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Entre los numerosos casos de despilfarro de dinero público tanto en el Rectorado, como en otras facultades de la UNA, denunciados en el marco de la primavera estudiantil de 2015. Uno de los episodios de mayor indignación, lo protagonizó el profesor Juan Gustavo Rodríguez Andersen, quien valiéndose de su posición privilegiada de docente con fuertes vínculos políticos, persiguió despiadadamente a una alumna acosándola sexualmente y hasta prometiéndole la “eyaculación en el rostro” una vez que cumpla el cometido de aplazarla.
El caso de Rodríguez Andersen puede considerarse como un emblema de la impunidad, ya que a pesar de las graves denuncias en su contra, estuvo a punto de ser absuelto por el caso de acoso sexual. También fue favorecido con la paralización del sumario desde julio del año pasado en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA.
Desde la detención del sumario mediante un amparo judicial, Rodríguez Andersen siguió cobrando un salario de alrededor de G. 38.000.000 sin ejercer función alguna en la Facultad de Ciencias Médicas, mientras que la alumna víctima del acoso se vio obligada a abandonar sus estudios, debido la injusticia que beneficia al denunciado.
La impunidad para Rodríguez Andersen tiene su origen en marzo de 2016, cuando se presenta el dictamen final sobre varios sumarios contra este y otros docentes, todos ellos promovidos por la presión del estudiantado acompañado de docentes no alineados a los poderes dentro de la UNA.
En aquella ocasión el Consejo Directivo recomendó la absolución ante la falta de pruebas, no obstante la presión del estudiantado logró la anulación de dichos sumarios que apuntaban al blanqueo, tanto de Rodríguez Andersen como otros docentes involucrados en supuestas irregularidades tales como planillerismo, maltrato a estudiantes y faltas administrativas.
De esta manera el proceso sumarial comenzó de cero con un nuevo juez instructor, sin embargo Rodríguez Andersen esta vez acudió a la justicia ordinaria para frenar los efectos, anteponiendo un recurso de amparo, argumentando que la nulidad del primer sumario supone una cosa juzgada y se cometería un doble juzgamiento con un nuevo sumario.
Según el abogado Guillermo Ferreiro, quien en su momento colaboró con #UnaNoTecalles, se advirtió al consejo directivo que una apelación a un proceso sumarial no correspondía, teniendo en cuenta que se encuentra en una etapa incipiente, aseguró que una apelación es factible recién al final cuando se emite una sentencia.
En la visión del profesional, Rodríguez Andersen se valió de una jugarreta judicial para detener el sumario, “es decir antepuso una nulidad como una sentencia, lo que no corresponde para un sumario”. Ferreiro reiteró que estudiantes y docentes advirtieron sobre la posibilidad de que el sumario se judicialice en beneficio del denunciado, sin embargo se dio curso a la nulidad que a su vez desembocó en el amparo.
De esta manera el sumario se encuentra parado hace más de un año, y según fuentes consultadas, Rodríguez Andersen suele mostrarse en la sede de Medicina UNA, e incluso existe riesgo de que se cruce con alguno de quienes lo denunciaron.
Este jueves está prevista una nueva audiencia preliminar el marco del expediente sobre acoso sexual contra una alumna, en ese sentido el abogado de la víctima, Jorge Bogarín, sostuvo que felizmente se logró corregir el rumbo de la carpeta y se dispuso que se siga investigando, debido a que el Tribunal de Apelaciones rechazó el sobreseimiento provisional dictado tiempo atrás por el juez Gustavo Bóveda.
Aclaró además que el sumario en Medicina no tiene carácter vinculante, por lo tanto no es impedimento para continuar con la investigación, y es probable que se haya solicitado en carácter de antecedentes.
Ahora con la causa a cargo de la fiscal Susana González, la investigación continúa con la audiencia a realizarse en horas de la mañana en San Lorenzo, ocasión en que la querella adhesiva expondrá sus argumentos para continuar con el proceso y llegar hasta las instancias que correspondan y de esa manera obtener a la anhelada justicia para la estudiante.
“Lo importante para nosotros es que este deleznable hecho no quede en la impunidad, más aún por los daños colaterales que sufre mi clienta”, remarcó el profesional.