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En 1853, Carlos Antonio López decidió encargar una misión diplomática al continente europeo al mando de su hijo Francisco Solano, quien fue en carácter de enviado extraordinario y ministro plenipotenciario. El profesor Blas Servín, del Centro Astronómico, logró ingresar al Archivo Secreto del Vaticano hace 37 años y fotografiar estas notas de relevancia histórica.
El primer escrito corresponde al entonces presidente del Paraguay, el cual fue enviado el 18 de mayo de 1853. La nota estaba dirigida a la máxima autoridad de la Iglesia Católica de entonces, el papa Pío IX. En el texto el mandatario solicita al Santo Padre que conceda a su hijo un encuentro y, a través de él, “bendiga a la República del Paraguay”.
Según el “Diario de Viaje a Europa” (1853-1854), de Rómulo José Yegros, mencionado por el profesor Servín, la comitiva nacional llegó al Vaticano el sábado 8 de abril de 1854 y permaneció en el país hasta el 29 de abril.
La misión estaba conformada por Ángel Benigno López, el teniente coronel de infantería Vicente Barrios, el capitán de caballería José María Aguiar, el teniente de caballería Rómulo Yegros y Paulino Alén, como secretario escribiente, lo que hace suponer que la letra de los documentos corresponde a este último. Además, acompañaba la comitiva el diplomático Juan Andrés Gelly.
Según los datos, cuando el Mariscal quiso reunirse con el papa Pío IX era Semana Santa, y él estaría muy atareado oficiando las celebraciones de esta tradición cristiana, razón por la cual no le concedieron la cita. Pero el historiador Luis Verón asegura que ese solo fue un pretexto para evitar el encuentro, puesto que López estaba acompañado por Elisa Alicia Lynch, además de encontrarse separado. “No reunía las condiciones de la época para entrevistarse con el Papa”, según Verón.
Durante esos días el Mariscal aprovechó para participar de las misas toda la semana en el Vaticano con la esperanza de reunirse con el Sumo Pontífice. El otro texto, del archivo, data del 18 de abril de 1854, está dirigido al Cardenal, secretario del Estado de su santidad el Papa, para que lo reciba al día siguiente, el 19 de abril, y está firmada por Francisco López.
“Finalmente, el Papa le da una fecha, el primero de mayo, pero el Mariscal ya había organizado su regreso al Paraguay, así que no ocurrió este encuentro. Iba a ser muy importante que estas dos personalidades pudieran conversar un poco”, comentó el profesor Blas Servín.
La misión principal consistía en agradecer y constatar el reconocimiento de la independencia del Paraguay como República. Así, los compatriotas llegaron a países como Inglaterra, España, Francia, Italia y el Vaticano.
Según el libro Historia del Paraguay de Mary Monte de López Moreira, en este viaje contrataron técnicos y compraron máquinas para el desarrollo industrial de nuestro país. Más de un año duró esta travesía por Europa, y el Mariscal volvió a bordo de un barco adquirido de los astilleros ingleses, cuyo nombre es Tacuary.
“La comitiva paraguaya, en su viaje de retorno, hizo escala en Río de Janeiro, y allí se enteró de los preparativos de guerra que organizaba el gobierno brasileño contra el Paraguay. Con bastante premura, dicha embajada decidió seguir el viaje y llegó a la capital en enero de 1855”, relata un fragmento del libro de la historiadora.
El profesor Blas Servín logró ingresar a estos documentos gracias al cardenal Antonio Samoré (1905-1983), quien vino al Paraguay en 1979, invitado por el padre Federico Schiavon (1923-2002).
“El cardenal fue enviado a América para ser el mediador entre Argentina y Chile, que estaban por ir a una guerra. Al conseguir esa paz, me llama y me dice ´yo voy al Paraguay´. Yo le enseñé frases en guaraní; iba a venir a Pilar. Al bajar del avión, el habló en guaraní, y el pueblo quedó impactado por un cardenal que hablaba en guaraní”, relató Servín.
Luego el profesor Blas Servín fue al Vaticano, y en agradecimiento por el trato, el cardenal Antonio Samoré le consultó que podía hacer por él. Entonces, allí vio la radiante posibilidad de solicitarle ingresar al Archivo Secreto del Vaticano, teniendo en cuenta que él era la autoridad máxima de la sección.
Accedió al recinto por 15 días, en 1980, tiempo que aprovechó para buscar todos los papeles relacionados al Paraguay. “Sabíamos de la existencia de estos documentos. Muchos sacerdotes, como el padre Carlos Heyn, historiador; P. Michel Gibaud, que fue rector de la Universidad Católica, ellos pudieron ingresar al archivo, pero ellos tenían anotaciones, yo lo que pude conseguir son fotografías”, indicó.
Luego de 164 años, estos documentos conocen la luz pública. “Es la primera vez que estoy sacando”, concluyó.