Aña Cua, una prioridad de Argentina

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Como coronamiento de la partida en este singular tablero diplomático binacional, Argentina nos obligará a solventar, a través de la tarifa de Yacyretá, la construcción de una nueva central hidroeléctrica sobre el brazo Aña Cua del río Paraná, aprobada con la Nota Reversal N° 2/17. Es una obra que solo atenuará la grave crisis energética en el vecino país, pero ignora la prioridad paraguaya, que hasta mediados del 2030 no se localiza en el área la generación, sino en la de la transmisión y distribución.

El balance del manejo de los asuntos atinentes a Yacyretá, la segunda hidroeléctrica binacional en la que participa el Paraguay, incluye el Acuerdo Cartes-Macri del 4 de mayo de 2017 sobre la binacional y su principal consecuencia, la Nota Reversal N° 2 que firmaron los cancilleres Eladio Loizaga y Jorge Faurie el 28 de setiembre de 2017 para modificar las bases financieras y de prestación de los servicios de esta entidad.

El Legislativo lo aprobó entre junio y agosto de este año, y el presidente Cartes promulgó las leyes correspondientes el viernes 8 de este mes.

En sentido estricto, el acuerdo presidencial y el instrumento resultante posterga hasta el 2048 el reclamo del Paraguay de plena disponibilidad de su energía en Yacyretá, confiscada desde 1994, primer año de producción la central, por Argentina, así como el de su venta con precios reales. Hoy, el mercado del país socio paga al Paraguay la llamada “compensación de energía” en cuotitas e incluso con atrasos de hasta un par de años.

Aplaza, asimismo, el cobro de la compensación por territorio inundado, que para nuestro país es muy importante, porque el territorio que inunda la represa es paraguayo en más del 80%, que admite el instrumento Loizaga-Faurie y obliga al mercado nacional a pagar un “saldo deudor” del ente binacional, generado en un 93,5% por Argentina.

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