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Como buen divo, Iglesias exige a los medios de prensa una serie de requisitos, entre ellos el tomarle fotografías solamente en el primer tema y luego afuera. Además, desde una distancia considerable, tal vez para que no se noten sus ya evidentes arrugas.
Numerosos medios de prensa se hicieron presente en el aeropuerto Silvio Pettirossi en la tarde-noche de ayer, sin que pudieran al menos tener un saludo del cantante, que se hospeda, junto a una delegación de 27 personas más, en el Hotel Sheraton, donde se encontró con su amigo el cantante paraguayo Pedro Ortega, con quien compartió una comida antes de subir a la suite presidencial.
El concierto de esta noche tendrá una duración aproximada de una hora y cuarenta minutos, con los temas clásicos de su repertorio y algunos de sus más reicientes discos. Es probable que interprete también Recuerdos de Ypacaraí.
Las entradas tienen un costo de 750 mil, 1 millón y 1,5 millones de guaraníes, y al final del show las auspiciantes ofrecerán un brindis para todos los presentes.
Julio Iglesias estará acompañado de Antonio de Corral (guitarrista y road manager), Christian Tamburr (tecladista), Oblin Burgos (batería), Mike Scaglione (saxofonista y flautista), Jorge Casas (bajista), Rafael Ferro (tecladista), Antia Núñez (coros y bailarina), Wendy Moten (coros y bailarina), Oswaldo Zotto (bailarín de tango) y Lorena Ermocida (bailarina de tango).
También forman parte de la delegación, Harry Frederick, que es el director de video, Juan Cruz Baccon en la producción y Gian Bass, también responsable del video de sala.
La contratación de Iglesias forma parte de un nuevo emprendimiento de la empresa de entretenimientos argentina Fénix, que con el show de Ricardo Arjona alcanzó un gran éxito comercial y está ahora considerando instalar una oficina permanente en nuestro país, junto a empresarios locales.
Iglesias ya había actuado en varias ocasiones en nuestro país, siendo la última en 1981, en el estadio del club Olimpia, junto al ya desaparecido Pedro Vargas, en un espectáculo que no alcanzó el éxito esperado por el cantante melódico, que en un arranque frente a los presentes y sin que sus fans pudieran dar crédito a sus palabras, había prometido que nunca más vendría a actuar en el Paraguay.
Ayer cambió de parecer y en vuelo privado en un jet de gran porte llegó hasta el espigón 6 del aeropuerto, descendió rápidamente las escalerillas y abordó uno de los dos Mercedes-Benz clase E último modelo que lo aguardaban para dirigirse al hotel, sin dar el más mínimo saludo a los periodistas.
Con excepción de algunos familiares de funcionarios de la estación aérea, no hubo mayores interesados en ver al cantante melódico que tiene una agenda reservada y sin mayores detalles en cuanto a las actividades que desarrollará durante todo el día de hoy, antes del show en el Banco Central. En el soporte local para los técnicos que vienen con el artista, todo el equipamiento de sonido estará a cargo de Nene Jara.
Ayer, mientras estaba compartiendo con Pedro Ortega, la viuda de Luis Alberto del Paraná, Carmen Santana, intentó hacerle entrega a Iglesias de una serie de discos del que ella denominó como el más grande artista de América Latina.