Preocupante reducción de la actividad comercial en Salto

Los comerciantes fronterizos de Salto del Guairá aguardan con gran pesadumbre la reducción, dispuesta por el Brasil, de la cota de compras de 300 a 150 dólares, que entrará en vigencia a partir del 1 de julio. Con esta medida, la crisis ya instalada podría empeorar aún más, aumentando el cierre de comercios y despido de trabajadores en la zona.

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SALTO DEL GUAIRÁ (Rosendo Duarte, corresponsal). El nuevo golpe al comercio fronterizo que representa la baja de la cota de compra, impuesta a los ciudadanos brasileños por su gobierno, ya es irreversible.

Entra en vigencia el 1 de julio con un fuerte control de la Receita Federal brasileña, según anunciaron las autoridades aduaneras del vecino país.

Los vaticinios con respecto a las consecuencias de esta medida en el comercio fronterizo van de preocupantes a catastróficos. “Ya estamos mal y vamos a estar peor. Se vienen más desocupación y cierre de comercio”, señaló Alberto Tito Rojas, dirigente comercial.

Otros comerciantes opinan que tal vez no sea tan fuerte el impacto, pero dependerá del control fuerte o no que implemente la Receita Federal en la frontera. “Hay mucha gente que siempre llevó por encima de la cota y cruza la frontera bajo riesgo. Si la Aduana brasileña aprieta mucho, ahí la situación se pondrá complicada”, opinó por su parte Carlos Da Silva, gerente de un conocido shopping.

De acuerdo a datos de la comuna local, en lo que va del año ya se han perdido 10.000 puestos de trabajo aproximadamente, esto provocado por la crisis. La desvalorización del real brasileño ante el dólar americano es hasta ahora el factor más importante que influyó en la drástica reducción del flujo de compristas.

La gran mayoría de los trabajadores que pierden sus empleos regresan a sus lugares de origen, ya que la ciudad no ofrece otras alternativas laborales. Según registro de la Policía Nacional, a diario familias enteras salen de mudanza de la ciudad.

Entre los que emigran empujados por la crisis también están pequeños comerciantes que ya no tienen condiciones de seguir en el rubro, por la escasa venta.

Los 300 dólares resultaba poco para algunos turistas que vienen de grandes distancias (entre 100 y 500 kilómetros) para adquirir productos importados como computadoras, celulares de última generación, aparatos de televisión plasma, entre otros.

“Con los 150 dólares seguirán llevando, pero con el riesgo de que, si se les revisa, les serán decomisados sus compras”, explicó Rojas.

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