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La idea de un regreso al mundo de Braking Bad seis años después del final de la excelente serie protagonizada por Bryan Cranston y Aaron Paul podía haber sido preocupante y fácil de interpretar como un cínico intento de exprimir un poco más ese mundo sin mucha razón para hacerlo más allá de lo económico, si es que el creador de la serie, Vince Gilligan, no hubiera pasado los últimos años expandiendo ese mismo universo con la magistral serie Better Call Saul, que da a uno de los secundarios de Breaking Bad el protagonismo y demuestra que Gilligan sí tiene historias en ese ambiente que vale la pena contar.
El punto es que al firmar una serie que es digna de considerarse una de las mejores de la televisión estadounidense, y luego sacar un “spin-off” que llena esos enormes zapatos, Gilligan se ganó el beneficio de la duda.
Ahora, con El Camino, Gilligan lleva el mundo de Breaking Bad al formato de largometraje para darle una conclusión un poco más sustancial a la historia del protagonista secundario de la serie, Jesse Pinkman (Paul), en un tenso y melancólico thriller que se siente como poco más que un episodio largo de la serie de la que nace, lo que en este contexto no es en absoluto una queja.
La película trascurre inmediatamente luego del final de Breaking Bad. Tras meses de cautiverio en manos de un grupo de traficantes neonazis, Jesse logra escapar. Traumatizado, Jesse roba la camioneta de uno de sus captores y huye mientras la policía comienza a buscarlo.
Dispuesto a todo por no volver a una jaula, Jesse decide que su única opción es conseguir una nueva vida, y afortunadamente conoce a alguien que se especializa en ofrecer precisamente eso, aunque a un gran costo. Y eso lleva a Jesse a una odisea en la que todo lo que puede salir mal sale mal.
Jesse quedó un poco relegado en esos últimos episodios de Breaking Bad, y esa es una de las razones por las que El Camino se siente inmediatamente como una pieza fundamental para completar esa historia.
Para el final de la serie, la historia de Walter White (Cranston) estaba completa, habíamos visto su transformación de un hombre cualquiera a un despiadado jefe criminal y su final como un hombre que lo perdió todo. El Camino hace para Jesse lo que Felina, el capítulo final de Breaking Bad, hacía para Walter: subrayar cómo todo lo que vivió desde que decidió trabajar con Walter lo transformó.
El Jesse de El Camino no es el mismo joven enérgico, agresivo y, en cierta forma, iluso de hace años. Convivir con la muerte y en compañía de criminales con escrúpulos mucho más escasos que los suyos, además de su cautiverio, lo han endurecido.
Si bien no se ha convertido en un avatar de violencia caótica como Tuco Salamanca, o en un monstruo psicópata como Gustavo Fring o el espeluznante Todd (Jesse Plemons), a quien volvemos a ver en uno de los múltiples “flashbacks” que llenan algunos espacios en blanco de la serie.
Son escenas que parecen no cumplir más cometido que simplemente agregar algunas piezas extra al rompecabezas de la vida de Jesse, y de paso proveer excusas para traer de vuelta a ciertos favoritos de la serie, pero que siempre vuelven al punto con el que la película comienza: lo hecho está hecho, uno puede sobrevivir al pasado pero no cambiarlo para deshacer el daño recibido o hecho.
Personas mucho más inteligentes han hablado en detalle sobre las virtudes de Vince Gilligan como guionista, pero quizá un poco menos destacado es su talento visual como director, que sale a relucir de una forma acentuada en El Camino.
Su lienzo, los parajes áridos y desérticos de Nuevo México, hacen eco de una desolación que no solo es física sino mental y emocional en Jesse, mientras intenta desesperadamente alejarse lo más posible de ese mundo.
Sumado a eso, su maestría de la tensión y la comedia negra sigue igual de afinada, resultando en secuencias dignas de contarse entre lo mejor de Breaking Bad, como la absoluta destrucción de un apartamento en un creativo “time-lapse” o un duelo con pistolas que podría haber sido sacado de un western, pero iluminado por luz fluorescente en vez del sol del mediodía.
El Camino es un excelente anexo para una gran historia de crimen y castigo, y absolutamente obligatoria para cualquier fan de la serie de la que se origina.
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EL CAMINO
Dirigida por Vince Gilligan
Escrita por Vince Gilligan
Producida por Vince Gilligan, Aaron Paul, Melissa Bernstein y Mark Johnson
Edición por Skip Macdonald
Dirección de fotografía por Marshall Addams
Banda sonora compuesta por Dave Porter
Elenco: Aaron Paul, Jesse Plemons, Scott MacArthur, Robert Forster, Charles Baker, Matt Jones, Scott Shepherd, Krysten Ritter, Jonathan Banks, Bryan Cranston, Larry Hankin