SAN, cuando se nace adicto

Acaban de llegar al mundo, y en lugar del llanto normal lanzan un alarido desgarrador porque sus cuerpitos, sin que ellos lo hayan buscado, les piden droga. El 10% de los partos en Paraguay traen al mundo niños con Síndrome de Abstinencia Neonatal (SAN).

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“Mi nieto es un sol, tiene unos ojitos brillosos y una sonrisa que me impulsa a luchar todos los días por él. Solo que a veces, cuando menos lo espero, se apaga un poco y en la guardería ya me dijeron que no quiere comer la comida casera que le sirven. Solo quiere golosinas”, nos cuenta “Francisca”*, una abnegada abuela a la que le fue otorgada la guarda de su nieto, luego de que un juez determinara que ni su madre ni su padre estaban en condiciones de cuidarlo, por ser consumidores de sustancias ilícitas.

“Carlos*” tiene tres años, y su abuela lo cuida prácticamente desde que salió del vientre de su madre. Si bien Francisca dice que su hija hizo un esfuerzo honesto por apartarse de las drogas durante los nueve meses de gestación, y ella quiere creer eso, no lo sabe a ciencia cierta.

Lo único de lo que sí está muy segura es que ella pudo salvar a su nieto Carlos de mucho sufrimiento gracias a su involucramiento en el caso, y a su interés en investigar sobre cómo podía afectarle la drogadicción de su madre.

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Apenas arrancamos la entrevista y nos sorprendemos del conocimiento amplio que esta humilde abuela tiene sobre el tema del cual le vamos a consultar: “Sí, sé mucho sobre el Síndrome de Abstinencia Neonatal. Investigué bastante desde que supe que mi nieto estaba en camino, y creo, hasta donde sé, que él no lo sufrió, al menos no tan intensificado, y hasta ahora, a sus tres años, sigo notando algunas secuelas, como las que te comenté, pero lucho por estimularlo y desarrollar su organismo y su mente”, nos dice Francisca.

En la actualidad ella es parte de un centro de ayuda para personas con adicciones, que también cuenta con guardería y comedor, y funciona en el local de la parroquia San Antonio (ciudad de San Antonio).

Su caso es optimista medio de otros tantos que no pudieron contar la historia con el mismo final feliz.

El Síndrome de Abstinencia Neonatal (SAN) es un grupo de problemas que ocurren en un recién nacido que estuvo expuesto a drogas adictivas mientras estaba en el útero de la madre.

Estos bebés, pasan por una dolorosa experiencia cuando llegan al mundo, pues en lugar del llanto normal producido por el cambio de temperatura entre el útero y el ambiente, lanzan un alarido desgarrador, porque sus inocentes cuerpos, sin que ellos lo hayan buscado, les piden droga. El 10% de todos los partos en Paraguay traen al mundo niños con el Síndrome de Abstinencia Neonatal porque sus madres consumieron sustancias ilícitas durante la gestación.

Sus gritos desgarradores hacen llorar incluso a los médicos, pues son desesperantes. Los gritos de un inocente al que su pequeño organismo le pide-le exige-una droga que consumió sin pedirla durante los nueve meses que estuvo en la panza de mamá.

Esa panza que debería ser un refugio de amor y calor, se convierte en una cárcel donde inocentes seres se ven obligados a consumir cocaína, heroína, morfina, y en casos menos graves, alcohol y medicamentos controlados, como ansiolíticos. Y esto, los marcará para siempre.

El primer desafío que enfrentan, es nacer. Un 25 % no logra sobrevivir. Aquellos que lo hacen, no solo deben enfrentar a un mundo desconocido, frío y cruel, sino a un insoportable síndrome de abstinencia y desintoxicación, pues ya no podrán recibir esa sustancia a la que, sin pedirlo, se volvieron adictos.

Cuando se corta el cordón umbilical, comienza el calvario. Vómitos, convulsiones, un llanto inconsolable, y el esfuerzo de médicos y enfermeras que nunca se sintieron tan humanos como en ese momento, en la sala de neonatología, corriendo de aquí para allá en medio de su esfuerzo por tranquilizar a estas pequeñas víctimas.

Los horrores no terminan ahí. Esta agonía suele prolongarse por días, semanas, meses... Incluso, pueden llegar a volverse adictos en su vida o sufrir daños cerebrales irreparables.

