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Dos de los más altos cargos son los frecuentemente mencionados dentro de las especulaciones que hacen historiadores y estudiosos de aquellos jerarcas nazis que huyeron para evitar los llamados Juicios de Núremberg o la mismísima pena de muerte.
Conocido es el caso del paso por nuestro país de Joseph Mengele, conocido como el “Ángel de la Muerte”. Mengele era el ideólogo científico de la raza superior que anhelaba Hitler. Realizó miles de pruebas y experimentos en humanos durante el Tercer Reich, para luego conseguir escapar a Sudamérica. Primero Argentina, después Paraguay y luego Brasil fueron los países en donde Mengele vivió hasta su muerte, ahogado, en 1979.
Se especula que Mengele obtuvo la ciudadanía paraguaya en 1959, de la mano de Stroessner. El mismo dictador era hijo de un inmigrante bávaro del entonces Imperio Alemán. Esto le facilitó mucho las cosas a aquellos nazis quienes buscaban refugio en nuestro país.
Por otro lado, y como tema aparte, la red más grande de refugiados nazis estaba en Argentina. Los vínculos entre los gobiernos regionales facilitaban el intercambio o los viajes de estos “refugiados” nazis entre los países. Lo tal vez irónico consistía en que algunas veces terminaban encontrándose con los judíos que ellos mismos colocaron alguna vez en los campos de concentración.
Pero volvamos a Mengele. El “Ángel de la Muerte” – obsesionado con los gemelos y cómo determinar su nacimiento – vivió en la localidad de Hohenau, en Itapúa; uno de sus tantos parajes de médico errante. Un brillante reportaje de la revista People, del 24 de junio de 1985, presenta el testimonio de algunos de sus colaboradores. Puede leer este material, en inglés, en este enlace [http://bit.ly/1gpuTop]
Una ficción escrita por la argentina Lucía Puenzo, que retrata el paso de Mengele por Argentina puede leerse (o verse en película) a través del libro devenido en película “Wakolda”.
Otro de los jerarcas nazis que supuestamente vivió en Paraguay fue Martin Bormann, secretario oficial de Adolfo Hitler y director del Partido Nacionalsocialista Alemán. Bormann oficialmente murió el 2 de mayo de 1945, suicidándose, como el líder del Reich, que lo hizo apenas dos días antes, el 30 de abril, en el Führerbunker de Berlín.
Sobre Bormann no existe documentación alguna de su paso por Paraguay o algún otro país de América Latina, aunque sí varios testimonios de personas que creyeron haberlo encontrado en nuestro país, en especial sus víctimas judías. Simón Wiesenthal, conocido como ‘cazador de nazis’, no pudo dar con él nunca; tampoco el servicio de inteligencia israelí, el Mossad. En 1998 se confirmó, tras un análisis genético, que unos restos encontrados en 1972 en Berlín eran suyos.
El último caso, y tal vez el más conocido para los que son memoriosos, ocurrió en agosto de 1977. Eduard Roschmann, el “Carnicero de Riga”, murió en Asunción, en el hospital de Clínicas. El nazi había comandado en el gueto de Riga, Letonia, un campo de concentración y ordenó la ejecución de unos 30.000 judíos. Vivió un mes en nuestro país, tras vivir en Buenos Aires mucho tiempo con el nombre de Federico Wegener. Cuando se enteró que los servicios israelíes estaban a un paso de dar con él, huyó a Asunción en un colectivo. Murió tras una pulmonía.
Su búsqueda está retratada perfectamente en un libro del inglés Frederick Forsyth llamado “Los archivos de Odessa”, publicado en 1972 y hecho película en 1974, con el entonces joven Jon Voight interpretando a un periodista que busca adentrarse en el mundo de Odessa, una organización secreta compuesta por exnazis que se protegían entre ellos en Europa y América Latina.
Por último, existe la descabellada teoría de que Adolfo Hitler pudo vivir en Paraguay. Esto está plasmado, sin atisbo de documentación, en el libro “Los nazis en Paraguay”, del escritor Mariano Llano.