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La hiperhidrosis es una enfermedad que causa una sudoración excesiva en zonas específicas del cuerpo, a raíz de un fallo en el sistema nervioso simpático, que causa que las glándulas sudoríparas produzcan más sudor de lo que el cuerpo necesita para la regulación de la temperatura.
“La hiperhidrosis no es muy conocida por la población, que no la reconoce como enfermedad. La gente te dice ‘no, qué sudar va a ser una enfermedad’”, según explica la especialista en dermatología Mariela Candia.
Según la dermatóloga, la hiperhidrosis se presenta en áreas específicas del cuerpo, como el rostro, manos, pies, axilas, y muchas veces hasta el tronco (la espalda) de los afectados.
Son señales de alerta -expuso la especialista- cuando, por ejemplo, la persona se pone una camiseta y luego de 20 minutos a 40 minutos, la camiseta está marcada exactamente en la región donde suda, independientemente del clima, en caso de tratarse del cuadro más común, presentado en las axilas.
“El sudor cuando llega a marcar la ropa, sin la práctica de ejercicios físicos, es una señal de que sería importante consultar con un especialista”, indicó la doctora Candia.
Por otra parte, en caso de que la enfermedad se presente en pies o manos, “el sudor llega a gotear, literalmente”, refirió la especialista.
Sin embargo, la más complicada de identificar sería la que se presenta a nivel del rostro. El principal síntoma es la casi permanente coloración rojiza o rubor, que la gente suele relacionar como síntoma de cansancio o consecuencia de permanencia en lugares cerrados o poco ventilados.
“Muchas veces el rubor del rostro y la sudoración en esa parte del cuerpo puede estar relacionado a una hiperhidrosis”, sostuvo.
Esta patología está relacionada con la herencia genética y puede manifestarse desde la niñez. Aún no ha sido determinada médicamente una causa externa que sea causante de la enfermedad.
La hiperhidrosis se clasifica en Primaria y Secundaria.
PRIMARIA: La que se manifiesta en la persona sin causa aparente, y
SECUNDARIA: que es aquella que surge después que la persona sufra ciertas enfermedades como diabetes. “Después de esa patología, empieza a registrarse la sudoración excesiva, que debe ser atendida en forma conjunta entre el médico de cabecera y el dermatólogo”, explicó la especialista.
“El principal problema que se da con la hiperhidrosis hoy es el problema social”, manifestó la doctora Mariela Candia, al tiempo de indicar que lo que más está en juego con esta patología es la autoestima del paciente.
Explicó que esta enfermedad ha causado casos depresivos importantes. “Cuando hablamos de autoestima, no solamente en casos de hiperhidrosis, sino en todo lo que respecta al ser humano, el autoestima es señal de salud. Cuando no hay autoestima, la salud queda comprometida”, contó.
La dermatóloga explicó que actualmente en medicina no se puede hablar de una cura. Sin embargo, la dermatología posee varios tratamientos que apuntan a reducir los efectos de la patología.
“Tenemos los paliativos, los más sencillos, cuando hablamos de químicos, hablamos de desodorantes en relación a las axilas, que nos pueden ayudar, que son unos mecanismos tópicos que usamos”.
Por otra parte, existe el tratamiento conocido como Iontoforesis que, con corrientes eléctricas que actúan en el sistema nervioso simpático, puede hacer que las glándulas sudoríparas tengan esa contención.
Así también se encuentra el tratamiento con la Toxina Butolímica, “que en mi concepto, me ha producido los mejores resultados a mis pacientes. Lastimosamente, es una toxina que es un poquito cara todavía, pero en cuanto a la relación costo-beneficio, para quien tiene la patología, vale la pena”, dijo.
Finalmente, se encuentra el método más complejo: la cirugía de simpatectomía “que es realizada por un cirujano torácico y realmente tiene una mejoría importante, pero hay que destacar que puede tener un efecto rebote, o sea, mejora un lado pero puede llegar a empeorar en otro”.
A modo de conclusión, la especialista indicó que “la palabra correcta hoy es mejorar la calidad de vida del paciente. Hablar de cura para algo que no te va a matar me parece fenomenal, pero yo siempre creo que en la vida hay que poner costo-beneficio. Solo quien tiene el problema, solo el paciente portador de hiperhidrosis sabe cuánto le molesta el sudor y hasta dónde puede llegar para paliar el mal”.