“Sergio”: una biografía mediocre que no logran salvar sus actores

Wagner Moura y Ana de Armas se alzan a los hombros un recuento superficial de los logros de un destacado diplomático, y le dan cierta resonancia emocional que de otra forma el filme no se gana por méritos del guión, pero no acaba siendo suficiente para salvar a la película.

Wagner Moura en "Sergio".
Wagner Moura en "Sergio".Netflix

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(Disponible en Netflix)

La vida y obra del diplomático brasileño Sergio Vieira de Mello, una figura destacada de las relaciones internacionales y considerado un candidato al puesto de secretario general de las Naciones Unidas antes de su muerte en Irak, en 2003, es el foco de un filme de Netflix que lastimosamente no alcanza a pintar un retrato lo suficientemente nítido del hombre detrás del nombre.

El debut en largometrajes de ficción del documentalista estadounidense Greg Barker, que ya había realizado un premiado documental sobre Vieira de Mello que se estrenó en 2009, trata de dar igual espacio en el filme a la labor diplomática del brasileño y a su vida personal, pero acaba quedándose sin tiempo para escarbar realmente profundo en ninguna de esas dos caras de la moneda, y al final el filme acaba sintiéndose incompleto, incapaz de dar a entender exactamente quién era Sergio Vieira de Mello y qué lo impulsaba más allá de un ambiguo sentido de qué es lo correcto.

Ana de Armas como Carolina Larriera y Wagner Moura como Sergio Vieira de Mello.
Ana de Armas como Carolina Larriera y Wagner Moura como Sergio Vieira de Mello.

Baker ensambla su filme de forma no linear, llevándonos desde Bagdad en 2003, cuando Vieira de Mello (Wagner Moura) llegó al país como enviado de la ONU para tener bajo control internacional la invasión y ocupación de Irak por parte de Estados Unidos; y su trabajo años antes en Timor Oriental, donde supervisó la transición de ese país a la independencia luego de un conflicto separatista con Malasia, y donde conoció a su pareja, la periodista argentina Carolina Larriera (Ana de Armas).

A pesar de un gran esfuerzo por parte de Moura y De Armas, que impulsan sus escenas a fuerza de carisma y de la gran química que comparten en pantalla, las secuencias que se centran en la relación entre Vieira de Mello y Larriera son el eslabón débil del filme, porque aunque la relación se siente genuina y llena de peso emocional para ambos, carece de contenido dramático para sostener el desmedido tiempo que el guión le dedica.

En otras palabras, el romance en el centro del filme sencillamente no es tan interesante, y si bien la relación se siente auténtica, los anémicos momentos de conflicto que la película mete para intentar darle algo de contenido se sienten artificiales.

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A la hora de mostrar cómo el interminable trabajo diplomático de Vieira de Mello acaba haciendo mella en su vida personal, una breve escena de tensión familiar con sus hijos dice mucho más sobre la magnitud del sacrificio de una vida como esa, para todos los seres queridos a su alrededor, y pinta de forma más brillante cómo su ética personal le impide hacerse a un lado y vivir su vida, que todas las escenas entre Sergio y Carolina juntas.

Francamente hubiera sido mucho más interesante dedicar algo de ese tiempo invertido en escenas de romance a ver cómo el diplomático navegaba los problemas diplomáticos en Timor Oriental o cómo lidiaba con el enviado estadounidense en Irak, Paul Bremmer, cuyo escaso tiempo en pantalla es un desperdicio de un gran actor como Bradley Whitford.

Al menos en Irak hay una secuencia en la que Bremmer y Vieira de Mello discuten sobre la reapertura de la prisión de Abu Ghraib, y algo de intriga sobre cómo los medios veían a la ONU y su presencia en Irak como un signo de subordinación ante George W. Bush; pero lo de Timor Oriental es vergonzosamente superficial, hasta el punto en que el impasse entre los rebeldes y el gobierno indonesio parece solucionarse con una conversación de 30 segundos entre Vieira de Mello y el presidente de Indonesia.

Como muchas “biopics” de artistas u otras personalidades, Sergio cae en la trampa de querer humanizar a su personaje principal para hacer que al espectador le sea más fácil identificarse con él, cuando la forma más efectiva de retratar a una persona excepcional hubiera sido simplemente mostrándonoslo haciendo aquello que lo convertía en alguien excepcional, ahondando en los cómos y los por qués.

En vez de eso, Sergio se siente como una oportunidad perdida y un filme muy por debajo del nivel de sus dos actores protagonistas.

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SERGIO

Dirigida por Greg Barker

Escrita por Craig Borten (basado en un libro de Samantha Power)

Producida por Wagner Moura, Daniel Dreifuss y Brent Travers

Edición por Claudia Castello

Dirección de fotografía por Adrián Teijido

Banda sonora compuesta por Fernando Velázquez

Elenco: Wagner Moura, Ana de Armas, Garret Dillahunt, Brian F. O’Byrne, Clemens Schick, Bradley Whitford, Pedro Hossi, Will Dalton, Sahajak Boonthanakit, Clarisse Abujamra, Senhorinha Gama Da Costa Lobo

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