Mitos y encantos del ring

“Hombres colosales, patadas voladoras”,era la frase que abría aquellos programas de lucha libre que muchos veían de niños. Dando vida a esa pasión, La Fábrica enseña a jóvenes los secretos de este deporte-espectáculo, encendiendo el sueño de ser campeones

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Desde tiempos inmemoriales, la lucha libre, en el pasado conocida como “catch” en el Río de la Plata, siempre ha llamado la atención de niños, jóvenes y adultos. Muchos veteranos recuerdan aquel famoso programa argentino “Titanes en el Ring”, total precursor de este tipo de espectáculos en latinoamérica nacido en los 60 y que contaba con grandes ídolos como Martín Karadagián, Rubén “el ancho” Peucelle o La Momia.

No obstante, en el 2006 toda una nueva generación de niños y adolescentes fueron introducidos al mundo de la mejor lucha del mundo cuando a principios de ese año un canal de aire paraguayo adquirió los derechos de la programación de la World Wrestling Entertainment (WWE), provocando que los legendarios programas Raw y Smack Down fueron estrenados en nuestro país.

A estos se sumaron los eventos de “pague por ver”, que llegaban a Paraguay de manera diferida pero gratuita, siendo “New Year’s Revolution”, en Febrero del 2006, el primero en exhibirse en la televisión nacional. A este le siguieron “Royal Rumble”, “No Way Out” y el más famoso de todos, “Wrestlemania”, creando una fiebre nunca antes vista por la lucha libre en Paraguay.

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Este boom generó que miles de jóvenes y niños conozcan a leyendas como John Cena, Rey Misterio, Batista, a facciones como DX (Triple H y Shawn Michaels), cuyo gesto de la “X” era conocido y emulado por todos, o a villanos tan odiosos como el malvado jefe Mr. McMahon. Al ocurrir esto, no hubo pocos que empezaron a soñar con la idea de triunfar en el mundo del entretenimiento deportivo, y La Fábrica es el único lugar de Paraguay en el cual esos sueños viven.

Blas Benítez es el entrenador y comisionado de La Fábrica y nos comenta que “en Paraguay somos una promoción en desarrollo, que entrena a luchadores para que estos mismos luego participen en los shows y en contiendas no solamente aquí, ya que está la posibilidad de que vayan al exterior a representar a nuestro país”.

Benítez por supuesto reconoce a la WWE como la empresa más grande a nivel mundial dedicada a la lucha libre, contando a su vez con el centro de entrenamiento más importante y completo. Blas explica que cada promoción suele elegir su nombre de acuerdo al centro para entrenarse que escogen.

Otra persona importante en la estructura de La Fábrica es Juan Luis González, más conocido como “Jota”, siendo este además el nombre de su personaje en el ring. Este se presenta como el gerente general, quien determina las cuestiones administrativas y diarias.

“Mientras Blas es el que tiene la palabra final y entrena a los chicos, mi persona en conjunto con la administradora y gerente comercial, Victoria Díaz, manejamos las cuestiones administrativas, mientras que con Fernando Falcón, que vendría a ser el “booker”, nos encargamos de la parte artística del show”, relata Jota.

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González deja en claro que lo que se ofrece en La Fábrica es deporte de entretenimiento. “Es deporte porque implica mucho atletismo, el entrenamiento es riguroso. Los chicos deben aprender a no lastimarse durante las prácticas para luego saber cómo cuidarse en el escenario, se les enseña oratoria y locución para que sepan dirigirse al público”, comenta.

Jota explica que la lucha libre es tanto deporte como entretenimiento, ya que se debe mantener a la audiencia emocionada por lo que se está haciendo.

En el mundo de la lucha libre, debido a su naturaleza de espectáculo, han existido numerosas especulaciones acerca de la supuesta guionización de los movimientos y las luchas en sí. El entrenador principal de La Fábrica habla acerca de este mito.

