Cosmos y el fútbol no profesional

El mundo del fútbol es tan amplio que el Cosmos FC solo ocupa una minúscula parte. Cosmos FC, un equipo formado por jugadores no profesionales que cada domingo se reúnen para hacer gratis lo que más aman: jugar al fútbol.

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Existen cientos de selecciones, miles de torneos, millones de equipos y una infinidad de jugadores que no paran de dar patadas a un balón por tratarse de su trabajo. Así también están las personas que se sienten jugadores y hacen lo que más les gusta cada fin de semana en competiciones barriales.

En este último grupo se encuentra la gente que fundó Cosmos FC, un equipo de la ciudad de San Lorenzo conformado por vecinos, amigos, y amigos de los amigos, que compite en estos torneos de barrio.

Cuenta Rudy Almada, quien capitanea el cuadro, que todo comenzó en 1999 cuando “un grupo de amigos de barrio, compañeros de colegio” sintieron la necesidad de conformar un equipo para participar en un torneo. En aquel entonces, a él solo le tocaba ser hincha, ya que aún era muy joven.

Al inicio eran conocidos como “Próceres de Mayo” pero poco después adoptaron el nombre que llevan en la actualidad. La razón es muy simple. La admiración por Pelé, Julio César Romero, Roberto Cabañas y Franz Beckenbauer, quienes militaron en el New York Comos de Estados Unidos dédacas atrás fue suficiente.

En el plantel conviven personas de diferentes clubes que cuentan con los mismos o distintos colores que identifican al Cosmos sanlorenzano. Pero esto no es impedimento para que en cada jornada entren a la cancha a defender el blanco y negro del equipo.

Si Cerro Porteño buscó la unidad entre los paraguayos al usar el rojo y azul, colores de los tradicionales partidos político del país, Eric Almada, uno de los fundadores de Cosmos, explica que el blanco y negro del equipo pretende ser una manifestación en contra del racismo. “No es por el tema de Olimpia”, aclara su hermano Rudy.

Ramón Almada (primo de Eric y Rudy), quien ejerce la función de estratega, comenta que “empezamos con un grupo en el que la mayoría de los jugadores eran del año 1985. Se mantuvo durante mucho tiempo”.

“Anteriormente los Fariña (una familia del barrio Ñu Porã) estaban en el equipo. Como nosotros éramos una partida de desempleados el señor pagaba la inscripción, el derecho por partido, nos compraba gaseosas”, recuerda el DT.

Si bien es cierto que el premio en las competiciones barriales es económico, es casi un hecho que todos los participantes buscan algo más que eso. La indescriptible sensación de lograr el campeonato no tiene precio, más aún si se consigue con tu grupo de amigos.

Y pese a que ya pasaron varios años de la fundación de Cosmos, el título se ha mostrado esquivo. “No tenemos estrellas, pero el fanatismo es inmenso”, indica el capitán y agrega que para él, “Cosmos es lo máximo, una pasión aparte. Siempre lo voy a tener a Cosmos hasta la muerte. Todos los jugadores de ahora sienten eso”.

El estratega, que al comienzo sudaba la camiseta dentro del campo de juego pero que a raíz de un problema de cintura decidió aportar lo suyo desde el banquillo, recuerda que “siempre superamos las liguillas, pero no podemos pasar las semifinales”.

Expone que “se arma un equipo semicompetitivo”. Y lo llama así porque en el plantel no hay futbolistas con sueldos como sí los tienen algunos rivales. “Otros equipos les pagan a sus jugadores, Cosmos es pura pasión”, asevera.

“Porque necesitamos una estrella les invitamos a jugadores que quieran jugar de verdad, que sepan jugar y que pongan garra. Algunas veces nos plagueamos cuando los perros no vienen porque amanecen. Necesitamos jugadores que jueguen con el corazón”, subraya el capitán.

Para estar al frente de un equipo así “es difícil porque incluye muchas cosas, capital económico, capital humano”, sostiene Ramón. La responsabilidad es parte fundamental en todo plantel y como DT, él se encarga de castigar la indisciplina cuando un jugador no aparece a la hora establecida para comenzar a elaborar el cuadro base. Además, tiene que lidiar con el carácter de cada uno ya que “hay jugadores que se los cambian y se enojan porque no quieren salir”.

La organización también es clave y ser delegado del equipo significa ser el encargado de asistir a las reuniones para confeccionar los partidos de la fecha. Enrique Garrido cumple esta función, y algunas veces la de empresario, ya que su paso por las formativas del Sportivo San Lorenzo le permite tener conocidos con nociones de fútbol.

Duras lesiones de ligamentos lo apartaron de las canchas pero no así de la pasión que despierta Cosmos. De vez en cuando se olvida de ellas y salta al campo de juego para dar una mano al equipo.

La hinchada (que está compuesta por amigos, familiares, exjugadores del Cosmos), cada fin de semana se cita en la cancha para, con bombas y banderas, apoyar al equipo, para alentar a unos jugadores que no buscan el reconocimiento de la gente. Solo quieren hacer lo que les apasiona: jugar al fútbol.

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