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Oleaginosa Raatz SA transita hacia su cincuentenario como empresa industrial, constituyéndose en una de las industrias más importantes del departamento de Itapúa. Inició sus operaciones en 1967, cuando se puso en marcha la primera prensa Anderson para la extracción de aceite de tung, un fruto oleaginoso producido y comercializado en la zona en esa época. Hasta hoy mantiene su producción de aceite de tung, que exporta a los EE. UU., Europa y Asia.
Asentada en la ciudad de Bella Vista, que fue fundada por colonizadores alemanes, y con la visión industrial de los hermanos Lauro y Ricardo Raatz, la empresa se convirtió rápidamente en fuente de trabajo para la comunidad y motor del desarrollo económico de la ciudad, junto a otros emprendimientos industriales, como las yerbateras.
Con el paso del tiempo, y ante la introducción de otras semillas oleaginosas en la región, como la soja en la década del 70 y, más adelante, el girasol y la canola, se han hecho inversiones importantes para procesar también estas semillas. A mediados de 1992 se inició la fábrica de alimentos balanceados.
En 1996 comenzó la refinería de aceites comestibles y en el 2000 se puso en marcha una planta extractora de aceite por solvente, de 400 ton./día. Así también, ante la ventaja de obtener de manera propia los subproductos, como las harinas, fuente de proteína para la alimentación de animales, la empresa invirtió, en 1992, en una fábrica de balanceados que produce alimentos para animales productores de carne, leche y huevo, muy reconocida en el mercado por su marca Indabal.
La empresa también refina aceite de soja, que comercializa en el mercado local a pesar del contrabando, que es una competencia desleal para el aceite refinado.
Desde hace un par de años puso en marcha otra planta de extracción de aceites por solvente, de 800 ton./día, lo que posicionó a la empresa con capacidad de procesamiento de 1200 ton./día, a base de granos de soja. En los últimos 10 años, las inversiones realizadas han superado los US$ 35 millones.
La empresa, actualmente, genera empleo directo a 400 personas, especialmente a residentes en la región de Bella Vista, formando mano de obra calificada conforme requiere la industria. También, posee dos unidades comerciales que están asentadas en Capiatá (Central) y Loma Plata (Chaco). Oleaginosa Raatz SA es miembro fundador de la Cappro, en el 2006, y en esta última década ha participado activamente en las actividades gremiales del sector.
Para su director gerente general, licenciado Alfredo Raatz, el camino que debe seguir el Paraguay es la industrialización de toda la producción agrícola. “Debería crecer y afirmarse, convirtiendo la proteína vegetal en carnes de pollos, cerdos, vacunos, y en huevos y leche, exportando estos productos a otros países con mayor valor agregado”, resaltó.
Añadió que en un país que solo produce 9.000.000 de ton. de soja, versus 60 millones en Argentina y 100 millones en Brasil, la agregación de valor debería llegar al 100% en nuestro país, lo cual debe ser un objetivo claro y totalmente realizable.
Agregó que el mayor compromiso para la empresa es seguir apostando por el Paraguay. “Somos una empresa paraguaya y vivimos en nuestro país, hemos logrado realizar inversiones que hoy están dando sus frutos, seguimos generando mano de obra paraguaya, pero así también, para ir consolidando todo el sector, creemos que deberíamos tener un mejor escenario con reglas más claras y que incentiven a la industrialización”, destacó.
Acotó que la exportación de proteínas en forma de carnes, como indican los estudios, genera una multiplicación por dos o tres veces el valor de la materia prima. “Ese es el camino que deberíamos seguir, y que nuestra materia prima no vaya para ser procesada y enriquecer a otros países”.
Oleaginosa Raatz SA, además de la exportación de aceites y harinas a países vecinos, como Brasil y Uruguay, ha conseguido nuevos destinos, como el Sudeste Asiático, un mercado no tradicional de nuestras exportaciones.
También, la empresa realiza integración de la producción de cerdos y pollos en la región de las Colonias Unidas, entregando los animales terminados a Upisa, en Fram, de la cual es uno de los mayores accionistas, y en Avícola Itapúa SA, antigua empresa de Bella Vista, muy conocida en la región por su marca de pollos Real, que fue adquirida recientemente para la faena y comercialización de carne de pollos.