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¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón
(Fito Páez)
Además de rememorar las tragedias, los crímenes y los sucesos que marcaron el 2019 de manera negativa, se deben recordar también aquellos hechos que nos llenaron de alegría y orgullo. Y muchos consideran que esas emociones se sintieron con más fuerza durante el mes de noviembre, debido a la Final de la Copa Sudamericana entre los clubes Atlético Colón de Santa Fe, Argentina e Independiente del Valle de Ecuador, que se disputó en la Nueva Olla en Asunción.
Gestos de ciudadanos albergando hinchas en sus hogares, vecinos regalando agua y comida, ofreciendo ayuda, traslado y hasta entradas y guía para recorrer la capital del país tejieron las historias que se difundieron masivamente en las redes sociales y los medios de comunicación entre el 8 y el 11 del penúltimo mes del año.
Los hinchas sintieron el apoyo del país desde que pisaron territorio nacional. Un grupo de aficionados al Colón de Santa Fe, por ejemplo, se vio en problemas cuando el colectivo en el que venían sufrió problemas mecánicos en la ruta que une Falcón con Remanso.
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En medio de la noche y estando a muchos kilómetros de gasolineras y talleres, recibieron una visita inesperada por parte de agentes del grupo Lince. Al contrario de lo que creían, no se acercaban a realizar controles de rutina o para algún “apriete” -tal es la triste fama de la policía paraguaya y más cuando a extranjeros se refiere- sino que se ocuparon de reparar el bus y ayudarlos a continuar su camino al partido.
Cerca de 40.000 fanáticos del sabalero cruzaron la frontera para alentar a su equipo y coparon las principales calles de Asunción. Las redes sociales se inundaron de palabras de agradecimiento por parte de los argentinos que, pese a no ganar la Copa Sudamericana, se ganaron un lugar en el corazón de los paraguayos.
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Un pañuelo y un héroe sobre dos ruedas
En setiembre pasado, una historia protagonizada por un motociclista y una familia en las calles de Asunción recorrió las redes sociales. La tarde del 16, la familia Alonso se encontraba en la zona de Villa Morra. El padre, al mando de su camioneta, con un pañuelo blanco en la mano e intentaba abrirse paso para llegar a un sanatorio debido a que Juan Pablo, su hijo de 16 años, sufría una crisis respiratoria.
Un héroe, entonces anónimo, reconoció la señal de emergencia y sin dudar les consultó el destino, encendió una alarma similar a la de una ambulancia y despejó el tránsito hasta llegar al hospital. Esa acción le salvó la vida al adolescente.
El padre, Juan Pablo Alonso, solo pudo agradecerle antes de ingresar al nosocomio. Por un par de días, lo buscó por todos los medios hasta que el motociclista anónimo apareció y fue identificado como Alfredo Recalde, un guardia de seguridad. El emotivo abrazo entre el adolescente, su héroe sobre dos ruedas y su padre emocionó a todo el país.
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A partir de este hecho, se creó una ola de conciencia sobre la importancia de conocer sobre el pañuelo blanco, utilizado a nivel mundial para identificar un vehículo “en modo ambulancia” que lleva en su interior a una persona herida, con crisis de salud o una embarazada a punto de dar a luz.
Quienes se encuentren en esa situación deben utilizar una tela blanca y hacer sonar su bocina incansablemente para que los demás conductores se enteren de la urgencia de su traslado, sin dejar de respetar las normas de tránsito. Y claro, siempre cuidándose de evitar un accidente aún peor.
Pequeños actos de honestidad
Muchos de los extranjeros que pisan tierra guaraní parten destacando la gran solidaridad paraguaya. Esto se ve reflejado en pequeños actos de honestidad, como los de quienes encuentran dinero y lo devuelven a sus propietarios, pese a la gran tentación que representa quedarse con los fajos y lo necesario que podría ser ese dinero.
Muchos son los casos que se han viralizado este año, como el de Diego Benítez, personal de la empresa de transporte aéreo Sol del Paraguay, que devolvió US$ 10.000 que un pasajero dejó olvidado en el compartimento del asiento de un avión. Adolfo Medina (60) viaja constantemente al Brasil para seguir un tratamiento médico y en setiembre pasado dejó un gran fajo de efectivo en el avión en el que viajó desde Foz do Yguazú, Brasil, hasta el aeropuerto Silvio Pettirossi en Luque.
