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Arsenio Erico falleció en la noche del sábado 23 en el hospital Argerich de Buenos Aires por complicaciones después de una cirugía de amputación de una de sus piernas, en la que arrastraba problemas desde hacía al menos cuatro años.
“La intervención -que se efectuó el viernes 23- resultó bien, tanto es así, que se comentaba que Arsenio hablando con sus amigos dijo ayer de mañana ‘de esta también salgo’. Sin embargo dos paros cardíacos consecutivos en el periodo postoperatorio se llevaron para siempre al sonriente paraguayo que había conquistado el fútbol argentino”, escribió Vicente Andrich, enviado especial de ABC Color a la capital argentina en el Suplemento Deportivo del lunes 25 de julio.
Los restos de Arsenio Erico fueron velados en la sede del Club Independiente, donde se destacó como jugador excepcional.
“Allí en un féretro caoba, con manijas doradas, bajo un enorme crucifijo, reposaba el que fuera ídolo de la multitud argentina. Aquel modesto paraguayo, que un día llegó a Buenos Aires y conquistó a los porteños. En torno al ataúd, diez enormes coronas de flores, en tanto otras iban llegando, daban un silencioso marco al féretro”, rezó la crónica.
Los restos de Erico fueron sepultados en el cementerio bonaerense de Morón.
Sin embargo, luego de varios años, fue repatriado al Paraguay el 25 de febrero de 2010. Desde ese entonces reposan en un mausoleo ubicado en el estadio Defensores del Chaco.