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Más de 225.000 hectáreas de bosques habrían sido deforestadas desde enero del 2017 hasta el mismo mes del 2018, de acuerdo a los informes divulgados. Es decir que en ese periodo se perdieron aproximadamente 616 hectáreas de árboles por día.
Con esos datos en mente y su amor por la naturaleza, el encarnaceno Juan Carlos Balmaceda, de 28 años, decidió impulsar un proyecto de reforestación. El joven ya había trabajado en varias organizaciones ambientales anteriormente, por lo cual creó la Fundación “Yvy Marane'y”, que lleva a cabo varias iniciativas ecológicas desde hace varios años.
Al mudarse a la capital del país, Juan Carlos decidió abocarse a la búsqueda de un método para plantar árboles de manera fácil y rápida, pues su idea era implementar la técnica durante los viajes al interior del país y, así, masificar la reforestación entre los jóvenes mochileros.
Indagando en internet, se encontró con las bombas de semillas. Así, hace poco más de un año y medio, nació “Bomba de semilla”. Luego de aprender a realizarlas, formó “Karumbe mochileros”, que es el grupo encargado de desarrollar el proyecto e integrado por jóvenes de varias ciudades del país.
“Trabajamos con mochileros porque son las personas que más se acercan a las personas. Y esto no solo se trata de llevar las semillas, sino también ayudar a la concientización (…) Tratamos de crear conciencia sobre la necesidad que estamos pasando en el mundo entero, la extrema deforestación y el mal uso de los medios para el cuidado del medio ambiente”, explicó Juan Carlos.
Las bombas de semillas están elaboradas con el método que ne japonés se llama “nendo dango”, que en español significa “bola de arcilla”, desarrollado hace más de 70 años por el agricultor nipón Masanobu Fukuoka. “Era utilizado ya por los nativos americanos, pero él hizo que volviera a ser reconocido el método”, acota Juan.
Esta técnica natural consiste en rodear las semillas con arcilla, abono y arena, formando una masa, para luego armar las bolitas. Las bombas deben secarse a la sombra durante varias horas.
“Si las secamos en el sol, la arcilla se endurece demasiado y cuesta más que la semilla germine. Al hacer en la sombra, es mucho más absorbente cuando cae la lluvia”, enfatizó.
Además, las cápsulas de tierra y arcilla actúan de escudo protector de las semillas contra los pájaros e insectos, sin necesidad de tomarse el tiempo de enterrarlas.
De esta forma, se pueden propagar las semillas de las plantas sin realizar ningún trabajo previo en el suelo, pues la arcilla y el abono preservan los granos, que se fortalecerán y permitirán la formación de los brotes gracias al sol y las lluvias.
“Nosotros las arrojamos en lugares públicos donde puedan crecer, como los barrios, a la vera de las calles o asfaltos”, destacó el joven. Además, explicó que escogen las especies a plantar dependiendo del lugar a donde van a ir, por lo cual primeramente investigan qué árboles son nativos de cada localidad y, por ende, preparan las bombas para cada viaje.
Esta forma antiquísima de propagar las semillas de las plantas no requiere de ningún trabajo o labor previa sobre la tierra, por lo que los chicos de “Karumbe” la implementan para reforestar el país.
Quienes deseen unirse a ellos pueden contactar a través de Instagram, en donde se encuentran como "Karumbe Mochilero" y "Bomba de Semilla" o a través del (0973) 193 877.
Viajando por diversos puntos del país, los chicos de Karumbe Mochileros aprendieron a amar las grandes riquezas naturales con las que contamos. Sin embargo, también pudieron percibir el deterioro ambiental y la deforestación que afecta a muchas localidades.
Preocupados por la tala indiscriminada de árboles, cada vez más jóvenes se unen a esta causa, que se solventa con recursos propios, es decir, que se colaboran entre los 10 miembros para recaudar los fondos a ser utilizados en cada actividad.
Juan Carlos contó que cada cierto tiempo organizan un viaje a una ciudad del interior, invitan a mochileros de diversas agrupaciones, y la temática de todo el trayecto es siempre ecológica. Los participantes aprenden a hacer las bombas de semilla, a realizar fogatas protegiendo el ambiente, a cuidar los recursos naturales en general. “Bombas de semillas es como un puente para hablar del cuidado del medioambiente”, explica.
Ahora los jóvenes mochileros no solo conocen nuevos lugares con cada viaje, sino que también aprenden a ser más amigables con el ambiente. Y además, mientras están viajando a dedo, en bici o auto, arrojan sus bombas al campo, dando vida a muchos árboles que a su vez darán sombra y oxígeno a generaciones futuras.