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“Yo ya estoy montando el cuarto invernadero y estoy queriendo alcanzar ocho, porque muy rentable para nosotros los campesinos”, aseveró.
Indicó que hay mercado asegurado y que los precios se mantienen alto, ya que existe una demanda que aún no se puede cubrir con la producción local.
“Mantener los invernaderos requiere mucho trabajo, pero así también la producción deja un buen margen de ganancia”, dijo.
Por todo ello, Salvador Torres no se cansa de insistir a sus vecinos en que inviertan más en la horticultura.
El productor contó que trabaja en la chacra con ayuda de sus hijos. También detalló que integra un comité de agricultores conformado por casi treinta labriegos.
A través de la organización lograron conseguir asistencia de la Gobernación de Canindeyú. También fueron beneficiados con un programa de responsabilidad social empresarial encarada por una cadena de supermercados.
“El empresario Tomás Dávalos nos dio seis invernaderos modernos y gracias a él estamos así”, recalcó.
En la colonia Araujo Cue de Curuguaty hay unos 80 invernaderos frutihortícolas. Se prefiere frente a los rubros tradicionales como mandioca, maíz, batata, maíz, que tienen precios muy fluctuantes. En estos hay temporadas en que la cotización es buena y otras en que se desploma.