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Detrás de una fachada antigua y discreta -en una casona de dos pisos que bien podría pasar desapercibida- se oculta uno de los estudios de grabación más emblemáticos de Buenos Aires. Allí registraron sus obras artistas de la talla de Astor Piazzolla, Óscar Cardozo Ocampo, Osvaldo Pugliese, Mercedes Sosa, Charly García y María Elena Walsh.
En ese mismo lugar, en el último día de febrero de 2015, Berta Rojas entrega su vida a un ambicioso y monumental proyecto. Acompañada por la Camerata Bariloche -agrupación con la que se había presentado en Asunción, en setiembre de 2014-, la guitarrista paraguaya graba su nueva producción, dirigida por Popi Spatocco, conocido por su desempeño como pianista y director musical de la recordada Mercedes Sosa.
Es la última jornada de grabación, y no hay tiempo que perder. Con la concentración que amerita, cada músico se esmera en lo suyo, a lo largo de al menos dos horas por canción. En total, serán doce las obras que formarán parte del disco, titulado -hasta la fecha- La historia del tango.
El título rimbombante no es otra cosa que un homónimo a la serie de dos discos que el maestro Astor Piazzolla grabara, allá por el año 1967. Y, como nada es casualidad, justamente esa fue la obra que llevó a Rojas a embarcarse a este proyecto. "Es una obra original para flauta y guitarra, y yo sentí que se podía transcribir para guitarra y orquesta, entonces -con ese proyecto- me fui a visitar al maestro Carlos Franzetti, y me dijo: 'Es hermoso, ¿por qué no lo rodeamos de tangos de todas las épocas y hacemos entonces un material que tenga un sonido uniforme?", comenta la guitarrista, en un breve descanso de las grabaciones. "En vez de ir pasando de géneros y estilos, le hacemos un homenaje al Río de la Plata. Estamos haciendo este material a partir de esa idea y el eco favorable que tuve de parte del maestro Franzetti".
Con la obra de Piazzolla como "corazón" del álbum, Berta Rojas y la Camerata Bariloche escogieron doce tangos de diferentes periodos que, según comenta Rojas, "van mostrando lo que ha sido el desarrollo de este género musical".
A partir de esa selección, formarán parte del disco: Oblivion, de Astor Piazzolla; La Historia del Tango, de Astor Piazzolla, dividida en cuatro movimientos, Bordello 1900, Café 1930, Nightclub 1960 y Concert d'Aujourd'hui; El día que me quieras, de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera; Nocturna, de Julián Plaza; Taquito Militar, de Mariano Mores; Sur, de Aníbal Troilo; Palomita Blanca, de Anselmo Aieta; Por una Cabeza, de Carlos Gardel y Naranjo en Flor, de Virgilio Expósito.
"Vamos a convocar al duende de Astor (Piazzolla) y al duende de Óscar (Cardozo Ocampo), ¿te parece bien?", fue lo primero que le dijo Osvaldo Acedo, actual dueño de los Estudios ION, cuando la paraguaya llegó al lugar. "¿Cómo no centrar en otro espíritu que no sea el de magia, el de profundo amor a la música y en agradecimiento de poder trabajar con esta gente?", confiesa la guitarrista.
Para lograr un trabajo inspirado y real, Berta Rojas llegó a Buenos Aires un mes antes de iniciar las grabaciones. "Vine a entregarme a esta música, y eso es lo que estoy tratando de hacer, desde el respeto más absoluto a este género, mi entrega total a que el producto sea aceptado".
Como ocurriera con la obra de Mangoré -con la cual recorrió 20 países de América y el Caribe-, la paraguaya adoptó un verdadero compromiso con el más popular género rioplatense. "Muchas veces un músico clásico se acerca a la música popular desde un lugar que no es por ahí el lugar donde tiene que acercarse; y cuando uno se acerca con respeto y con profundo cariño, como lo hacemos nosotros, aprende tanto de articulación, de gestos, de cositas que te dan la sensación de pertenencia también", expresa. Y ejemplifica: "Cuando el maestro Néstor Marconi empieza con el bandoneón, lo que hace son gestos que pertenecen a esta música", dice.
Con fecha de lanzamiento aún no definida -pero prevista entre mayo y junio de este año-, la producción del álbum llega a su última etapa. "Nos queda el proceso de edición, mezcla, masterización, todo el proceso de diseño gráfico, fotografía y grabación de videoclips", comenta.
Cada etapa de la producción de este disco, para Rojas, es un nuevo peldaño en su carrera. "Es impresionante cuando se conjugan el deseo, el sueño y la ayuda enorme de los mejores profesionales de la música argentina".
Los recuerdos de su madre -fallecida en 2014- tampoco son ajenos a este nuevo trabajo. "Alcancé a tocarle este programa a mi mamá. Se lo puse en un par de parlamentos, escuchó y me dijo: 'Mi hija, esto no es para cualquiera; esto es para gente fina'. Y mamá le dio en el ojo. Creo que eso es: un trabajo muy fino, hecho con mucho cuidado, con mucho cariño. Así que para recibir todo esto me siento feliz, orgullosa y muy agradecida".
Bañada de esperanzas y nostalgias, cual tango-canción que le escribió la vida, Berta Rojas apuesta a un futuro con una serie de méritos. Entre ellos, el de convertirse en la primera y -hasta ahora- única artista paraguaya nominada a un Grammy Latino, por sus discos Día y medio (junto a Paquito D'Rivera) y Salsa Roja. Lo que ocurra a partir de aquí, solo el tiempo lo dirá.