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El choque de culturas es parte de su vida, pero él lo integra con la facilidad que lo llevó a adoptar la nacionalidad paraguaya, aun habiendo nacido en Brasil. Es que André Gustavo Zenni De Oliveira nació en la ciudad de Curitiba un 22 de setiembre de 1983, pero a la edad de 5 años su familia decidió mudarse a Paraguay. Desde ahí, toda su historia lleva acento y ritmo paraguayos.
Su amor por el arte lo acompaña desde sus primeros años, cuando volcaba su creatividad en cuentos y poemas. La música llegó a su vida cuando –con 12 años, e incentivado por su madre– comenzó a estudiar guitarra.
Sus primeros años de juventud se vieron marcados especialmente por una forma de vida que definiría su futuro: los negocios. De alguna forma, la música también estaba presente: con su empresa New Vision produjo grandes recitales, como el de los Rock N’ Roll All Stars –que reunió a leyendas como Gene Simmons, Matt Forum y Duff McKagan en el Jockey–, así como importantes eventos de electrónica –desde Calvin Harris, hasta David Guetta y Taio Cruz, los dos últimos en distintas ediciones del Red Sound–.
Pero el éxito en los negocios no evitó que volviera a brotar su lado creativo. Es así que, con una carrera hecha como emprendedor, vio en sus composiciones ese sueño de adolescente: el de ser cantante. Con la seguridad marcada en su personalidad, buscó la forma de cumplir ese sueño, que se hizo realidad el pasado 17 de junio con la presentación de su primer álbum en Buenos Aires.
La mezcla de culturas vuelve a hacerse presente, esta vez desde la cosmopolita capital argentina, el lugar que eligió para iniciarse en la música.
A diferencia de lo que suele pasar, André no esperó a que le llegue la oportunidad de incursionar en la industria: fue él quien decidió ir tras su sueño y contactó con los mejores profesionales para hacerlo de la mejor manera posible.
“Mi mundo perfecto”, editado por Batacazo Discos y la multinacional Emi Publishing, reúne once canciones con sabor a pop melódico y ciertos arreglos que coquetean con el pop rock. Los temas fueron grabados en Buenos Aires y, en búsqueda de un buen sonido, se mezclaron en México y masterizaron en Inglaterra.
“Este proyecto tiene como cuatro años, casi cinco. Empecé de chico con la música, después lo dejé, empecé otro camino… Empecé a trabajar, monté una empresa en Asunción, y llegó un momento en que me dije: ‘Estoy cinco, seis años trabajando sin parar, llegó el momento de hacer lo que tengo ganas de hacer: seguir mi sueño, sin importar la edad, el momento’, y lo decidí. Los pasos se fueron dando y tuve mucha suerte también”, confiesa André, en Buenos Aires, minutos después de presentar en vivo su primer disco, en un evento privado para amigos y la prensa porteña.
En contraposición con la rapidez con la que se propuso y concretó el proyecto, el cantante reconoce las dificultades de su hazaña. “El tema es no solamente tener el sueño, es prepararte, conseguirte un profesor, gente que te ayude en la profesión, averiguar, contactar… Tenés que moverte bastante. Gracias a Dios, tengo muchas facilidades, pude conseguir muchas cosas a una velocidad un poco más rápida de lo normal, pero me costó muchísimo, y no es fácil”, dice.
De esta forma, hoy por hoy, este debut irá de la mano del empresario que seguirá siendo en Asunción. “Lidiar con las dos cosas no está siendo fácil”, reconoce. “Trabajo en Asunción, es súper complicada la agenda, no te permite hacer tantas cosas. Al que va a empezar y dedicarse solamente a hacer esto, que busque, que estudie, que se culturice porque es lo más importante”.
“Mi mundo perfecto” es el nombre del tema que da nombre al disco. André considera que este título refleja la esencia de su visión, más que el resultado que logró, hacia su mundo creativo.
“Es el inicio perfecto del momento. Soy muy perfeccionista, sé que hay que quemar muchas etapas, que estoy quemando, y obviamente tengo mucho que mejorar”, apunta. “Soy muy autocrítico, sé que tengo errores, sé dónde tengo que mejorar, y eso lo voy a hacer con mucho estudio, mucho trabajo, tratando de no parar. Voy a continuar con mis cosas también. Y tratar de mantener ese mundo”.
En su primer recital, André se presentó en un escenario en el local Boris Club de Palermo junto con seis músicos –uno de ellos paraguayo, el guitarrista Adrián Pereira– que le dieron fuerza al repertorio.
Allí sonaron –por primera vez, también– temas como “Adaptarme”, “Entre tú y yo”, “Pero contigo” y “Cómo se extraña”, todos potables para sonar en FM.
El cantante dejó por momentos la idealización del amor y prefirió referirse a las imperfecciones en las relaciones, y habló de sufrimientos, de nostalgia y de la bipolaridad de las mujeres (y los hombres). Si bien se olvidó de Brasil, tuvo tiempo para hablar de Paraguay, al mencionarlo como “uno de los mejores países para vivir”.
Entre sus principales influencias en su camino como cantautor, André nombra a James Blunt y a Ricardo Arjona. “James Blunt es mi ídolo personal. Hace la música que yo llevo adentro mío, y también me gusta mucho Arjona, si bien es difícil inspirarse en él, porque él es único”. Sin embargo, más allá de su influencia en su creación, vio en ellos historias de vidas que dieron un giro inesperado, quizás como el que él espera consolidar en su doble faceta de empresario-cantante de 29 años.
“Uno ve en sus historias cómo empezaron… siendo uno profesor, otro militar (…) Me inspiré mucho en la historia de ellos y me sirvió para decir: ‘Mirá, si ellos pudieron, ¿por qué vos no? Así que lo que cuento de esto es que va a ser una experiencia linda de vida… y voy a poder hacer muchas cosas lindas también”.