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“Tu papá no te quiere, por eso te dejó”; “Somos ahora vos y yo, tu mamá se fue con otro” son frases similares a las que se escuchan en los hogares de algunas familias divididas por el divorcio, cuando el padre o la madre que quedó con la custodia, intenta poner en contra al niño, niña o adolescente, del que ya no está en casa.
Javier Cabrera Blanco, del grupo Padres por siempre, explica que eso es conocido como Alienación Parental, es decir “es la interferencia en el desarrollo sicológico del niño, niña o adolescente, para que rechace u odie al otro progenitor, que cause un daño al establecimientoo mantenimiento del vínculo con éste”.
En otras palabras, aclara Germán Bittar, de la misma organización, se trata de “alejar del todo del niño del otro progenitor, ya sea padre o madre, y de la familia de éstos”.
Sostienen que cuando la separación de la pareja se concreta, aquel que queda con la custodia del hijo o los hijos, “asume una postura castradora que afecta al desarrollo del niño, todo lo que dice o se ve en los diferentes informes periciales, no es otra cosa que alienación parental, término que no se quiere reconocer”.
Cabrera expresa que cuando el matrimonio llega a su fin, sin importar de quien sea la culpa, si del hombre o la mujer, “cuando uno de ellos decida separarse, que sucede, del otro lado, el otro progenitor se siente agravado con la actitud de éste”.
Entonces, lo primero que se hace es buscar restablecer el relacionamiento, y cuando esto no se logra es que se empieza a practicar la alienación por parte del progenitor que queda con los hijos. “Lo condenable y lo criminal es que aquí están usando a los hijos como instrumento de venganza”, subraya Javier.
Los niños tienen por naturaleza – ejemplifica Germán – ese sentimiento de amor hacia ambos progenitores, pero se le ésta creando una imagen de “ogro” contra el otro, entonces la alienación parental es una forma de maltrato sicológico.
“Pasa el tiempo, el chico llega a la adolescencia, es adulto joven y se convierten en personas disfuncionales socialmente, no encajan en ningúntrabajo, tienen poca relación social, y tienden a la depresión”, sostiene Germán Bittar.
La alienación parental o inculcación maliciosa, también puede empujar a las víctimas a caer en el vicio, padecer trastornos depresivos y hasta el suicidio, en los peores casos, detalló Bittar.
Por su parte, Javier añade que, según sicólogos de la organización, “este tipo de personas que incurren en estos actos, probablemente hayan sido víctimas de este mismo tipo de maltrato y hoy lo están repitiendo”.
Los representantes de Padres por siempre presentaron un proyecto de ley, “Que protege los derechos de niños, niñas y adolescentes de la alienación parental” ante la Cámara de Diputados. El documento está inspirado en la ley que rige en Brasil, adaptado a nivel local.
Tras reuniones de trabajo y una audiencia pública han notado cierta resistencia al reconocimiento de la figura en la legislación, aunque se mantienen esperanzados por seguir adelante con la ley.
La Secretaría de la Niñez y la Adolescencia reconoce que ‘algo está mal’ y propusieron modificar el Código de la Niñez, en sus artículos 92, 95 y 96, para incluir aspectos de dicho proyecto de ley, que hacen referencia a tipos de violencia en caso de alienación.
Ambos coincidieron en que la mayor resistencia para el tratamiento de esta figura se da desde el sector de la Secretaría de la Mujer. “Entendemos la postura de la Secretaría, porque ellos piensan que oponiéndose a una ley como ésta, estarían favoreciendo a su género, pero se olvidan de que están condenando a niños a ser huérfanos de padres vivos”, recalcó Cabrera.
“Olvidan que también las mujeres son víctimas de esta alienación. Entre el 30 y 35 % de nuestra asociación son mujeres y pasan por eso”, añadió Bittar, al tiempo de manifestar que los “hombres alienadores son mucho más violentos”.
Mientras tanto, aseguran que continuarán con la campaña de difusión y concienciación sobre la Alienación parental y sus consecuencias.
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