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Benítez señaló que si bien no se acuerda, su madre y tíos cuentan que desde muy pequeño él decía que quería ser doctor. “Yo pienso que debieron ser tonterías de un niño, pero ellos me dicen que ya estaba destinado a esto”, relata.
Cuando terminó la secundaria, el joven se encontró con la difícil situación de elegir dónde seguir sus estudios. En compañía de su madre, Bernard comenzó a barajar varias opciones para dar continuidad a sus estudios.
“Empezamos a ver las oportunidades que teníamos aquí y nos dimos cuenta de que las universidades privadas son muy costosas y la nacional es inseguro ingresar porque tenés que hacer la prueba de ingreso y de todas formas tenés que gastar para hacer el cursillo”, agregó.
Ante los grandes costos, el joven y su madre llegaron al Ministerio de Educación y Cultura para solicitar datos sobre las becas para estudiar en Cuba. En aquellos días, se recibían las carpetas de los postulantes así que Bernard preparó los documentos y entre miles de postulantes quedó preseleccionado, rindió los exámenes y consiguió una plaza. Bernard viajó al país caribeño en compañía de otros 58 compatriotas en el año 2005.
Sobre su llegada a Cuba, Bernard relató: “fue muy extraño, me parece que todos viajamos con miedo, porque no sabíamos a que nos íbamos a enfrentar, el recibimiento fue muy bueno, el pueblo cubano te da todo lo que tiene, comparte contigo todo, a pesar de todas las carencias, eso hizo que al llegar allí, a pesar de enfrentarnos a un mundo nuevo pudiéramos experimentar muy buenos momentos y hacer excelentes amigos”.
Bernard relató que sentía añoranzas de los amigos, la familia, además de que “lastimosamente hay tiempo que nunca vas a poder recuperar y personas a las que no voy a poder volver a ver nunca”.
“Lo peor es que te llamen un domingo y te digan 'estamos acá toda la familia reunida, comiendo asado'; y uno allá queriendo venir como sea”, relató.
Durante el tiempo que estuvo en Cuba, Bernard consiguió viajar al país en varias ocasiones durante sus vacaciones, pero su madre tuvo que dejar el Paraguay para viajar a Barcelona, España, en compañía de su hermana mientras él cursaba el primer año de su carrera. Recién hace dos años, después de cuatro años, pudo volver a ver a ambas cuando logró viajar al país europeo.
Bernard terminó la carrera como el mejor egresado de su promoción. “No es terminar como mejor, sino ver el resultado de tanto esfuerzo lo que te hace sentir bien, me parece que mi mamá y mi hermana que fueron allá a la graduación estaban más emocionadas que yo, mi mamá no paraba de llorar. A mí todavía me parece que sigo igual, todavía no sentí el cambio de una etapa a otra”, expresó el joven.
Bernard relató que si bien todavía no escogió una especialidad, le interesan las del área clínica. Expresó además que ahora se encuentra abocado en conseguir la homologación de su título.
Después conseguir la homologación, Bernard deberá realizar una pasantía rural de 6 meses para obtener el registro profesional que habilita para la práctica de la medicina. A partir de ahí, cuenta, que gustaría de realizar alguna especialización y conseguir un puesto de trabajo.
El joven señaló que siempre piensa en ayudar a todas aquellas personas que necesiten un doctor y por ciertas cuestiones no pueden acceder a ellos. “Esperemos que todos podamos tener la oportunidad de ayudar a concretar ese sueño”, finalizó diciendo.