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Talleres volvió a la Primera B Nacional luego de un par de temporadas y Rodrigo Burgos fue una pieza clave del campañón que se mandó el cuadro argentino para conseguir el ascenso.
Lograr el reconocimiento en el exterior no es cosa fácil. Sin embargo, desde que Burgos se enfundó la casaca de Talleres se ganó el cariño y el aprecio de la afición cordobesa por su forma de juego que consiste en “correr mucho porque para decir que tengo un juego bonito, hacer caños, meter goles, no”. “La gente reconoce lo que siempre fui, el dar todo en la cancha, la entrega, recuperar pelotas, correr todo”, cuenta el mediocampista paraguayo.
El Torneo Federal A, que se ubica en la tercera categoría del fútbol argentino, es un campeonato largo, bastante peleado. Burgos relata que desde el arranque de la competición “no tuvimos descanso. Hay equipos duros, diferentes tipos de canchas. Pero nos organizamos bien, tuvimos una buena pretemporada y pudimos ganar la mayoría de los partidos y solo perdimos uno”.
Con el itacurubiense comandando la zona media, Talleres llegó al tetradecagonal final con 10 partidos ganados, siete empates y solo una derrota. Y en el tetradecagonal obtuvo nueve victorias, cuatro empates y en prácticamente todos los juegos la hinchada copó las gradas.
“Rorri”, como le dicen sus allegados, señala que “es una hinchada muy exigente”. Y que los simpatizantes del club “ya querían salir de esta categoría y por eso exigían más, estaban un poco inquietos en ese sentido. Ya queríamos ascender. Por lo logrado, la gente está muy contenta y siempre está agradeciendo”.
El futbolista de 26 años se siente muy a gusto en el club cordobés y también en la ciudad donde vive con su familia. “Estoy cómodo porque es una ciudad grande, Talleres es grande, es un equipo de Primera. La manera en que se maneja y nos atiende a los jugadores es espectacular”, reconoce.
Expresa que “desde que tenía noción tenía la pelota conmigo. Siempre me gustó, siempre tuve la intención y el pensamiento de ser un futbolista de Primera”. Y lo hizo en el cuadro que soñó.
Burgos debutó en la Primera División defendiendo los colores del club que ama: Cerro Porteño. Fue el argentino Javier Torrente que le dio su primera oportunidad en el 2007. El mediocampista recuerda que durante los años que le tocó estar en la entidad de Barrio Obrero pasó por momentos dulces y no tantos.
“Le agradezco a Cerro por todo. Yo debuté ahí y me trataron bien, no me hicieron faltar nada”, comenta y agrega que “peleamos por dos copas internacionales”. Burgos se refiere a la Copa Sudamericana 2009 y la Copa Libertadores 2011, en ambas llegó hasta la semifinal.
Siempre que puede sigue los partidos de su equipo del corazón. Es más, piensa en la posibilidad de retornar alguna vez. “Voy a ver si algún día vuelvo a Cerro”, asevera.
Como todo jugador, un anhelo es llegar a enfundarse la casaca del seleccionado nacional. Burgos, que ya tiene experiencia en categorías menores y en amistosos, espera hacerlo en la mayor.
Durante la etapa de Gerardo Martino al mando de la Albirroja, el mediocampista fue llamado un par de veces aunque no llegó a debutar en un duelo oficial. Ahora Burgos pretende “repetir la campaña que hice en Talleres, para más adelante estar en la Selección. Siempre estaré luchando”.
Ve que de su camada de la Selección Sub 20, que estuvo en el Mundial de la categoría en Egipto 2009, actualmente están varios compañeros como Iván Piris, Celso Ortiz y Federico Santander.
“Le veo bien a la Selección”, manifiesta Burgos con ganas de poder ser parte de ella. “Ramón (Díaz, el seleccionador) está haciendo un buen trabajo”, indica.
Con entrega, sacrificio, y perseverancia, Rodrigo Burgos corre tras los botes de una pelota sobre el verde césped. Ahora estas características pretende aplicarlas en la vida para lograr los sueños que le faltan cumplir.