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El ser humano siempre ha tenido fascinación por el universo que lo rodea, por conquistar el espacio y llegar lo más lejos que se pueda. En Paraguay, si bien las limitaciones nos marginan de la carrera espacial, el entusiasmo juvenil de este siglo pretende abrirse paso hacia las estrellas a como dé lugar, un paso a la vez.
En febrero de este año, estudiantes de ingeniería aeronáutica, ingeniería en electrónica, ingeniería informática y otras carreras de la Facultad de Ingeniería de la UNA se juntaron para crear el Club Aeroespacial, el primero en su clase.
“Tiene como finalidad difundir información científica, todo lo relacionado a la aeronáutica y el área aeroespacial. Queremos llegar a colegios y escuelas con charlas, para que los estudiantes se enteren de este campo que no es muy difundido en nuestro país. Queremos que los alumnos ingresen a estas carreras, que aspiren a becas en el exterior, que nuestro país crezca en el ámbito aeronáutico y aeroespcial”, nos cuenta Jessica Johanna Romero Oviedo, estudiante de la carrera Ingeniería Aeronáutica y una de las fundadoras del club.
Pocos días después de la formación, llegó al club el primer gran desafío, el Latin American Space Challenge (LASC), una prestigiosa competencia internacional de cohetes experimentales. El club hizo los trámites y fueron admitidos en la categoría de un kilómetro. Un verdadero lujo para el país, ya que se trata de la primera vez que Paraguay estará presente.
Latin American Space Challenge 2019 se llevará a cabo del 9 al 11 de agosto en Cape Canavial, en la ciudad de Tatuí, en el estado de São Paulo, Brasil. Un total de 21 países de América y Europa se medirán en distintas categorías para demostrar su poderío en diseño de cohetes.
La competencia consiste en diseñar, construir y lanzar un cohete propulsado con combustible sólido, que llegue a 1 km de altura sobre el nivel del suelo, llevando consigo un pequeño satélite parecido a una lata de gaseosa, denominada CanSat, que realizará mediciones atmosféricas. El cohete, además, se deberá recuperar en las mejores condiciones posibles, por lo que debe contar con un mecanismo de paracaídas.
Los jóvenes paraguayos ya trabajan en el cohete que representará a nuestra bandera, el ARASUNU-I; pero la inversión requiere de ayuda para que el sueño pueda volar alto. Hasta ahora el club destinó G 7.000.000 en la estructura, el combustible sólido y otras partes del dispositivo, pero se necesita más recursos.
Según estiman, para terminar el cohete, el viaje a Brasil y la estadía, requieren al menos 30 millones de guaraníes, por lo que necesitan de auspiciantes para alcanzar la meta.
“Ya tenemos diseñado todo el cohete, la parte estructural ya está, cristalizamos el nitrato de potasio (el combustible sólido), falta el paracaídas y su dispositivo. El proyecto está muy avanzado. Nos falta el presupuesto”, dijo la estudiante.
El proyecto se está llevando a cabo en los laboratorios de la Facultad Politécnica (FPUNA) y la Facultad de Ingeniería (FIUNA) y cuenta con el apoyo de docentes que colaboran con toda la investigación.