El comisionado Benítez dice “eso es lo que la gente siempre piensa, que la lucha está programada, pero no es así. Por ejemplo, vos practicás conmigo, los dos sabemos las mismas rutinas y técnicas y en el show ponemos lo que sabemos de acuerdo al desarrollo de la lucha, no es que se planea quien va a ganar”.

Respecto al nivel de violencia empleado en los shows y como esto puede afectar a los luchadores tanto física como mentalmente, Benítez nos comenta que “todo deporte de contacto es violento, tendés a lastimarte o lesionarte, pero deja de serlo una vez que lo practicás y hacés lo establecido por el profesor. No es que mentalmente te transformás y te volvés una persona violenta”, señala.

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Jota explica que “los que formamos parte de la fábrica nos consideramos como una familia”. “Dentro de los shows puede haber personajes violentos. Aquí tenemos un luchador llamado “Nec Nemesis” por ejemplo, pero acá nos sustentamos en reglas, y una de ellas es el respeto y el cuidado al compañero”, argumenta.

Los deportes de esta naturaleza, muchas veces tildados injustamente de promover la violencia, han sido históricamente una vía de escape y sanación para numerosos jóvenes dominados por los males de la adicción y la delincuencia, y la lucha libre no es la excepción.

Blas Benítez relata que “hay algunos alumnos que llegaron a salir del alcoholismo y la drogadicción y se refugiaron en la lucha libre. En otros países hay incluso exconvictos que pudieron salir de la cárcel y ahora están brillando en el estrellato de la WWE”, relata.

Uno de los casos más conocidos de renacimiento en la lucha libre mundial, que prueba lo manifestado por el comisionado Benítez, es el del legendario “wrestler” mexicano Eddie Guerrero. Este se destacó en numerosas promociones hasta su llegada a la WWE en el 2000, aunque terminaría siendo despedido un año después por problemas de alcoholismo.

Este pelearía contra sus demonios, se rehabilitaría y volvería a la empresa en el 2002 totalmente limpio, para dos años después hacer historia convirtiéndose en el segundo luchador latino en consagrarse Campeón de la WWE.

“La lucha libre no es una forma de esconderse de los problemas”, comenta Benítez, “te ofrece un camino para que puedas encontrar la solución, te da un momento de tranquilidad, de desestrés, te sacás todo lo que tenés guardado. Es súper terapéutico”, explica.

El entrenador dice que ha habido casos en los cuales personas originalmente violentas han trasladado esa violencia al ring causando que al salir de este ya no sean una suerte de peligro para la sociedad. “La lucha libre te ayuda a reencausarte”, asegura Jota.

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Sin contar con toda la infraestructura existente en promociones de otros países, La Fábrica ha sabido cosechar una base bastante fiel de fanáticos que asisten a los distintos eventos que se realizan muchas veces en locaciones pequeñas como el Gimnasio Forma Perfecta, uno de sus principales apoyos y en el cual funciona la escuela.

Tanto Jota como Blas señalan que todos los trabajos son autosustentables y hasta el momento no hay auspiciantes fuertes. Comentan que cuentan con el apoyo de pequeños emprendimientos como, encargado de producir, por ejemplo, los trajes utilizados por los luchadores, además de otra compañía encargada de asistir en cuanto a redes sociales y difusión.

Manifiestan ambos que el primer show de La Fábrica se realizó a través de la famosa “vaquita”, y el segundo ya pudieron lograrlo a través de las ganancias del primero.

Si bien ha habido en el pasado programas de lucha libre nacional como “Súper Catch” o “Liga Mundial de Titanes” (de los cuales el profesor Blas Benítez participó), “Luchando en las Américas”, estrenado en 2015, fue probablemente el más exitoso teniendo una base de fans de culto y también contando con la presencia del comisionado Benítez.

