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Obstinados y tercos… es decir, porfiados. Radiantes, oscuros, complejos, minimalistas, violentos, verborrágicos, vengadores, depresivos, fiesteros, tan creíbles como inverosímiles… tan ambiguos, pero siempre efectivos. Siempre tan llenos de rimas y rapeando, Cuarteto de Nos, esa marca registrada del rock rioplatense -en concreto, desde el paisaje montevideano que los vio nacer hace ya 28 años- hoy tiene más fuerza que nunca. Desde la estética, desde el lenguaje, desde la puesta en escena que Porfiado -su nuevo disco- los proyecta. Con la misma formación y una popularidad que se extiende a lo largo de Latinoamérica.
Roberto Musso, el frontman de la banda, está allí. Entregando su voz en cada verso, en cada rima, que sus compañeros potencian desde la guitarra (Gustavo Antuña), bajo (Santiago Tavella), batería (Álvaro Pintos) o teclados (Santiago Marrero).
El tardío primer encuentro con Paraguay, recién con Bipolar en manos, data del 18 de junio de 2011. “Somos una banda con una muy buena comunicación con la gente”, decía Musso antes del concierto. Y es lo que demostraron el año pasado en el Ferrocarril de Asunción, así como en un lleno Luna Park, el 22 de junio pasado.
“Vivimos el disco (Porfiado, 2012) con muchísima expectativa, estamos súper contentos”, reconoce Musso. “Hay mucha gente a la que le encanta el disco, la gente canta todas las canciones. Esperemos que en Paraguay pase lo mismo”, agrega. Es que la gira los llevará a países como Colombia, Venezuela, México, así como toda Argentina y Uruguay, mientras nuestro país aguarda en la lista de espera.
Para el repertorio de la gira, los uruguayos priorizan las canciones del nuevo álbum, al punto de tocar los 12 nuevos temas que componen el material. “Son canciones que están concebidas para tocar en vivo. Cuando me pongo a componer ya me imagino la canción tocando en el show. Por lo menos es lo que me pasa con la mayoría de las canciones. A veces cantamos las 12 canciones, ¡y las 12 funcionan completamente!”, dice el frontman y compositor de la mayoría de las canciones (solo dos: “Enamorado tuyo” y “No te invité a mi cumpleaños”, pertenecen a Santiago Tavella).
En el sonido que lograron imponer, el también uruguayo Juan Campodónico tiene mucho que ver. Fan declarado, y productor de Raro, Bipolar y Porfiado -así como el responsable, junto a Gustavo Santaolalla y otros seis músicos, del proyecto Bajofondo- fue el artífice de un perfecto equilibrio entre el colorido mundo del Cuarteto y un exquisito orden en la producción. “Hubo un cambio al trabajar con Juan (Campodónico) en los arreglos en las canciones -reconoce Musso-. Eso se nota mucho en vivo. A partir de Raro, que seguimos con él, estamos súper contentos con el resultado”.
En las nuevas canciones, el autor desafía a la rima de los nuevos tiempos, e incluye versos que podrá incluir desde el baile del caño, el joystick y al icónico Woody Allen.
En el vivo, la interacción con su público es parte esencial de la puesta: desde los pogos en el campo, hasta familias de distintas edades en las tribunas y videos interactivos, siempre con un continuo acting que incluye clásicos como Ya no sé qué hacer conmigo, El hijo de Hernández e Invierno del 92. Esto, sin olvidar la sensibilidad de canciones como Todos pasan por mi rancho, con la que Musso confiesa su soledad.
“Esperamos tocar pronto en Paraguay, en Asunción. Allí estaremos nuevamente, seguramente”, agrega Musso, sin querer -o hasta queriendo- pero siempre rimando.
Así es el Cuarteto de Nos. No pretendamos entenderlo, muchos menos cambiarlo. Limitémonos a escucharlo y, si es posible, gozarlo.