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Para Jorge, en un mundo saturado de información, la verdadera atención pasó a ser un recurso escaso y a pesar de la constante exposición a diversos contenidos en línea no podemos asumir que las personas están realmente absorbiendo o procesando todo lo que consumen.
“Esta realidad destaca la necesidad de que las marcas y empresas no solo estén presentes en el vasto panorama digital, sino que también logren captar la atención genuina de su público objetivo”, reflexiona.
“Aquí es donde la comunicación tiene un papel crucial. En medio de la competencia por la atención, las agencias de comunicación se convirtieron en aliados estratégicos para las marcas, ofreciendo soluciones creativas e innovadoras para destacarse en un entorno sobrecargado. Nuestro trabajo va más allá de simplemente crear mensajes publicitarios, implica comprender a fondo la psicología del consumidor, las tendencias del mercado y la dinámica cambiante de las plataformas digitales”, alude.
La comunicación desempeña una función clave al articular historias convincentes y estrategias que además de informar, también cautivan. Desde el diseño de campañas visuales impactantes hasta la implementación de tácticas de marketing de contenidos que generan participación, el objetivo no solo es captar la atención fugaz del usuario, es retenerla a través de experiencias significativas.
Para el profesional, también hay que tener en cuenta la personalización, una herramienta esencial en este contexto. “Comprender las preferencias individuales, los hábitos de navegación y las interacciones anteriores permite adaptar los enfoques, creando mensajes a medida que resuenan con el público objetivo. La capacidad de llegar a los consumidores de manera personal y relevante se volvió fundamental en la economía de la atención, donde la autenticidad y la conexión emocional marcan la diferencia”, opina.
En la actualidad, el papel de la comunicación trasciende la publicidad convencional, abrazando la creatividad, la innovación y la comprensión profunda del comportamiento del consumidor para impulsar el éxito en esta era en la que la atención es un bien de valor.
“Es posible entregar el mensaje, sí, pero el reto está en lograr generar conversaciones, hacer pensar al receptor, que se replantee situaciones, en cómo lograr llamar la atención cuando la gente ya no nos está oyendo”, aconseja.