Esta promoción fue pionera en el país en muchos aspectos, llegando a realizar batallas con estipulaciones nunca antes vistas en Paraguay como la “Asunción Street Fight” o la “Ladder Match” o “lucha de escaleras”, enfatizando de esa manera en un producto más adulto similar al de la antigua ECW o el de la era Attitude de la WWE, dejando atrás la orientación infantil de otros tiempos.

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Blas y Jota manifiestan que en la actualidad no se encuentran persiguiendo tanto la idea de volver a la televisión, y que su principal foco está en las redes sociales y en la difusión de sus llamados “house shows” denominados todos bajo el nombre de Ground Zero, que luego son subidos a You Tube de manera completa a través del canal Pro Wrestling Channel.

También comentan que han realizado eventos especiales como “Héroes”, que data de mayo de este año y en el cual el profesor Blas Benítez compitió contra un luchador argentino llamado Tito Morán Junior por la llamada “Copa de los Héroes”. Este espectáculo fue planeado como una especie de Wrestlemania local, según señalan.

Las rivalidades o supuestos odios personales entre dos luchadores, mejor conocidos como “feudos”, forman una parte fundamental de la magia de la lucha libre. A lo largo de la historia se han visto algunos inolvidables, siendo tal vez es más recordado por los fans del wrestling el sostenido por Stone Cold Steve Austin y Mr. McMahon entre 1998 y 2001 en WWE, construido desde la idea de un empleado rebelde y un jefe malvado.

Desde luego que La Fábrica no escapa de estos parámetros y también trabaja en el desarrollo de los mismos. El entrenador Blas Benítez nos habla un poco acerca de estas rivalidades.

“La verdad es que se repelen en el momento, ya que ambos quieren ganar, entonces uno empieza a decir cosas que al otro no le gustan, por lo que le contesta y así. A esto último se le llama “promo””, explica Jota quien asegura que estos feudos “son muy reales”.

No obstante, el gerente aclara que existen reglamentos y que en el caso de que los involucrados en la rivalidad lleguen a pelear sin el consentimiento de las autoridades, ambos serán suspendidos y despedidos posteriormente. “Acá adentro somos una familia, después cada uno ve por su lado”, dijo.

El objetivo principal de todos los luchadores de La Fábrica es ganar dos de los cinturones más importantes de la promoción: el Gran Campeonato de las Américas, traído desde Canadá, siendo el más importante de todos, y el Campeonato de la Raza Guaraní, título nacional.

Jota explica que se observan las distintas luchas que se realizan, y de acuerdo a lo que ven evalúan quien podría ser el eventual retador a este último campeonato. En el caso del título de las Américas, el actual campeón es el paraguayo Lexor y lo defenderá por primera vez en Ground Zero 5: Venganza, en setiembre próximo.

Blas y Jota comentan que existen promociones de otros países con las que realizan trabajos conjuntos y que, por ejemplo, dos luchadoras femeninas tendrán la posibilidad de ir a pelear en Bolivia en setiembre. También comentan que realizan trabajos con 100% Lucha de Argentina.

Un aspecto interesante que señalan los dos directivos de La Fábrica es que en el caso de que una luchadora o luchador gane un título en el exterior, este terminaría siendo traído a Paraguay, algo que de hecho ocurrió con el Gran Campeonato de las Américas.

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Un título puede ser puesto en disputa en cualquier otra promoción o país, según explican, y una regla que existe dentro de La Fábrica es que si en el transcurso de un año un campeón no realiza ninguna defensa, las autoridades de la misma lo despojan del título quedando este vacante.

Cuestionada por muchos y también idolatrada por una importante comunidad de seguidores, la lucha libre sin dudas tiene sus pros y contras. Pero lo que no se le puede negar es que ha logrado catapultarse como en un fenómeno cuanto menos interesante, cosechar frutos hasta convertirse en un importante atractivo que saca a los jóvenes de vicios peligrosos y caminos oscuros, además, claro, de ser un rentable negocio para la industria del entretenimiento.

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