Cargando...
A raíz de esto, se registraron varios heridos e incluso decenas de fallecidos. Los lugares claves no fueron más de cinco o seis, explica el Dr. Alfredo Boccia Paz, médico de profesión y referente político, quien además se ha dedicado a investigar temas relacionados con la memoria del pasado reciente de nuestro país.
Se inició el levantamiento del I Cuerpo de División (Caballería), al mando del Gral. Andrés Rodríguez, que en primer lugar, atacó el Regimiento Escolta Presidencial y luego, el Departamento Central de la Policía Nacional.
Además hubo tiroteos en el Palacio de López y en la residencia de Andrés Rodríguez, palacete ubicado en el barrio Carmelitas, según relataron vecinos del lugar. Sin embargo, estas movilizaciones fueron menores.
La sublevación inició el jueves 2 alrededor de las 21:00 en la Caballería, que fue desde donde partieron los militares subversivos al gobierno por órdenes del Gral. Andrés Rodríguez.
Incluso, según el diario Hoy, en horas de la tarde de ese mismo día, personal militar recomendaba a vecinos de la zona evacuar el lugar ante un “inminente peligro”.
Allí se preparaban cerca de 20 tanques dispuestos a atacar los objetivos. Conforme iban avanzando se producían varios disparos, según el diario Noticias, que destacó el estruendo de balazos en la zona de Loma Pytá.
Por su parte, el diario Hoy describe que como a las 21:45, se produjo lo propio en las inmediaciones de la calle Lillo.
El primer lugar donde se produjeron bajas (alrededor de ocho muertos) fue en la vivienda de Ñata Legal (pareja del ex dictador), donde Stroessner se encontraba minutos antes de que lleguen los revolucionarios.
Sin embargo, un error fue el que motivó que varias personas hayan muerto: en lugar de atacar la residencia de Legal, lo hicieron a la casa vecina, entrando con disparos, lo que motivó que varias personas murieran y por ende, que el dictador pudiera escapar.
Resistencia fue la premisa del Regimiento Escolta Presidencial, que respondió con toda la artillería que poseía por entonces al ataque de los insurrectos. Las acciones empezaron cuando aún transitaban unidades del transporte público y vehículos particulares.
“Lo más importante, es decir, los hechos de violencia, disparos, e incluso muertes se dieron frente al Escolta, básicamente”, según el Dr. Boccia.
Desde la residencia de Ñata Legal, el por entonces todavía presidente Stroessner, se dirigió al Batallón Escolta, lo que motivó que los principales hechos sangrientos se dieran sobre la avenida Mariscal López casi General Santos, en la zona comprendida desde las inmediaciones del Club Olimpia hasta el Ministerio de Defensa.
Con al menos 10 tanques y agentes con armas de grueso calibre, las Fuerzas de la División de Caballería continuaban bombardeando durante esa madrugada dicha unidad militar, que permanecía a oscuras desde la medianoche.
Además otros hechos se dieron en la parte de atrás del Batallón Escolta, sobre la calle Herminio Giménez; específicamente en el barrio Gral. Bernardino Caballero, también conocido como “Cambala” o bien, “Mundo aparte”.
Boccia recoge en su libro “¿Qué hacías aquella noche?” el testimonio de un médico al que le destruyeron su domicilio con los bombardeos, lugar en el que se produjo la muerte de algunos vecinos. Entre ellos pereció un francés de nombre Alain Paul Raumond Loetscher, quien perdió la vida dentro de su automóvil.
Tras estos acontecimientos, cuerpos sin vida de numerosos combatientes yacían en las veredas del Regimiento, edificación que quedó prácticamente destruida por los proyectiles que se incrustaron en las paredes tras 4 horas de intenso combate.
El otro epicentro de los fuertes ataques fue el Cuartel Central de la Policía Nacional, también sobre la Avenida Mariscal López, frente al Cabildo.
Según el diario Hoy, tras los enfrentamientos en la zona, fueron hallados cadáveres en las proximidades del ex Cine Victoria (a tres cuadras del Cuartel Central).
Se dio además la irrupción en medios de comunicación. Los canales televisivos de aire “sufrieron una abrupta interrupción a las 23:30 en punto”, debido a que habían sido copados por las fuerzas militares encabezadas por Rodríguez, según Hoy.
“De la toma de medios nadie se enteró en el momento, además los periodistas no opusieron resistencia”, indicó Boccia.
Quizás la principal invasión a un medio fue el que se dio en Radio 1º de Marzo, que fue donde pocas horas después el que por entonces detentaba el poder, Rodríguez, daría su mensaje a la ciudadanía.
Aproximadamente a las 7:00 del 3 de febrero, el general Andrés Rodríguez proclamaba: “Ha sido restablecido el orden y juntamente con ello se harán respetar los valores humanos (…) Les comunico que la situación ha sido totalmente controlada. El respaldo unánime de las Fuerzas Armadas y del pueblo en general ha hecho posible el restablecimiento de la tranquilidad para el bien de este nuestro querido Paraguay”.
Además, anunció que el levantamiento militar tenía como objetivo la democratización del país, la dignificación de las Fuerzas Armadas, la defensa de los Derechos Humanos y de la religión cristiana.
El único medio donde no hubo un corte en la transmisión fue en la católica Cáritas, a pesar de la disposición de los obispos de abandonar el lugar. Es así que los periodistas optaron por no acatar la orden y seguir al aire, “buena parte de lo que se transmitía era sólo música en esos momentos”, dijo Boccia.
“De vez en cuando le daban paso a los cronistas que eran dos o tres, que de lejos contaban que se escuchaban disparos, pero tampoco se encontraban en el lugar de los hechos”, añadió.
En un discurso difundido a través de Radio Nacional a las 7:30 del 3, el líder de la revolución, anunció la caída del dictador y su prisión: “El general se ha rendido, encontrándose en perfecto estado de salud, privado de su libertad, gozando de todos los derechos humanos, en una residencia del I Cuerpo del Ejército”.
Una efusiva y emocionada “marea colorada” se congregó en la sede de la Asociación Nacional Republicana tras oficializarse la dimisión del dictador.
En 1987 se había dado un quiebre interno en el Partido Colorado, específicamente el 1 de agosto, cuando en una conflictiva convención colorada se impusieron los militantes stronistas, quedando desplazados los tradicionalistas.
Fuentes consultadas para la elaboración de esta crónica: relatos basados en ediciones impresas del Diario Hoy y Noticias; entrevistas al Dr. Alfredo Boccia y a María Stella Cáceres de Almada; libros y enciclopedias de Historia del Paraguay (Paso a paso, 200 años de la ciudadanía paraguaya por Herib Caballero Campos y Paraguay Nueva Historia, Editorial Hispana).