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Benítez recibió la llamada desesperada de Medina, quien le comentó la pérdida. El personal de Sol grabó con su celular la verificación que hizo a la aeronave en compañía de un guardia del aeropuerto como testigo, a fin de mostrarle transparencia al cliente, y luego devolvió el dinero encontrado .
Algo muy similar ocurrió en Yabebyry, Misiones, donde un chofer del Ministerio de Obras Públicas halló una cartera con G. 9.500.000 al costado de la ruta. Cuando se dirigía a la radio local para buscar al propietario, encontró a un motociclista que le preguntó por el bolso y casi se desmayó cuando se enteró de que él lo había recogido.
El propietario era Victoriano Ferreira, quien se dedica a la venta de artículos de bazar y ropas, y tuvo la fortuna de que el chofer del MOPC, Miguel Marín, fuera su ángel guardián y custodio de su cartera perdida.
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Regalos de amor
Son el otro lado de las historias de fallecimientos a la espera de donantes. Varios casos de trasplantes de órganos conmovieron este año. El Dr. Gustavo Melgarejo, director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplantes, contó que este año aumentaron consideradamente las cifras, en comparación a los últimos años.
Por ejemplo, en el 2009 se realizaron 114 cirugías de trasplante y este año ya se han concretado 145, entre donantes vivos y cadavéricos. Las córneas son las que más han sido donadas, pues según los registros se han hecho 57 intervenciones 10 años atrás, y este año la cifra llega a 84.
Melgarejo expresó que todos esos casos fueron verdaderos “regalos de amor” y se merecen todo el reconocimiento. Agradeció a quienes accedieron a donar los órganos de sus familiares fallecidos y exhortó a los demás a pensar siempre en que con su decisión puede salvar varias vidas.
Una de las historias que resonaron fue la de Belén Franco Barni, quien desde su adolescencia padece una enfermedad renal y recientemente recibió la muestra de afecto más grande e invaluable que existe: su esposo le donó un riñón.
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Y cómo olvidar a Julio Ovelar, alias “Maravilla CCP”. El hincha cerrista se hizo conocido por grabarse en un video en el que pedía a Roque Santa Cruz su camiseta, supuestamente para pagar el alquiler porque había apostado el dinero a favor de su equipo en el súperclásico. Cerro perdió, y junto con él, Julio se quedó sin plata.
Su video causó primero gracia, pero la historia tuvo un giro conmovedor cuando se dio a conocer que decidió someterse a una cirugía para donar un riñón a su hermano, Ever Ovelar, quien padece problemas renales desde los 10 años. Hace cuatro que se dializa y la semana pasada le confirmaron a Maravilla CCP que sí era compatible y podía darle una mejor calidad de vida a Ever.
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El Dr. Melgarejo destacó que hoy en día solo el 10% de las donaciones son de personas vivas, lo cual se equipara con el estándar a nivel internacional. Además, el médico comentó que la tasa de donantes por millón hasta el año pasado era del 1,9% y actualmente, esa cifra prácticamente se ha duplicado, llegando al 3,8%.
Este incremento se logró gracias a la Ley Anita, que fue promulgada por el presidente Mario Abdo Benítez en julio de este año. Esta nueva normativa implica no solo que todos los mayores de 18 años se convierten en donantes automáticamente, sino que también incluye una serie de directivas para los hospitales, tales como las notificaciones de posibles donantes que se encuentran en terapia intensiva.
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El aumento de donaciones no solamente salvó más vidas, sino que implicó un ahorro importante dentro del sistema de salud. “Un trasplante renal cuesta mucho menos que la terapia sustitutiva: la diálisis. Después de la cirugía ya solo se requieren controles”, explicó.
Si bien es cierto que varias personas fallecieron a la espera de un trasplante, también cabe destacar que no todas ellas tenían el peso necesario para la cirugía o los donantes que llegaron tampoco eran acordes para ellos, esto afectó principalmente a los niños.
De los más de 6.500 millones de pobladores a nivel nacional, solamente 98 expresaron que no desean ser donantes y la mayoría de ellos son extranjeros. “Nosotros queremos agradecer a todas esas familias que aceptaron la voluntad de sus seres queridos. Sabemos que es difícil, pero todas esas cifras son verdaderos regalos de amor”, expresó.
Este año la vida nos golpeó de diferentes maneras como sociedad. Pero también nos demostró que hay quienes saben honrarla. Y nos dan motivos para vivirla con alegría.