Cargando...
“Los retretes salvan vidas” se denomina un artículo de las Naciones Unidas que explica la razón de por qué el 19 de noviembre fue declarado Día Mundial del Retrete. Según el citado texto, este sistema de evacuación evita que a través de heces humanas se diseminen enfermedades mortales.
Hábitat para la Humanidad recuerda que las afecciones producidas por la falta de higiene en el baño se traducen en contagios a toda la familia, pérdidas de días laborales, poca productividad, gastos de medicinas o tratamientos de salud. Los niños son los más expuestos a infecciones respiratorias o gastrointestinales.
Lamentablemente, en todo el mundo, cerca de 4.500 millones de personas no cuentan en sus viviendas con sistemas que eliminen los excrementos de forma segura y este día se celebra para concienciar acerca de la crisis mundial de saneamiento y fomentar medidas que la resuelvan.
“Esto incluye a 600 millones de personas que comparten un inodoro o letrina con otros hogares y 892 millones de personas –la mayoría en zonas rurales– que defecan al aire libre”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Nuestro país no puede ser ajeno a esta situación, teniendo en cuenta que todavía existen varias escuelas públicas con agujeros en el suelo que hacen de contenedor de las heces, a los que llaman letrina, los cuales además de ser insalubres resultan peligrosos.
En julio de este año, ABC Color publicó una nota en la que reportaba un caso de una niña del primer grado que estuvo a punto de caer en una letrina. El hecho ocurrió en la escuela Cnel. Sampson Harrison, de Fuerte Olimpo. La letrina que usan está hecha de madera de karanda’y y cuando la alumna ingresó, uno de los troncos utilizados como base se desprendió, lo cual produjo que esté a punto de caer en el pozo.
Este pequeño incidente aislado, que no se convirtió en noticia peor gracias a la ayuda de sus compañeros, evidencia una realidad de miles de escuelas del interior del territorio nacional que no cuentan con baños modernos que contengan los retretes.
A lo largo del recorrido del departamento Educativo de ABC Color, hemos podido observar que varias instituciones públicas no cuentan con los requisitos mínimos de salubridad como excusado y agua corriente para la correcta higiene de los alumnos que van al baño.
Otro caso de insalubridad se reportó en la escuela básica N° 5.799 “Manuel Conchita” de Yguazú, la cual tiene 109 alumnos y todavía funciona con dos aulas de madera y una letrina. La mayoría de los chicos que asisten a esta institución son nativos de la parcialidad Mbya Guaraní.
Según la dirección de infraestructura del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), existen 415 instituciones públicas que todavía disponen de baños muy precarios o letrinas. El mayor déficit de buenos sistemas de saneamiento se encuentra en el departamento Guairá, con 172. Es importante recordar que, según el área, cada casa de estudios tiene cerca del centenar de alumnos.
Incluso es posible que en las zonas más humildes esta situación se repita en los hogares de los niños. Además, hay un total de 2.949 escuelas y colegios cuyos baños requieren de reparación. En este caso, la mayor parte de los mismos se encuentran en Central.
Existe un Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) que destina el 30% del dinero para la infraestructura en educación, el cual se distribuye a los Municipios, que este año recibieron un total de 38 millones de dólares, las Gobernaciones, 20 millones de dólares y en parte al MEC, 43 millones de dólares.
Según un resumen del control de estos fondos que se puede observar en los datos abiertos del Congreso Nacional de la meta inicial de 7.560 instituciones que debían ser reparadas, la ejecución fue cero por parte del MEC. Solo 71 infraestructuras mantenidas por parte de las gobernaciones y no hay reportes de las municipalidades.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 serán que el saneamiento llegue a todos los habitantes del planeta, reducir a la mitad las aguas no tratadas y aumentar su reutilización.
Para alcanzar estas metas, es necesario que los excrementos humanos sean depositados, transportados, tratados y eliminados de una manera segura y sostenible. Miles de millones de personas en todo el mundo carecen de sistemas de saneamiento o no son efectivos. Como consecuencia, los avances en el ámbito de la salud y la disminución de la mortalidad infantil se ven gravemente perjudicados, refiere la ONU.
