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Las lluvias de los meses pasados hizo que el Lago Ypacaraí presente un mejorado rostro en relación al año pasado, ocasión en que una capa verdosa cubrió el espejo de agua del simbólico “lago azul”.
Reunidos a orillas de la playa, miembros de la Asociación de Canoeros Náutica y Turismo analizan los planes y proyectos para ponerse a la par de las mejoras hechas en la playa municipal, optimistas de que las condiciones de las aguas sigan mejorando para recibir a bañistas y turistas.
Bartolomé Caballero, presidente del gremio, recordó que pasaron grandes necesidades el verano pasado por el temor de los turistas de ingresar a las aguas del lago, cubierta con una espesa capa verde.
En esa oportunidad, muchos de los miembros de la Asociación tuvieron que soltar los remos y dedicarse a cualquier trabajo que tuvieran a su alcance para llevar dinero a sus casas. Los G. 200.000 en promedio que hacían semanalmente –fruto de los paseos a visitantes de la playa-, se redujeron drásticamente.
“Ahora estamos esperanzados porque el agua mejoró, hay mucha gente que está viniendo otra vez”, explicó el titular de la asociación.
Durante las tareas de limpieza realizadas en el lago, los canoeros tuvieron un rol importante en el traslado de técnicos de distintas instituciones del Estado, además de ser guías para los mismos, debido a que conocían el Ypacaraí “como la palma de sus manos”.
Esto permitió que se les apruebe un proyecto de renovar sus canoas de manera que “ya están por jubilarse”, manifestó entre risas don Raúl Franco, expresidente del gremio y uno de los más antiguos canoeros del grupo.
Mencionó que la Itaipú Binacional financiará la compra de 12 canoas –en principio-, a las cuales se les añadirá motores eléctricos. “Ojalá ya estén para el verano”, subrayó Franco. Acotó que les corresponde a ellos buscar la embarcación que les guste y eleven el presupuesto a la entidad, que tiene previsto desembolsar unos G. 80 millones para el efecto.
Consultados sobre qué opinaban acerca del manejo de embarcaciones con motor eléctrico, respondieron que aún no sabían las características de los mismos, pero que sus remos no los iban a dejar.
Recordó que los canoeros de la playa cobran G. 20.000 (por uno o hasta cinco pasajeros) para un recorrido a lo largo de la playa. El tour tiene una duración de aproximadamente 30 minutos.
Por su parte, el ingeniero Carlos Aquino, de la Secretaría del Ambiente de la Gobernación Central, indicó que el lago está en mejores condiciones que el año pasado, pero “en condiciones naturales”. Resaltó que todo depende de la naturaleza saber si se habilitará o no para los bañistas.
Manifestó que se tiene previsto reactivar los filtros de agua, proyecto encarado en la playa de Areguá por técnicos coreanos, para el verano en caso de que las aguas empeoren con la llegada del verano. El plan piloto de los técnicos asiáticos fue dividir parte del lago con una valla protectora, creando así una gran pileta donde se filtraba el agua, dejándola apta para el uso recreativo.
Sin embargo, los equipos que quedaron instalados en la costa de la playa se averiaron con la última crecida y requerirá una inversión de unos 450.000 dólares, “plata que no tiene la municipalidad (de Areguá)”, puntualizó Aquino.
Otra alternativa que se analiza es crear un muelle con arena para impedir que el agua contaminada llegue a la playa, filtrando el agua que quede cerca de la costa, toda vez que la Secretaría del Ambiente (SEAM) lo autorice.
“Todas las acciones que se hacen en la recuperación del lago en toda la cuenca, con alcantarillados y demás trabajo, durarán mínimo cinco años, mientras tanto, qué... Algo hay que hacer”, subrayó.