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El pasado miércoles fue encontrado sobre las calles la avenida Pozo Favorito casi Lomas Valentinas del Barrio Vista Alegre de la ciudad de Asunción una camioneta que tenía todas las características de la “Caperucita Roja”, móvil usado para el traslado de presos e incluso cadáveres durante el régimen de Alfredo Stroessner (1954-1989).
La Chevrolet Custom 10 SubUrban de color rojo era un símbolo de terror. Representaba el medio de transporte a un sitio desconocido, donde los pasajeros –llevados normalmente fuera de su voluntad- terminaban en oscuras salas de tortura, y en el peor de los casos, en fosas comunes.
En total fueron seis los rodados C 10 donados por el gobierno norteamericano a Stroessner, que puso a disposición del Ministerio de Interior para su “uso y abuso”. Sin embargo, desde la Dirección General de Verdad, Justicia y Repatriación, sostiene que también fueron introducidos los modelos C 20 de la marca Chevrolet, que eran poco más modernos, sin embargo mantenían las mismas características que su “predecesor”.
Para Judith Rolón, titular de la Dirección General de Verdad, Justicia y Repatriación, la recuperación de la memoria histórica es fundamental para el país, y en ese sentido, encontrar estos vehículos del terror es de suma importancia.
De acuerdo con los datos que la institución maneja, hay entre seis a nueve vehículos más con las características de la “Caperucita” en Asunción y Central, y esperan seguir recolectando informaciones respecto a ellos antes de pedir intervención de la Fiscalía.
Sostuvo que incautar estos rodados, no solo ayudaría a continuar con los cientos de casos investigados sobre crímenes de lesa humanidad, sino que sería un vehículo para mantener fresca la memoria del pasado reciente.
Aseguró que los comentarios burlones en redes sociales sobre el último rodado encontrado en la capital, el cual creen sería otra “Caperucita”, demuestran que la generación actual poco o nada conoce de lo que las víctimas de la dictadura y sus familias vivieron durante el régimen.
“Tenemos gente que ocuparon directamente espacios de poder durante la época de la dictadura y hoy lo siguen haciendo. Esta dictadura nunca puso irse, ni se pudo desmantelar, donde nuestra gente hoy defiende estos signos de autoritarismo por desconocer la dictadura real”, acotó Rolón.
Mediante un trabajo con la Fiscalía, se realizan las pericias a los vehículos incautados con las características de la “Caperucita”, para definir si fueron estos o no los utilizados durante la era stronista.
La Ford Falcon es, en definitiva, la “Caperucita Roja” de Argentina entre los años 1976 a 1983. Aquel rodado era el vehículo más utilizado por las fuerzas del orden del vecino país durante la última dictadura militar para operativos ilegales de secuestro y traslado de personas, quedando como un símbolo del genocidio.
Con su clásico color verde olivo, el Falcon era sinónimo de terror por parte de las fuerzas represivas. Mediante decreto de 1977 del Ministro del Interior de Argentina, se dispuso la compra de 90 autos Ford Falcon para las policías provinciales, por ser vehículos “duros” con una cajuela enorme.
En los últimos años la justicia argentina hizo una cacería de este modelo de vehículos para investigar las desapariciones y crímenes durante el régimen.
Judith Rolón, durante sus visitas el vecino país, destacó que las Ford Falcon están presentes en los sitios históricos donde llegan alumnos de todas las edades para conocer qué había detrás de aquel vehículo. “Eso falta en nuestro país”, concluyó.