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Hay que reconocer que la creación y posterior operatividad de la Unidad Táctica Motorizada, más conocida como Grupo Lince (sistema traído de la Policía Nacional de Panamá), fue tal vez el mejor legado del gobierno de Horacio Cartes en materia de seguridad, por no decir el único.
Recientemente, se produjo el egreso de la quinta promoción de agentes de esta unidad, que deslumbran con sus motocicletas de 650 cilindradas, sus uniformes tácticos negros, cascos, pasamontañas y pistolas que se convierten en una especie de metralleta.
Para ser justos, hay que reconocer que los asaltos de motochorros se redujeron sustancialmente desde que empezó a operar este grupo policial especial, conformado por oficiales y suboficiales que no pasan los 25 años de edad.
A medida que van egresando, los linces van distribuyéndose por las principales ciudades del interior, como Ciudad del Este, Encarnación, Caacupé, Caaguazú, etcétera. Solo en el departamento Central, se requieren 400 linces, es decir, 200 parejas en moto en las calles al mismo tiempo para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Actualmente hay menos de la mitad.
Con el flagelo de los motochorros y los asaltos callejeros, que en teoría van a ser solucionados a medida que vayan saliendo más linces a las calles, la inseguridad cotidiana prácticamente ya no será un problema grave para el Gobierno de Mario Abdo Benítez, como sí lo fue por momentos para el propio Horacio Cartes, cuando a inicios de su gestión se daba una epidemia de asesinatos perpetrados por delincuentes motorizados.
Habría que empezar ahora a buscarle también una solución al crimen organizado, a esa modalidad delictiva más completa, la que permea a casi todas las autoridades para seguir operando impune en Paraguay.
Por ejemplo, el inicio del nuevo gobierno de Marito coincide con un vacío en el poder de la mafia en Pedro Juan Caballero, tras la muerte de Jorge Rafaat Toumani y la captura en Brasil de todos aquellos pesos pesados que aspiraban a quedarse con el control del hampa en la frontera.
Si Marito interviene decididamente en este tema, y no lo ignora como sus antecesores, estamos ante una posibilidad única de expulsar de nuestro país a estas organizaciones criminales internacionales, que avanzaron hasta donde están actualmente solo por la permisividad y la corrupción de nuestras autoridades.
Con el PCC fuera del Paraguay, Marito va a tener por fin la famosa gobernabilidad de la que tanto se habla en política, pero que también es muy importante se cumpla fuera de la capital del país.
El otro tema siempre recurrente en cuanto a seguridad es lo que ocurre en el norte del país, mejor dicho, lo que viene ocurriendo desde hace varios gobiernos, desde el de Nicanor, pasando por los de Lugo y Franco, intensificándose con Cartes y ahora que sigue activo con el periodo de Mario Abdo Benítez.
El grupo criminal EPP causó estragos a Horacio Cartes. No hace falta detallar las temibles cifras de ataques, muertes y secuestros, pero sí hay que mencionar que fue Cartes el creador del bloque de seguridad conocido como la FTC, que a su vez acumula más fracasos que logros.
Para colmo, en los últimos dos años se le multiplicaron los problemas a la FTC con la aparición de otro grupo similar, el EML, que también comete secuestros, atentados y homicidios. Y ahora, hace menos de un mes, se confirmó la refundación de una tercera gavilla, la ACA. Entonces, todo hace creer que si la FTC nunca pudo con el EPP, cómo va a hacer ahora para combatir también al EML y a la nueva ACA. Ese es ahora el problema de Marito. Uno que lo debe resolver cuanto antes.
Vamos a ver qué estrategia utiliza este gobierno para acabar con el terrorismo, que así como en Colombia, se va consolidando a medida que pasan los gobiernos.