Los servicios básicos para la higiene consisten en que la población cuente con una fuente de agua potable que le pueda proveer el líquido vital en un tiempo menor a media hora, un inodoro mejorado o una letrina que no se tenga que compartir con otros hogares y un lavamanos con agua y jabón.
Este año, el Día Mundial del Retrete se centra en el tratamiento de las aguas residuales, por lo que la pregunta principal reside en: «¿Dónde van las heces?», puesto que defecar es una necesidad biológica y este residuo se gestiona de una manera distinto de acuerdo a las regiones y países en que viven las personas.
Los excrementos humanos de miles de millones de personas vuelven al medio ambiente sin haber sido tratados y propagan enfermedades mortales, debido a la falta de sistemas de saneamiento o su mal funcionamiento. Las aguas residuales no depuradas terminan contaminando los ríos y los mares, hasta el punto que dejan de ser lugares salubres para la pesca o las actividades recreativas, ejemplo de ello es la Bahía de Asunción.
Para alcanzar los objetivos ya mencionados para el 2030 es necesario que las heces pasen por un proceso compuesto por cuatro fases: depósito, en retretes higiénicos con contenedores herméticos, de manera que los excrementos no entren en contacto con las personas; transporte a través de tuberías o servicios de vaciado de letrinas para que las heces lleguen a la fase de procesamiento.
Posteriormente, el tratamiento, proceso en el cual las deben ser convertidas en aguas residuales y desechos depurados para que se puedan volver al medio ambiente sin que supongan un riesgo para la salud pública. El último eslabón de esta cadena consiste en la eliminación y reutilización, puesto que una vez tratadas correctamente, estas se pueden reutilizar como combustible o fertilizante.
La organización Hábitat Para la Humanidad Paraguay realiza una campaña de recaudación de fondos, cuyo objetivo es recaudar recursos para ayudar a familias a mejorar sus baños. La meta de este año es ayudar a 100 familias de localidades del departamento Central. La suma total que deben reunir es de G. 170 millones.
Este emprendimiento se inició el 7 de setiembre de 2017 y concluirá el próximo mes, es decir, diciembre de 2017.
El aporte para esta campaña lo puede hacer en efectivo o liderando un grupo de personas que sumen sus aportes para completar una donación de G. 1.700.000, lo que costaría el equipamiento cerámico de un baño.
Para realizar consultas o coordinar la entrega de una donación, las personas pueden comunicarse al teléfono 021 338-1441, atención disponible de lunes a viernes de 7:30 a 16 horas. Fuera de horario de oficina o fines de semana se puede dejar mensajes al correo de Fabiola Capdevila telemarketing@habitat.org.py. También se pueden realizar comunicaciones vía whatsApp a través del +595971 974207. Todas las donaciones se reciben contra recibo o factura institucional.
En la página de Hábitat para la Humanidad se encuentran más informaciones del porqué utilizan este sistema, cómo se manejan los fondos y todos los detalles específicos referentes a esta campaña.
La mejora de los sistemas de saneamiento, junto con el agua potable y la buena higiene, podría prevenir unas 842 000 muertes al año.
Según la ONU, cerca del 60% de la población mundial no dispone de retretes en sus viviendas o tienen sistemas de saneamiento deficientes. Unas 892 millones de personas defecan al aire libre por no tener acceso a ningún retrete y alrededor de 1.800 millones de habitantes del planeta beben agua que podría estar contaminada por heces y el 80% de las aguas residuales generadas por la población mundial regresa al medio ambiente sin ser tratadas o reutilizadas.
El Día Mundial del Retrete, inodoro, excusado o wáter, como le llaman algunos en nuestro país, es una fecha más para despertarnos y preguntarnos cómo viven las personas en la precariedad y los problemas sanitarios a los que se exponen muchos niños en sus escuelas, para empezar por la conciencia y proceder a la acción, o por lo menos reclamársela a las autoridades pertinentes.