Ellos no cometieron ningún error, no tuvieron opción, sus madres sí.

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En nuestro país no existen datos precisos al respecto del SAN, según nos explica la pediatra neonatóloga y terapista neonatal, doctora Dina Carreras, quien es jefa del Servicio de cuidados intensivos intermedios y mínimos neonatales del Hospital Central de IPS.

Lo que sí se sabe en base a la experiencia de los obstetras, neonatólogos y pediatras paraguayos, es que que actualmente hay un aumento importante de madres que consumen algún tipo de drogas. “Se estima que el 10% de todos los partos son de mujeres que han abusado de drogas (excluido el alcohol) durante la gestación (3,7% en último mes)”, cuenta la médica.

Algunas drogas tienen más probabilidades de provocar el síndrome de abstinencia neonatal que otras, pero casi todas tienen algún efecto sobre el bebé. Los opiáceos, como la heroína y la metadona, provocan síndrome de abstinencia en más de la mitad de los bebés expuestos antes de nacer. La cocaína puede provocar algunos síntomas de abstinencia, pero los principales se deben a los efectos tóxicos de la droga en sí. Otras drogas, como las anfetaminas y los barbitúricos, también pueden provocar síndrome de abstinencia.

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El alcohol marca un punto y a parte en la problemática, pues su consumo, si bien también provoca síndrome de abstinencia en el bebé, genera otro grupo de problemas llamado trastornos del espectro alcohólico fetal ("FASD" por sus siglas en inglés), que incluyen malformaciones congénitas, explicó la doctora Carreras.

¿Como pasa la droga de la madre a la bebé que está en el útero? Las sustancias atraviesan la placenta que conecta al bebé con su madre en el útero. Así, el bebé se vuelve dependiente de la droga.

Si la madre continúa usando drogas cerca de la última semana antes del parto, el bebé será dependiente de la droga al nacer. Debido a que el bebé ya no está recibiendo la droga después del nacimiento, se presentan síntomas de abstinencia en tanto el sistema del bebé elimina lentamente la droga, lo que es posible con mucha paciencia del equipo médico y con un tratamiento “de reemplazo”, de equivalentes legales de la sustancia en pequeñas dosis.

Los síntomas de abstinencia pueden se pueden presentar en bebés expuestos al alcohol, benzodiacepinas, barbitúricos, y ciertos antidepresivos.

Los bebés de madres que consumen otras drogas adictivas (nicotina, anfetaminas, cocaína, marihuana) pueden tener problemas a largo plazo.

Los síntomas del síndrome de abstinencia neonatal varían según el tipo de sustancia utilizada, la última vez que se consumió y si el bebé nace a término o es prematuro. Los síntomas pueden comenzar en apenas 24 a 28 horas después del nacimiento, o después de cinco a 10 días.

Aunque cada bebé puede experimentar los síntomas de manera diferente, los primeros indicios del síndrome de abstinencia en bebés nacidos a término pueden incluir: temblores, irritabilidad (llanto excesivo), problemas para dormir, llanto fuerte, tono muscular rígido, reflejos hiperactivos, convulsiones, bostezos, congestión nasal y estornudos. La lista de signos de alarma continúa con mala alimentación y succión, vómitos, diarrea, deshidratación, sudor, fiebre o temperatura inestable.

Además de las dificultades específicas del síndrome de abstinencia después del nacimiento, la doctora Dina Carreras agrega que los problemas del bebé pueden incluir, entre otros, los siguientes:

*Crecimiento intrauterino deficiente

*Nacimiento prematuro

*Convulsiones

*Defectos de nacimiento.

Cada droga provoca problemas específicos en el bebé. Por ejemplo: La heroína y otros opiáceos, entre ellos la metadona, pueden provocar un síndrome de abstinencia grave en el bebé; algunos síntomas llegan a durar entre cuatro y seis meses. Los bebés de madres consumidoras de metadona también pueden sufrir convulsiones;

El consumo de anfetaminas durante el embarazo está asociado con el bajo peso al nacer y el nacimiento prematuro, en tanto que el consumo de cocaína durante el embarazo está asociado con el crecimiento fetal deficiente, retrasos en el desarrollo, trastornos del aprendizaje y bajo coeficiente intelectual del bebé. El consumo de marihuana está vinculado con el bajo peso al nacer.

