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Visiblemente deteriorado, el antiguo edificio continúa erguido sobre Oliva y Chile, en pleno microcentro, con el cartel aún intacto de “Gran Cine Teatro Victoria”.
Lejos de su época estelar, el lugar actualmente permanece cerrado, excepto los domingos, días en que las puertas se abren para encuentros cristianos.
Entre los años 60 y 80, antes de ser un templo evangélico, el lugar albergaba grandes estrenos internacionales del mundo cinematográfico.
Luego de su época dorada, poco antes de la caída de la dictadura, las proyecciones convencionales son reemplazadas por filmes de tono erótico que lo llevaron a la decadencia.
Las funciones se ofrecían hasta en horas del mediodía y la situación se desbordaba aún más tras la caída de la dictadura, explica el arquitecto e historiador Jorge Rubbiani.
Las películas condicionadas para adultos permanecen durante la década del 90 y en los primeros años del siglo XXI se inician nuevos esfuerzos por reactivar el lugar.
Las actividades lujuriosas fueron reemplazadas de esta manera por filmes tradicionales, aunque los estrenos llegaban algo tarde sobre la calle Oliva.
El cine Victoria así ofrece productos que prácticamente ya salieron de cartelera en otros locales, aunque a un precio más accesible.
Para la arquitecta María Teresa Miranda, jefa del Departamento de Patrimonio de Asunción, las salas de cine como el Victoria caen con el auge de los centros comerciales, que ofrecen variadas opciones de entretenimiento, además de las películas.
“Empezó a perder protagonismo. Los encuentros se desplazaron hacia la zona de Villa Morra”, refiere.
El urbanista Rubbiani señala que aún sin los estrenos estelares, el edificio del cine Victoria constituye un patrimonio nacional.
“Claro que es considerado un patrimonio. Todo elemento que lleva la visión y se convierte en un referente habitual sobre el perfil urbano es un elemento patrimonial de valor sentimental”, refiere.
Según el arquitecto e historiador, el complejo es construido en la década del 40 por la firma Christian y Niels.
El arquitecto responsable llevaba el apellido Corbellani, un profesional traído desde Argentina para hacer el entonces Banco del Paraguay.
Respecto al punto de vista estilístico señala que el responsable mezcló corrientes neoclásicas con la arquitectura moderna.
“Es un edificio que corresponde a una etapa donde el mundo se debatía entre dejar los antiguos componentes ornamentales que caracterizaron la primera mitad del siglo o acoplarse a la arquitectura moderna”, refiere.
El lugar actualmente se encuentra descuidado y los yuyos van ganando espacio a lo largo de su estructura.
La arquitecta Miranda reconoce que el antiguo cine Victoria puede considerarse un patrimonio, aunque no cuenta con protección de la comuna capitalina.
“No podemos intervenir sin autorización del propietario en primer lugar”, se excusa la funcionaria.
Explica que tanto el mantenimiento como la reparación del complejo ahora están netamente en manos del sector privado.
“Así se pierden todos los edificios”, lamenta Rubbiani al señalar la falta de mantenimiento adecuado del histórico complejo.