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En nuestro país, actualmente, se reconocen 55 especies nativas de cactus o “tunas” y, si consideramos que algunas de estas especies tienen “variedades” y “subespecies”, podemos contabilizar 69 “taxones” de cactus, dijo la bióloga Ana Beatriz Pin, quien coordina el proyecto de investigación sobre los cactus.
La profesional indicó que la destrucción de sus hábitats conlleva a un empobrecimiento biológico de las comunidades en las que se encuentran las tunas, además de la pérdida de otras especies que interactúan y se desarrollan alrededor de ellas.
“La deforestación afecta, como a todas las otras especies de plantas y animales de nuestro país. Al desaparecer el hábitat o sitio donde crecen, como los bosques, matorrales y otros tipos de vegetación, también son afectadas y desaparecen sus poblaciones”, indicó la profesional.
Ana Pin explicó que el avance de la deforestación, principalmente en el Chaco, afecta en gran medida a los cactus. El uso de suelo para la ganadería es el principal problema para la pérdida de la masa boscosa.
Entre 1987 y 2012, los bosques en Paraguay perdieron casi 44.000 kilómetros cuadrados debido a la expansión de las granjas de ganado en la parte occidental del país, según el tuit publicado en mayo pasado por el Observartorio de la Tierra de la Agencia espacial de los Estados Unidos (Nasa Earth).
La Secretaría del Ambiente (Seam) tiene registradas ocho especies de tunas amenazadas y seis en peligro de extinción.
“La conservación de las cactáceas también favorece a la conservación de su hábitat natural indirectamente, sobre todo en el Chaco, seco y que es muy frágil. Una forma de conservar las cactáceas es cultivándolas y no extrayéndolas directamente de la naturaleza. Los cactus globosos (parodias, fraileas, gymnocalycium y echinopsis) son los más apreciados y los más amenazados”, dijo la especialista en cactus.
En cuanto a la particularidad que tiene el cactus con respecto a otras plantas, dijo que, en general, las tunas son plantas muy rusticas y desarrollan cuerpos de formas especiales, poco comunes.
La bióloga manifestó que son resistentes a la sequía y a la deshidratación por un largo periodo de tiempo. “Tienen la capacidad de acumular agua en su cuerpo en forma de 'jugos' vegetales, por eso forma parte del grupo de plantas 'suculentas'. Esta capacidad las hace especiales en comparación a otras plantas y les da ventajas para subsistir largos periodos de sequía en la naturaleza, incluso cultivadas en macetas, aunque menos”, puntualizó.
También existen en Paraguay algunos cactus que no son nativos, ”quizás unas 10 especies” que se usan como ornamentales, principalmente.
La profesional agregó que, por esta capacidad de resistir a las sequías, algunas especies de cactus están siendo estudiadas -en otros países- como alternativas de cultivos en zonas áridas para forrajes, producción de frutos y otros productos.
Las cactáceas de los géneros Cereus y Opuntia se distribuyen a lo largo de todo el país, encontrándose hasta en zonas de vegetación secundaria. Las especies globulares se concentran en la Región Occidental, donde la densidad de los bosques es menor debido a las sequías y a los suelos pobres en nutrientes.
En tanto que, al hablar de “consumo de cactus”, es importante hacer entender que siempre se usa una “especie” determinada, no cualquier cactus. Normalmente se generaliza mucho y se dice que “los cactus se usan para jugo, para comer, o para hacer X cosa...”, pero no son todos ni cualquier cactus. Porque hay muchas especies y son muy diferentes.
En México consumen el famoso Nopal (Opuntia ficus), indica. Allí se consume fruta y tallo. Otros frutos muy consumidos en Centroamérica son algunos de especies del género Hylocereus, conocidas como “dama de la noche” o “pitahaya”.
Acá en nuestro país también hay cactus al que llaman “dama de la noche”, pero pertenecen a otras especies diferentes.
"En Paraguay no es común el consumo de cactus por la población en general. Los indígenas y algunos pobladores del campo sí consumen. Entre los indígenas de nuestro Chaco se reportan 11 especies cuyos frutos ellos comen", dijo Ana Pin.
En América, México es el país donde hay mayor diversidad de cactáceas y también en los países con zonas áridas como Argentina, Chile, Perú y Bolivia. En la naturaleza se conocen unas 2.000 especies de cactáceas en todo el mundo.
En nuestro país se puede encontrar una importante variedad de cactus en el vivero Carumbé. Por otro lado, existen algunas colecciones vivas con fines de investigación: en el Jardín de Aclimatación de la Facultad de Químicas (FCQ/UNA), en el Jardín Etnobotánico de Patiño (Cereus lanosus) de la Asociación Etnobotánica (AEPY) y en el vivero medicinal del Jardín Botánico de Asunción.
Ana Pin tiene una colección particular, con 32 especies, el 90% nativas de Paraguay.