancia es donde se inculca, o no, el hábito de beber el líquido vital.

Si se quiere mantener una correcta hidratación, se deben tener en cuenta factores que hacen que nuestro cuerpo pueda sufrir una mayor pérdida de agua, tales como actividades deportivas intensas, el rango de edad (los ancianos y los niños que tienen más riesgo), la temperatura ambiental por encima de los 30º, ambientes en los que haya un alto grado de calor y humedad, excesiva exposición solar, consumo de diuréticos, fiebre, situaciones de estrés, vómitos, diarreas, ingesta de alcohol, entre otros.

Las enfermedades que más aparecen por falta de una hidratación adecuada, según manifiesta el doctor, son las que tienen que ver con los riñones. No obstante, también pueden aparecer problemas circulatorios e intestinales. Entre los problemas causados por la deshidratación podemos citar fatiga, cansancio la mayor parte del tiempo, envejecimiento prematuro (sobre todo se nota en la piel), obesidad, trastornos circulatorios y de la presión arterial, alteraciones digestivas (gastritis, úlcera, estreñimiento), problemas respiratorios, infecciones urinarias, daño cerebral (pérdida de memoria, debilidad, excitabilidad neuromuscular, déficit neurológico).

El profesor recuerda que no siempre existe un indicador temprano de la necesidad de agua por parte del organismo. “Muchas personas no sienten sed hasta que están deshidratadas. Por eso es importante aumentar la ingesta cuando hace calor o se está enfermo, y por supuesto, al hacer actividad física o al exponerse al sol”, manifiesta.

Algunas de las señales que pueden indicar que un niño está deshidratado o se está deshidratando, siempre de acuerdo a lo que manifiesta el especialista de la UNA son: pasar más de seis horas sin orinar, orina de color amarillo oscuro y con fuerte olor, decaimiento y falta de energía, boca y labios secos y falta de lágrimas al llorar.

En el caso de los adultos mayores, quienes también representan un grupo de riesgo, algunos signos y síntomas de deshidratación son: boca seca, lengua pegajosa, fatiga o debilidad, irritabilidad, mareos, náuseas, dolores de cabeza, estreñimiento y sequedad de la piel.

Algunas de las recomendaciones del doctor para estar bien hidratado en situaciones que requieren de un esfuerzo mental intenso son por sobre todo beber de 2 a 3 litros de agua al día, incluyendo variedad de bebidas. Además del líquido natural, se deben incluir infusiones, refrescos, zumos, lácteos y caldos. Es recomendable no esperar a tener sed, pues esta sensación aparece cuando ya existe una cierta deshidratación. También se pide estudiar y trabajar en un lugar con buena luz y ventilación, teniendo cerca de los apuntes una botella de alguna bebida que recuerde la necesidad de beber regularmente.

Según el catedrático, el tereré, una bebida que está presente todo el año pero sobre todo por esta época, aporta un poco de líquido al cuerpo, pero solo en un 70 %, por lo que es necesario tomar mayor cantidad de agua. “No es lo mismo tomar tereré que tomar agua, debido a que el cuerpo no se hidrata como debería. Los yuyos y la yerba tienen un efecto diurético que hacen que desechemos rápidamente por la orina el líquido que ingerimos y el cuerpo no tiene tiempo para hidratarse”, señala el doctor.

El doctor Miguel Ángel Velázquez Blanco, neurocirujano, nos comenta también acerca de los tremendos peligros que representan las altas temperaturas y la deshidratación para nuestro sistema cerebral. El mismo comienza señalando que el hecho de que nuestro país no cuente con mares o montañas, además de la muy fuerte humedad, provocan que la sensación térmica nacional sea bastante alta y nuestro cuerpo la sienta mucho más. Si a estos factores se le suman la mala alimentación, es bastante poco alentador para la salud de las personas el calor paraguayo.

Ya en lo que se refiere al cerebro, la falta de hidratación provoca que la presión arterial descienda y el aporte de sangre a la mente sea menor. Un 75% del tejido cerebral está compuesto por agua, por lo que al deshidratarnos nuestro cerebro se achica y nos duele la cabeza. A esto último se suman repercusiones en las funciones de la memoria, el saber y el estado de ánimo, señala Velázquez.

Además de esto, el neurocirujano manifiesta que la deshidratación afecta bastante rápido al sistema nervioso, y los primeros signos que se ven son un cambio de ánimo, somnolencia, dolores de cabeza y disminución del sentido de alerta. Por otro lado, son los niños los más propensos a verse afectados por esto ya que beben gaseosas o jugos azucarados en lugar de agua, haciendo que los electrolitos no aumenten.

Se podría decir que Paraguay en particular es un lugar de riesgo de manera innata para las personas propensas a sufrir un golpe de calor. Por supuesto, eso no significa que esta temporada no sea a la vez una de las más divertidas y disfrutables del año. Solo no olvides llevar siempre contigo, además del tereré, tu reserva de agua. El vital líquido puede salvarte, sin exagerar, la vida, regulando tu temperatura y el bienestar general de tus órganos, comenzando por tu cerebro, en esta época del año tan intensa como apasionante.

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