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El consumo de alcohol durante el embarazo también tiene efectos significativos en el feto. Entre otros factores, la doctora Dina Carreras explica que el crecimiento durante el embarazo y después del nacimiento es más lento. Dentro de los trastornos del espectro alcohólico fetal, los médicos suelen observar deformidades en la cabeza y la cara, defectos cardíacos y retraso mental.

Los bebés prematuros pueden tener un riesgo menor de sufrir síntomas de abstinencia o tener síntomas menos graves y recuperarse más rápidamente.

Es importante contar con un informe preciso del consumo de drogas de la madre, incluyendo el momento en que se consumió la última sustancia. Los médicos, cuenta la neonatóloga, suelen utilizar un sistema de clasificación de la abstinencia neonatal para diagnosticar y determinar la gravedad del síndrome. Mediante este sistema, se asignan puntos por ciertos signos y síntomas y la gravedad de cada uno. Este puntaje también puede servir para planificar el tratamiento a aplicar.

El médico del bebé determinará el tratamiento específico para el síndrome de abstinencia neonatal según: la edad gestacional del bebé, su salud general e historia clínica, la magnitud de la enfermedad, la tolerancia del bebé a medicamentos específicos, procedimientos o terapias.

Los bebés con síndrome de abstinencia neonatal pueden necesitar calorías adicionales debido a su mayor actividad y quizá necesiten una leche de fórmula alta en calorías. A veces se necesita aplicar fluidos por vía intravenosa (IV) si el bebé se deshidrata o sufre vómitos.

Algunos bebés pueden necesitar medicación para tratar algunos síntomas graves de abstinencia, como por ejemplo las convulsiones, y para ayudarlos a aliviar el malestar. La droga para el tratamiento pertenece generalmente a la misma familia que la sustancia por la que el bebé sufre abstinencia. Una vez que están controlados los signos, se disminuye gradualmente la dosis para ayudar al niño a independizarse de la droga.

El síndrome de abstinencia neonatal es un problema que se puede prevenir fácilmente. Sin embargo, requiere que la madre deje de consumir drogas antes de la concepción o apenas sepa que está embarazada.

La doctora Julia Acuña, especialista en pedriatría, recomienda por su parte disminuir los estímulos sensoriales (luz, ruidos) al tratar a los bebés con SAN, además de administrar tomas pequeñas y frecuentes de alimentos. Una parte fundamental del tratamiento, aunque no involucre medicinas, es abrigarlos, tomarlos en brazos y acunarlos, refiere la doctora Acuña.

La médica explicó también que la duración del tratamiento dependerá de la evolución clínica del niño, ajustando las dosis, descendiendo lenta y progresivamente en un 10% cada día, para evitar rebote. “La FDA (Food and Drug Administration, o Administración de Medicamentos y Alimentos) autoriza el uso de la metadona para tratar el síndrome de abstinencia de heroína y otros opiáceos, y el uso de benzodiacepinas para el síndrome de abstinencia del alcohol”, nos cuenta la pediatra.

El doctor Óscar Paats, psiquiatra, resalta principalmente que el SAN no se reduce solo al consumo de drogas ilícitas, sino que también son afectados los bebés de madres que consumen drogas legales con prescripción, para tratar la ansiedad, la depresión, entre otras enfermedades de la mente.

“El clonazepam es el medicamento más común dentro del grupo, pues existe una enorme cantidad de la población que lo consume, y en el caso de las mujeres, al entrar en estado de gestación, muchas veces no pueden dejar la medicación, porque resulta adictiva”. En este escenario, es importante saber que el clonazepam, por más leve que parezca, también puede generar síndrome de abstinencia neonatal.

Aunque siempre la medicina hace lo que esté a su alcance y se espera un panorama esperanzador para los bebés con el síndrome que recibieron tratamiento, la doctora Acuña pide no olvidar que “aunque desintoxicaron su cuerpo al nacer, sus órganos recibieron el impacto de toda esa droga durante una etapa del desarrollo tan sensible como su formación, lo cual siempre deja una huella, sobre todo en el sistema nervioso central”, reconoce.

Una decisión puede hacer la diferencia entre al vida plena o las secuelas a veces irreversibles de los pequeños que vienen al mundo por decisión de los adultos.

 

* Francisca y Carlos, nombres ficticios para representar a los entrevistados.

 

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